Planifican suba de hasta 20% en el precio al público del vino Turista

Planifican suba de hasta 20% en el precio al público del vino Turista

Si autorizan el incremento pasaría de $ 35 a 42 pesos. Las bodegas lo justifican en un alza similar en botellas y corchos. También esperan el impacto que tendrá la paritaria.

Si el trámite se completa a tiempo, entre abril y mayo el vino Turista llegará al público un poco más caro. Según estiman los elaboradores, a partir de la suba en los insumos secos utilizados en el fraccionamiento del producto, será entre 15% y 20%, lo cual en las pizarras de restaurantes y parrillas implicará llevarlo por encima de los $ 40, convirtiéndose en el primer ajuste de 2015.

Así, desde su relanzamiento al mercado en 2013 (con un precio de $ 20 en el tipo básico y $ 25 en el turista varietal), llegado el momento, el aumento acumulado será de casi 60%. El último, que lo dejó en $ 35, data de junio de 2014.

Después de una primera reunión realizada el jueves 12 con directivos de las bodegas  que apuestan a la categoría, ahora el INV espera los estudios de costos para definir un porcentaje final.

Entre las marcas que ya ganaron la calle está Terrenal (en sus versiones Syrah- Bonarda, y Chenin-Ugni Blanc), primer ejemplar lanzado por Tierras del Este, un consorcio de 5 bodegas, desde donde consideran que el precio ayudará a compensar un nivel de ventas calificado como “pobre”.

“El volumen está 50% por debajo de lo planificado, y los restaurantes ponen reparos a que se les fije el margen de utilidad. El aumento se da naturalmente por la presión de los insumos secos; el de las botellas es mensual, y hay que sumar tapones y cápsulas. Además, va a venir bien para la percepción del consumidor. Lo barato suele ser visto como un producto de calidad inferior”, argumenta Pedro Carricondo, uno de los miembros del consorcio.

En los últimos meses, el vidrio se encareció a un ritmo de 5% mensual. Si bien las cápsulas están dolarizadas y el precio del vino se mantiene “planchado”, el cálculo arroja que  debería trasladarse al público desde 15%, pero podría superar el 20%.

Así es como lo plantea Fecovita para su línea Cruz del Sur (Bonarda-Syrah y Chenin- Torrontés), que despacha hasta 55 mil botellas mensuales. A entender de Daniel Tobares, gerente comercial, “por el impacto del insumo en el costo variable del producto, debería rondar 25% si se piensa en el resto del año. Con 15% estaríamos al límite, porque desconocemos  la incidencia de la paritaria”.

Por los vaivenes económicos de una inflación creciente, hubo cambios entre los jugadores que integran el pequeño mapa del vino turista. Es el caso de la sanrafaelina Totals, que supo colocar 70 mil botellas de su Etnia, y en medio de problemas financieros redujo su cuota a 10% que distribuye en el Sur. “Distribución y precios nos complican para llegar  a la gastronomía. Hay lugares en donde los mozos hablan mal del vino turista porque les conviene ofrecer otros más caros”, remarca Gabriel Peña, propietario de Totals. 

Comerciantes, a la espera

Más allá de la decisión en ciernes, de aprobarse un proyecto de ley, ya no habrá que esperar el ok desde Comercio Interior: el propio INV quedará facultado para decidir cuándo y cuánto modificar los precios al público del vino turista. 

No obstante, la realidad muestra cierta reticencia de los comercios a expenderlo, frente al tope impuesto en sus márgenes de ganancia actual de $ 17,50 por botella. Por lo cual, la noticia de un ajuste no es mal vista. “Seis de cada diez botellas las vendemos a turistas. Pero a este precio no rinde; tendría que subir 20% o más. La gente no se asustará con $ 45. Hay marcas de cerveza que cuestan $ 60 en la mesa, o gaseosas de medio litro a $ 20”, describe Jorge, responsable del restaurante La Barca. Sin dudas la mirada cambia acorde al negocio. En la parrillada Sr. Chef, Gisel considera que podría desplazar la demanda a vinos en formato 3/8, que el local vende a $ 42. “Si bien creo que lo preferirían, siempre hay alguien que pide turista aunque no te garantiza ganar más”, analiza.

Sin embargo, Jorge disiente. “El que elige 3/8 es porque no quiere o no puede tomar más. Además, según la marca, en relación el vino turista es más accesible”. Desde las bodegas tampoco niegan cuánto influye el debilitamiento del poder adquisitivo. Para Tobares, “la inflación se siente en las variables de consumo. Sobre todo en el canal de botella abierta, que tiende a retraerse rápidamente”.

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