La Plata: Un cambio que siembra esperanzas, autocríticas y enormes desafíos

La Plata: Un cambio que siembra esperanzas, autocríticas y enormes desafíos

La Ciudad de La Plata tenía un componente extra para analizarla. Para la enorme mayoría de los analistas el destino del intendente Pablo Bruera parecía definido hace mucho tiempo atrás, sin embargo otros, -los menos-, teníamos diferente punto de análisis. Pero prácticamente ningún observador local contextualizó la elección platense en un impensado marco nacional y provincial.

Después de las trágicas elecciones de abril del 2013 la situación política en La Plata cambió indefectiblemente.

De manera legítima, y en un buen punto de análisis, la enorme mayoría de la prensa platense  consideró que el ciclo político del oficialismo se había acabado en el plano local. Otros, sin embargo, entendimos que la situación no estaba del todo definida ya que se notaban algunos signos de recuperación de la imagen pública del gobierno local que posiblemente podía ser beneficiada por un contexto nacional y provincial exactamente contrario al actual. Es decir, un Frente para la Victoria que a nivel nacional aparezca contundente podía terminar arrastrando la suerte del actual Intendente. Pero ocurrió exactamente lo contrario.

 Más adelante, seguramente, con los números sobre la mesa se podrá hacer un análisis más profundo.

La elección de este domingo en la Ciudad abrió, sin dudas, un clima de esperanza para una enorme mayoría de vecinos, y al mismo tiempo distintos actores, como sectores políticos y fundamentalmente algunos periodistas y estudiosos de la opinión pública tenemos que hacer una profunda autocrítica porque no logramos ver lo que ocurría: ¡error fatal!.

Cuando uno hace un análisis de reúne de ciertos elementos como por ejemplo encuestas o diálogo con sociólogos o especialistas en el estudio de la opinión pública. A los trabajos que en esta ocasión he tenido acceso no hablaban en lo más mínimo de una situación como la que se terminó dando en cuanto a su profundidad y contundencia.

La más reciente era una estudio en donde marcaba una especie de triple empate en el plano local entre Bruera,  Garro y el postulante del Frente Renovador José Arteaga.

Otras, en tanto, marcaban una diferencia de Garro sobre Bruera no mayor a los cinco puntos, y algunas hasta apreciaban un empate.

Difícilmente se encuentre una encuesta que marcaba a Garro por encima de los 35 o 36 puntos, y a Bruera por debajo de lo que finalmente consiguió. La mayoría sostenía que la elección se definía en un rango de entre 5 a 6 puntos.

Este domingo, y con un 90 % de mesas escrutadas, la gobernadora electa, María Eugenia Vidal conseguía alrededor de 47% de los votos dejando 18 punto atrás al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. En el plano local, Garro estaba consiguiendo 42 o 43 puntos sobre 29 de Bruera.

La contundencia de Vidal, que se transformó en la real amenaza unos días previos de los comicios, modificó absolutamente el mapa.

De todos modos, sin el efecto Vidal, Bruera igual perdía, aunque por un margen mucho menor.

Los desafíos del nuevo alcalde

Lo más interesante será empezar a evaluar cómo se va a enfrentar a la gestión el nuevo Jefe Comunal.

Cuando asuma, el 10 de diciembre, lo va a hacer con una fenomenal respaldo político, dado por los votos obtenidos pero también porque va a tener el guiño de otros sectores opositores, como posiblemente el mismo Frente Renovador.

Pero también porque para esa fecha Garro va a tener la contención del Gobierno bonaerense, liderado por María Eugenia Vidal, y hay que ver todavía qué es lo que ocurre en la definición del balotaje: si el presidente es Mauricio Macri la alineación de los tres estados es perfecta, pero seguramente si gana Daniel Scioli la relación no sea demasiado complicada.

Garro tendrá la tarea de marcar lineamientos rápidamente sobre lo que será su gestión efectiva. Ver como designará a su gabinete, el organigrama municipal, su relación con el Concejo Deliberante, y la prioridad que le dará a los temas que tenga que abordar.

Rápidamente tendrá que comenzar a intercambiar conceptos con los equipos económicos de Vidal y ver cómo la Provincia trabajará el Presupuesto 2016, y ambos estados tendrán que esperar a ver si se modifican los parámetros del presupuesto nacional ya que está todo interrelacionado.

