Por Marcelo Pasetti

El lunes a la mañana el gobierno de la provincia de Buenos Aires, tras el cambio de modalidad de la cuarentena y el nuevo diseño de fases, determinará en que franja se ubicará cada uno de los 135 municipios.

Para General Pueyrredon no será una cuestión menor. Por el contrario, el del lunes pasa a ser un día clave, fundamental. Las posibilidades son dos y perfectamente diferenciadas.

En caso de que se determine que la ciudad continúa en fase 4, las autoridades municipales estarán en condiciones de habilitar la apertura del sector gastronómico. En la semana entonces podrían llegar a abrir bares y restaurantes en un horario similar al que hoy tienen los cafés. Claro que esta situación se da en un contexto sanitario totalmente diferente al que existía 15 días atrás.

El hecho de que Mar del Plata, desde el sábado pasado hasta el momento de redactarse estas líneas haya registrado casi 200 nuevos casos de coronavirus, encendió todas las luces de alerta en el gobierno de la provincia.

El intendente Guillermo Montenegro insiste en que no hay circulación comunitaria, que los casos están perfectamente detectados y que se han atacado los principales focos, como el Hospital Houssay, donde ya contabilizan 110 casos, la pesquera clandestina, clausurada, con más de 50, y el Hogar Namasté, donde los contagios fueron cerca de 80.

No obstante, desde la Provincia hubo llamados durante la semana. Montenegro y el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, tienen fluido contacto. De hecho el funcionario bonaerense, antes de los anuncios del viernes, llamó para preguntar cuántos respiradores tenía en uso Mar del Plata. La respuesta fue uno, lo cual evidenció que pese al crecimiento exponencial de los casos, la situación, al menos desde el punto de vista hospitalario, se encontraba controlada.

Tanto en Provincia como en Nación, ya los parámetros que se utilizan para diagnosticar la situación pasan por la cantidad de camas ocupadas en terapia intensiva y el empleo de respiradores. “Arrancó una etapa en la que hay que convivir con el virus, con un rol preponderante de la ciudadanía en lo que atañe a la responsabilidad social”, repiten como un mantra cerca tanto de Montenegro como de Kicillof.

La fase 4, en la cual hoy se encuentra Mar del Plata, habilita desde el lunes la actividad gastronómica. La 5, a la que se puede acceder con mucha más facilidad que horas atrás, habilita a abrir los gimnasios -lo cual no estaba contemplado- y hasta a participar en reuniones sociales con hasta 10 personas.

Así, Mar del Plata, si nada se mueve, puede volver a aspirar de llegar a la fase 5, en las próximas semanas, y en el peor de los casos, permanecer en la actual –en realidad es una fase 4 y medio ya que hoy tenemos actividades deportivas al aire libre, lo cual figura en fase 5 en el nuevo esquema bonaerense- y reabrir los restaurantes, un pedido que se viene reiterando desde ese sector.

No obstante, todos estos planes pueden derrumbarse si el lunes se informa que General Pueyrredon pasa a fase 3 (como sucedió la semana pasada con Bahía Blanca).

“Hay ventanas abiertas para cualquiera de los dos lados”, señalaba esta mañana un funcionario de confianza del intendente Montenegro. ¿Qué marca la fase 3? Hoy se encuentran en ese espacio los 35 municipios del AMBA. Se habilitarán escalonadamente distintas actividades. A partir del lunes, todas las industrias manufactureras y desde el miércoles, comercios de cercanías y agencias de juego oficiales. A partir del lunes 27, en tanto, mudanza y servicios inmobiliarios, servicios jurídicos, notariales, de contaduría y auditoría, profesionales de la salud, servicios de mantenimiento en hogares y servicios de peluquería y estética.

Dicho en otras palabras, Mar del Plata, en fase 3, debería cerrar cafés y otros comercios, suspender las actividades deportivas y hasta la obra privada. “Me da la sensación de que muchos no han tomado conciencia, especialmente en el sector productivo, de lo que puede significar para la economía marplatense esta marcha atrás”, expresaba con preocupación un concejal oficialista.

Para la provincia, deben estar en fase 3 los municipios “en donde se haya producido un brote o un aumento significativo y repentino de casos Covid y que a partir de la identificación de los primeros casos autóctonos, se observe un incremento en la velocidad de transmisión, medida en términos de tiempo de duplicación, o la ocurrencia de casos autóctonos en donde se verifique que la cadena de transmisión se corresponde con un escenario de transmisión comunitaria”. La pregunta del millón es si Mar del Plata se encuadra en esos parámetros.

¿Qué marca la fase 4? “Se ubicarán aquellos municipios –señala la Provincia- que en alguna de las últimas dos semanas hubiesen tenido más de 10 nuevos casos Covid cada 100.000 habitantes por semana. En dichos municipios estarán permitidas, además del resto de las actividades habilitadas hasta la Fase 3, las obras privadas de construcción, el consumo en locales gastronómicos, las salidas de esparcimiento, los comercios de cercanía incluyendo textil y jugueterías con ingreso de clientes y el servicio doméstico.

Asimismo, se da la paradoja que en Mar del Plata no es descabellado soñar con la fase 5, de reducirse la cantidad de casos que se registraron en los últimos días. Según el nuevo criterio, en fase 5 “se ubicarán aquellos municipios que en alguna de las últimas dos semanas hubiesen tenido menos de 10 nuevos casos COVID cada 100.000 habitantes por semana”.

Así, específicamente en Mar del Plata –tomando una población de más de 600 mil habitantes según el último censo- con una semana de 59 casos y otra siguiente también de menos de 60 casos- estaría en condiciones de pasar a esa fase. Algo que hasta el 30 de junio pasado hubiese sido más que sencillo. En aquellos municipios en fase 5 estarán permitidas, además del resto de las actividades habilitadas hasta la Fase 4, las actividades recreativas con distanciamiento social, actividades deportivas al aire libre, gimnasios, actividades sociales de hasta diez personas con distanciamiento y actividades culturales con trasmisión remota y grabación de shows.

En definitiva, este lunes en Mar del Plata habrá dos escenarios en juego. Por un lado, apertura de gastronomía y chances reales de acceder a la fase 5, siempre y cuando se produzca una baja en los casos tras los brotes registrados en las dos últimas semanas. Por el otro, volver a fase 3 con el cierre de actividades que hoy están desarrollándose.

Son horas de definiciones. De lo que se charle en estas horas entre los funcionarios municipales, provinciales y nacionales, de la opinión de los epidemiólogos y autoridades sanitarias, y de los números que arrojen los partes de casos de coronavirus en la ciudad de hoy sábado y hasta de mañana domingo, dependerá el lugar donde nos pararemos desde el lunes próximo. No es poco lo que está en juego.