La placita que algunos vecinos quieren que sea un basural

La placita que algunos vecinos quieren que sea un basural

Queda en Mayorano, Aniceto Fernández y calle 517 bis del barrio Parque Lasa. En dos extremos del espacio verde algunos vecinos arrojan su basura. A pesar de la recolección del Municipio, al rato todo vuelve a estar igual o peor.Autor: Gustavo Charino

Es una especie de triángulo isósceles de 40 metros por calle Mayorano, 90 metros aproximadamente por Aniceto Fernández al 1300, y otros tanto por una calle llamada 517 bis. Es también el único espacio público con sentido de plaza que hay en el barrio. Tiene un monumento que homenajea a las madres, media docena de bancos, una pérgola, un caminito interno, algunos tachos de 200 litros adaptados como juegos infantiles y un pasamanos, pero lo que más llama la atención es la gran cantidad de basura que se acumula en dos de los vértices.

La plaza de barrio Parque Lasa va camino a convertirse en un auténtico basural. Y todo por obra de algunos vecinos que hacen todo lo posible para que el paseo verde se convierta en un vertedero a cielo abierto donde proliferen todo tipo de alimañas. Acá el cuidado del medio ambiente y el valor que tiene una plaza son conceptos que parecen no existir para ciertos habitantes del vecindario.

Hasta hace unos meses, era el pasto crecido lo que afeaba el lugar. Yuyales que habían tomando la altura de maleza, impedía acercarse a la placita en plan de recreación. Sin embargo, la Municipalidad diseñó un plan de mantenimiento de espacios públicos y desde hace un aproximadamente un año, el césped se encuentra corto. Pero lo que no cambia, por más que pase el camión recolector con regularidad, es la conducta irresponsable y desaprensiva que demuestran tener algunas personas. 

EL CIVISMO nuevamente recorrió la zona ante la reiterada y no menos llamativa acumulación de basura.  Desde ramas y pastos, hasta colchones, carcasas de televisores, bolsas plásticas, residuos orgánicos e inorgánicos. En la confluencia de Aniceto Fernández con calle 517 bis y Sofía Piñeyro queda en evidencia que, además de apilarse desperdicios, esta punta del triangulo se utiliza con frecuencia como quema.

Como en Fuenteovejuna, el clásico de Lope de Vega, donde todo un pueblo se puso de acuerdo para no relevar el autor de un crimen, en Parque Lasa pasa algo parecido aunque no corre sangre. Nadie dice saber quién o quiénes tiran prácticamente a diario la basura donde no corresponde. 

Tal vez por miedo, quizás por complicidad o posiblemente por alguna otra razón que no se puede saber, es preferible mantener la boca cerrada, mirar para otro lado y que todo sigua como hasta ahora.

Fácil, en cambio, resulta deslindar responsabilidades. “Sabe lo que pasa: uno paga los impuestos y la Municipalidad no hace nada”, dijo una mujer aunque admitió que el camión recolector “pasa seguido pero no juntan como deben”.

“Yo no veo nada porque estoy todo el día encerrado en mi casa. Deben ser los de la vuelta”, apuntó un hombre y orientó al cronista a que pregunte en unas de las esquinas donde se junta más basura. Haciendo caso a la recomendación, este cronista se dirigió al punto indicado. Pero nadie salió de sus viviendas.

 “¿Para quién saca fotos?”, preguntó otro vecino que salió de su casa en tren de hacer las compras. Ante la respuesta que era para EL CIVISMO, contestó: “Está bien que lo saque en el diario pero tendría que venir a otra hora. Dese una vuelta a la tarde o a la noche y verá como tiran basura. Yo no me meto porque son unos mal llevados y te pueden salir con cualquiera. Después los escuchás y  se la pasan criticando al intendente y a Dios y a María Santísima, que pagan los impuestos y el gobierno se roba la plata y no hace nada. Pero estos son los primeros en no pagar los impuestos y en tirar la basura en la esquina. Fíjese: es un asco y cuando hace calor, no se puede pasar de las moscas y olor que sale”,

“¿Usted es de El Civismo?, interrogó una señora que leyó el nombre en la chomba de este cronista y continuó: “Todo el barrio es un desastre. La gente saca ramas,  las tira en la calle y el camión tarda meses en pasar a juntarlas. Los perros rompen la bolsas de basura y es un chiquero”, dijo y cuando se le preguntó por la basura que hay en dos de las esquina de la plaza, no supo o no quiso decir quiénes son los vecinos que tienen esta reprochable actitud. Aunque quedó flotando en el aire la sensación que sabia más de lo que contó.

Comentá la nota