No es lo mismo pensar un plan de gastos y recursos con los estándares nacionales actuales del presupuesto, a otro que pueda presentar un nuevo escenario. Saber si efectivamente va a haber una devaluación próxima será una de las cuestiones, por ejemplo, que el equipo económico de Garro va a tener que tener en cuenta.

Por otra parte tendrá que determinar el actual alcalde qué destino le da a algunos de los temas que se comenzaron a desarrollar en la actual gestión, como el plan ProGeSur (lotes), la ampliación del Parque Industrial II, entre otros.

Ver como mantiene los niveles de cobrabilidad de tasas e incluso los mejora. Estudiar la factibilidad de tomar créditos para desarrollo de infraestructura.

Incluso, analizar la situación de la Tasa de Capitalidad y la deuda de la Provincia hacia la Ciudad.

Otro tema en la agenda urgente del alcalde electo lo terminó mencionando él mismo en los últimos días de la campaña, y tiene que ver con la relación laboral de empleados, contratados y cooperativistas del municipio.

Desde Cambiemos evaluaron que la Municipalidad tiene dos mil empleados en su planta permanente, y alrededor de cinco mil en condición de temporarios, a lo que se le suma una importante cantidad de cooperativistas (más de 10 mil?).

Garro había anunciado mejorar las condiciones salariales y laborales de los empleados estatales y cooperativistas que trabajan en la Municipalidad, y para eso trabajaría con los cuatro sindicatos que tienen injerencia en la cuestión comunal.

También, entre lo urgente, está el plan de cloacas y agua potable que desde antes de las PASO Cambiemos insistió, y que seguramente demandará una inversión enorme porque pretenden llevarla al cien por ciento del distrito.

La seguridad como tema central, a partir de disponer de mil cámaras y crear un Instituto de Formación del personal, y dotar de calidad de “pequeños municipios” a los 18 centros comunales son otros de los ítems a saber.

Todas esas cuestiones de campaña ahora deberán ir tomando forma y convertirse en realidades, y eso mismo le va a dar consistencia en el tiempo al gran capital político con el que comenzará la gestión Julio Garro.

El conjunto de ellos son temas interesantes pero llevan intrínseco un esfuerzo enorme.

Los gobiernos cuando comienzan su gestión tienen un tiempo de gracia. Algunos dicen cien días, otros un poco más, y ahí estará la clave del éxito de la nueva gestión: tratar de que ese tiempo no se diluya.

Si, -como prometió Cambiemos-, el diálogo y el consenso será una herramienta estratégica, posiblemente la gestión comunal tome envión. Pero de lo contrario habrá derrochado una enorme y tal vez única oportunidad.

Los más críticos de Cambiemos, -como quien suscribe esta nota-, posiblemente tengamos que entender que el nuevo gobierno necesitará de un tiempo interesante para encarar sus compromisos de campaña. Seguramente no tendremos que ser tan exigentes en ver resultados inmediatos, aunque hay que mantener un ojo crítico bien abierto y puesto en cada movimiento, esgrimiendo una crítica constructiva, con buena fe.

Desafíos de la nueva oposición

El 10 de diciembre Garro asumirá como intendente y con él lo hará el Frente Cambiemos y los diferentes aliados que vaya sumando en las semanas siguientes.

Ese mismo día, y en un hecho histórico, el Partido Justicialista volverá a ser la principal oposición, como antes de 1991.

Seguramente el justicialismo deberá darse una profunda autocrítica, y comenzar de nuevo un proceso de reestructuración y renovación no solo metodológica sino de propuestas de cara a la sociedad.

Es muy probable que comience un largo período de debate interno, porque lo mismo ocurrirá a nivel bonaerense y nacional.

El duro golpe que sufrió el PJ en todas sus líneas lo colocan en el riesgo de quedar como el radicalismo después de la crisis del 2001.

Esta mañana, el propio Aníbal Fernández disparó munición gruesa: “hubo gente de mi Partido que hizo lo imposible para que no ganara”.

Esa situación va a bajar rápidamente a los distritos, y los cruces y pases de facturas serán muy intensos.

Las próximas horas, o los días venideros, van a ser claves para conocer algo más de los difíciles días que se avecinan.

Comentá la nota