La justicia pretende ir más allá de un hecho que no superaría la caratula de “daños”. Para los investigadores que trabajan en la causa por las pintadas en el frente de la casa del intendente Carlos Arroyo hay factores que podrían vincular el hecho a más que un simple acto vandálico de “jóvenes rebeldes”.

El secuestro de panfletos con simbología anarquista, computadoras, celulares como así también otros elementos importantes para el caso hacen potenciar una hipótesis en la cual ya se aboca la fiscal Alejandra Bonichini.

Por estas horas, se investiga si los presuntos autores de las pintadas contra el intendente tienen vinculación con movimientos nacionales, informó Radio Mitre. La premisa que se está formulando es más específica. La justicia está detrás de un presunto contacto entre los supuestos participantes de los escraches con Fernando Esteche, líder de la agrupación Quebracho, y Luis D’Elía, titular de MILES, espacio político que se sumó el ex vicepresidente Amado Boudou.

Por ese motivo, se están peritando las computadoras y celulares hallados en la vivienda del barrio Don Bosco. Según fuentes consultadas, en estos dispositivos podría haber material clave para la investigación. Buscan establecer si hay comunicaciones con presuntos impulsores de ataques en distintos puntos del país.

“Hay material que comprobaría dichos de Esteche haciendo alusión a ataques en Mar del Plata”, expresó una fuente judicial, que hace hincapié a un material fílmico que podría comprometer al líder del movimiento que cuenta con un considerable historial violento.

No se trata de una especulación que surgió tras el hecho conocido en todo el país. La propia policía estaba “preocupada” ante las declaraciones de estos referentes a nivel nacional. “Este gobierno va hacia una crisis segura que ayudaremos a desatar. Es un gobierno que va a caer y que vamos a ayudar a que se caiga, porque gobierna contra el pueblo. Por lo tanto, vamos a hacer lo posible por no dejarlos gobernar”, dijo en su momento Esteche, aunque luego buscó cambiar. No han sido palabras que fueron dejadas de lado. Desde las distintas órbitas de la policía han puesto la atención de ahí en más en estas personas.

“Vamos a provocar la crisis y construir la salida a esa crisis […] por eso estamos presentando una herramienta que no es sólo política-electoral, sino que será una herramienta de lucha y de organización popular”, es otro de los fragmentos que hizo alusión el titular de Quebracho.

La causa recién comienza, está lejos de cerrarse en un episodio cuya calificación es menor. Por esa razón, no se descartan nuevos operativos  en busca de mayores pruebas que ratifiquen o rectifiquen una investigación que, distante de “buscar a adolescentes con ciertas actitudes revolucionarias”, apunta a intentar comprobar una presunta motivación de  dirigentes que aseguran “alentar para desatar la crisis del Gobierno”.