Un plan para evitar que no sigan las inundaciones

Un plan para evitar que no sigan las inundaciones

Hace ya muchos años que La Plata tiene una deuda pendiente con el recurrente problema de las inundaciones, que hizo dramática eclosión el 2 de abril 2013 cuando media ciudad quedó bajo las aguas, con miles de viviendas afectadas y un número aún indeterminado de víctimas.

 

Y si bien es cierto que a partir de allí se inició un programa de grandes obras hídricas –imprescindibles como, por ejemplo la canalización del arroyo El Gato y sus canales tributarios- también es verdad que los especialistas aluden con insistencia a otros tipos de acciones necesarias que deberían instrumentarse, en especial en lo que concierne al casco histórico, sometido ahora, como nunca antes, a la recurrencia de tormentas intensas.

 

Opinan los lectores

Un reciente informe publicado en este diario reflejó la propuesta de expertos platenses destinada a resolver la cuestión de los excedentes hídricos causados por las lluvias extremas que consiste, básicamente, en evitar en forma preventiva que los excedentes de agua inunden los espacios urbanos.

La iniciativa que se encuentra muy avanzada y que lleva la firma de la Unidad Promocional de Investigación y Desarrollo en Ingeniería del Paisaje -de la Facultad de Agronomía platense- y de la Dirección Provincial de Hidráulica, postula la creación de ARTEHs (áreas de retención temporaria de excedentes hídricos), como espacios claves para “anticiparse a los efectos adversos de la variación climática, prevenir o minimizar el daño que pueden provocar los recurrentes episodios hidrometeorológicos extremos”,según puntualizó el director de la UPID-IP que funciona en la unidad académica de 60 y 119.

Las ARTEHs requerirían poca inversión, mantenimiento bajo o casi nulo, y evitarían que los excedentes de agua de los cada vez más frecuentes diluvios inunden los espacios urbanos ya impermeabilizados por el cemento y sigan causando daño a las personas, al patrimonio privado y al público. La creación y ampliación de espacios verdes de dos a ocho hectáreas formaría parte del plan detallado en la nota, a lo que se sumaría utilización de una franja de las veredas, a las que se les quitaría el embaldosado para volver porosa esas superficies en zonas urbanizadas, capaces de retener parte del agua caída.

Los expertos sostuvieron que este plan no haría sino retomar los cánones exitosos que impulsó la ciudad al ser fundada, potenciándose ahora nuevas tipologías de espacios verdes y las llamadas áreas azules, habilitándose así la posibilidad de integrar una infraestructura verde regional. Reseñaron que nuestra ciudad un modelo verde fundacional, que luego no se replicó en las últimas décadas del siglo XX y que hoy prosigue, desprovisto de pautas reguladoras.

En muchas oportunidades se ha reclamado que la Municipalidad reclame asesoramiento y, en su caso, adecue sus políticas a las propuestas que puedan formular los distintos centros de investigación de la Universidad local y de organismos provinciales o nacionales con experiencia. Parece, cuanto menos, prudente que los concejales y funcionarios no echen en saco roto los proyectos gestados por especialistas.

En el caso de las inundaciones resulta tanto o más oportuno que analicen y, en su caso, pongan en ejecución planes que suelen resultar menos costosos y que cuentan, sin duda alguna, con una probada solvencia científica que los puede convertir en aplicables y muy convenientes para la Ciudad.

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