El plan de Scioli: "kirchnerismo republicano" con desarrollo

El plan de Scioli:

El presidenciable del FpV reivindica el modelo pero con retoques: promete traer u$s 30 mil millones por año para mantener los subsidios. Necesita acordar con los buitres

"Daniel no se imagina como un Presidente de grandes debates impalpables, como la Reforma Judicial, sino como un Presidente que haga cosas que se puedan ver, tocar, como fábricas, puentes, rutas... Eso es lo que para él implica la década del Desarrollo". La descripción la otorgó un hombre que ha escuchado largas charlas de ensueño de Scioli, calificando su eventual mandato que desea desde fines de 2001, cuando como Secretario de Turismo por primera vez deseó con llegar a la oficina más importante de la Casa Rosada. Eso pensaba el presidenciable del FpV hace un par de meses atrás, cuando nada (la Maldición de Dardo Rocha que condena a los gobernadores bonaerenses) ni nadie (Mauricio Macri) parecían amenazar que el 10D Cristina Fernández de Kirchner le pusiera la banda. 

Repitiendo las 3T papales (Tierra, Techo, Trabajo) como si fueras propias, incorporando al decálogo naranja términos como "productividad", "reindustrializacion" y "consumo interno" que se cansó de repetir el kirchnerismo. Así como en 2007, el oficialismo publicitaba a Cristina Fernández de Kirchner como la etapa de la "institucionalización", Scioli se ofrece como garante de una hipotética época de "infraestructura". No teórica. Por eso, cuando comenzó a delinear su gabinete como si ya hubiera asumido, nombramientos hoy en stand by y revisión, llamó a Diego Bossio, ideólogo del Procrear, para suceder a Julio de Vido en Planificación. Fue una de sus primeras promesas concretas: construir un millón de viviendas, instando a la banca privada a facilitar créditos. 

"¿Cuál será su primera medida de gobierno?", le preguntó El Cronista a Scioli. "No tengo, a diferencia de otras transiciones, está será ordenada, sin caos", se limitó a replicar el candidato. En sus primeros 100 días aspira a mantener el statu quo oficial para superar el fin de año: hay que pasar el verano. De allí su compromiso de un dólar a 10 pesos. Pero, con dialogo subterráneo que se viene dando hace meses con sus economistas Miguel Bein y Mario Blejer ante el recelo K, el primer objetivo naranja sería acordar con los fondos buitre. De ello depende otra de sus promesas: traer al país un mínimo de u$s 30 mil millones al año en inversiones. Un cash necesario para, como ofrece, mantener los subsidios, el dólar, el "Ahora 12", su visión industrial y su idea de replicar el Fondo del Conurbano (hoy desactualizado en $ 600 millones) para que distintas áreas metropolitanas del país ‘tengan policías locales, hospitales intermedios, acceso universal al agua potable y cloacas". A sus pares gobernadores les exhibe la distribución de la Coparticipación a los municipios bonaerenses, en teoría equitativa al punto de haber impulsado la rebelión de intendentes renovadores, para contraponer la discrecionalidad del lápiz K. Un reparto más republicano. 

"No se va a pelear con Cristina, a lo sumo Cristina se peleará con él". Detrás de la ironía de un allegado se asoma otra de sus banderas: Scioli está acostumbrado a gobernar con minoría legislativa. Así como el 2016 tendrá un kirchnerismo refugiado en el Congreso, durante 9 años el gobernador llegó a enfrentar más resistencia de propios que ajenos en la Legislatura provincial. Siempre buscó acuerdos, con la recordada excepción de la Policía Local que sacó por decreto ante la negativa massista. 

Mientras Macri busca ganar por una importante diferencia, ya no favorito, Scioli aspira a una victoria ajustada. Pero desde que pensaba ser Presidente en primera vuelta, la tropa naranja planeaba una convocatoria a sectores de la oposición para incrementar simbólicamente el matemático respaldo de las urnas. Un regreso a la fuentes de un debilitado kirchnerismo del 22% de 2003. Un círculo.

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