Mar del Plata en crisis: Arroyo desbordado

Mar del Plata en crisis: Arroyo desbordado

El intendente de General Pueyrredón no logra encauzar la gestión. La Provincia le soltó la mano hace tiempo, desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires intentaron alinear la gestión, lo denuncia la oposición, y su partido no lo defiende ni lo acompaña en las decisiones.

Cerca de cumplir los ocho meses desde la asunción, Carlos Arroyo no logra sortear las problemáticas con las que se ha encontrado día a día y, lejos de presentar las soluciones prometidas en campaña, la situación de General Pueyrredón es cada vez más conflictiva. En ese marco, desde la provincia de Buenos Aires se decidió abandonar al intendente y prácticamente cortar con la relación institucional; además denuncian que en la interna local de la alianza Cambiemos no todos tiran para el mismo lado y desde la Ciudad de Buenos Aires intercedieron en vano para intentar encauzar la gestión.

La falta de prestaciones de servicios municipales, la desidia de funcionarios, la amenaza de privatización de áreas claves y la excesiva cantidad de nombramientos políticos son algunas de las denuncias que realiza el arco opositor en su conjunto.

Las problemáticas afloraron al poco tiempo de iniciar su período como intendente, y junto con ello, desde la Provincia comenzaron a mirarlo con recelo. De a poco, y con gestos políticos claros, se optó por soltarle la mano y que el encauzamiento lo lidere el ma-crismo puro de la Ciudad Autónoma de Buenos. Mientras el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Manuel Mosca, visitaba la ciudad y en ninguna de las dos oportunidades se reunía con Arroyo, Horacio Rodríguez Larreta ubicaba gente de su entorno en el gabinete municipal. De esa manera desembarcó el hombre más cuestionado: Agustín Cinto, como un supuesto colaborador.

Según pudo saber La Tecla, en realidad Cinto llegó a Mar del Plata para liderar la tropa y confrontar a las divisiones internas de la alianza gobernante; por ello funciona como una suerte de jefe de Gabinete. “Supuestamente vino en el marco de una colaboración que hace la Ciudad de Buenos Aires a Mar del Plata, pero hoy es el jefe de Gabinete del municipio. Es un intento del PRO para ver si pueden encauzar un poco la gestión del intendente”, detallaron desde el massismo. Es tal la lucha interna que se da en el gobierno, que el diputado por el Frente para la Victoria - PJ, Manino Iriart, señaló que “a veces hasta me enternece la cuestión de Arroyo. Decís ‘éste es un hombre bueno y quiere hacer las cosas bien y lo está cagando su propia gente, o está pensando y haciendo daño’; no lo podemos descifrar”. Agregó: “Yo creo que lo han rodeado de gente que no va por transformar las cosas; lo está llevando mal su equipo. El entorno chiquito de él es buena gente, pero no manejan nada; le están manejando todo desde otro lado”.

En ese sentido, todos los cañones apuntan al radicalismo, que ante las renuncias en la gestión ha ganado espacio en las áreas de gobierno. “El radicalismo no quiere hacerse cargo de los problemas de la gestión, pero al momento de los nombramientos sí está presente. Es imposible disociar de esta gestión al radicalismo”, remarcó Carrancio, concejal por el Frente Renovador. “Nadie entiende si están por el trajín de todos los días, porque ninguno trata de mejorar la situación, y la gente está en el medio con situaciones graves”, manifestó Iriart, e infirió que “estos muchachos se están olvidando que hoy son gobierno, ya no son más oposición”. En tanto, el diputado sostuvo que desde “el entorno de Vilma Baragiola, por abajo dicen a viva voz que Arroyo no sirve”.

Por su parte, ante el silencio de la Comuna y desde el bloque de concejales del PRO, la edil Patricia Leniz optó por no poner las manos en el fuego por Arroyo y dijo que “se está demorando” el óptimo funcionamiento del equipo municipal, aunque evadió echar culpas a las fuerzas de Cambiemos.

Según concejales y el diputado bonaerense Manino Iriart afirmaron a La Tecla, el séquito de Arroyo es una de las principales problemáticas que encuentra la gestión para lograr avanzar en cuestiones básicas. El alcalde no acepta críticas, y quienes se animen a esbozarlas son marcados a fuego como “desestabilizadores”.

Así coincidieron Santiago Boniffatti, edil por Acción Marplatense; Alejandro Carrancio, concejal por el Frente Reno-vador; y el mencionado legislador. “No está enterado de lo que está sucediendo”, señaló Iriart, y agregó que “cualquier punto que marques como crítica constructiva lo ve como negativo y como que uno quiere desestabilizar el gobierno”. Por su parte, Boniffatti aseveró que “es un gobierno al que le cuesta mucho el diálogo; se ha propuesto una relación basada en diálogo y luego no se nos ha convocado”.

Mar del Plata y Batán transitan sus días ante la desidia de un intendente que, encerrado en su séquito, no cumplió con las promesas de campaña y, según denuncian, corre detrás de los problemas. Carlos Arroyo, sostienen, se vio superado por el cargo, y algunos hasta se animan a vaticinar que “esto va a terminar mal”.

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