Piden ayuda a la Nación para erradicar a los “carreros”

Piden ayuda a la Nación para erradicar a los “carreros”

La Municipalidad de San Miguel de Tucumán y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación implementarán medidas conjuntas para mejorar la calidad de vida de cientos de vecinos de escasos recursos que en la actualidad subsisten trabajando como “carreros”.

 

A 4 años del inicio de la campaña Basta de TAS (Tracción a Sangre), el municipio de San Miguel de Tucumán poco avanzó sobre la problemática y sigue sin encontrar el modo de sacar de las calles a los “carreros”.

Este martes, con el fin de establecer un diagnóstico de la situación para permita definir acciones concretas para la erradicación de la actividad, se reunieron funcionarios del área Social de la Nación y autoridades del municipio. De la audiencia, que tuvo lugar en la sede municipal de 9 de Julio y Lavalle, participaron la directora Nacional de Ejecución de Proyectos Sociales Integrales y Cooperativos, María Eugenia Clouet, la delegada local del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Laura Costa y el responsable de la Gerencia de Empleo de la Nación, Tobías Gordillo.

En representación del Municipio, participaron el presidente del Concejo Deliberante -a cargo interinamente de la Intendencia-, Javier Aybar, el secretario de Gobierno, Walter Berarducci y el secretario de Desarrollo Social y Cultural, Oscar Velasco Imaud. Al finalizar la reunión, Clouet explicó que en una primera etapa se buscará “conocer y definir correctamente el problema para pensar distintas líneas de acción posibles”. La funcionaria nacional apuntó que el objetivo es reconvertir la actividad de los “carreros”.

Lo cierto es que no es la primera vez que se habla del tema. Desde hace mucho tiempo se intenta erradicar los carros de tracción a sangre de la ciudad, pero siguen formando parte del paisaje urbano.  Aunque los datos no son precisos, se calcula que en San Miguel de Tucumán hay entre 2.500 y 3.000 carros (tirados por caballos y por seres humanos). Y que son entre 15.000 y 20.000 las personas vinculadas con esta actividad.

En el 2013, el Municipio de San Miguel de Tucumán adhirió mediante una ordenanza al programa Basta de TaS, comprometiéndose a la sustitución gradual de los caballos actualmente utilizados como medios de tracción a sangre por vehículos de tracción motora con la correspondiente capacitación en Educación Vial.

La iniciativa, aprobada por el Concejo capitalino, proponía también que se efectuara en nuestra ciudad la clasificación de los carreros por actividad, la división por zonas de la ciudad, la generación de cooperativas, a través del Registro Municipal de Actividades de Tracción a Sangre (Rematas) así como la articulación con el Ministerio de Desarrollo Social para la obtención de sus vehículos. Pero la medida nunca fue reglamentada, y en abril del 2015 el entonces intendente Domingo Amaya la vetó.

No es la primera normativa que intenta regular el problema. La intención de erradicar los carros de tracción a sangre comenzó en 1984, con la promulgación de la ordenanza 374 que prohibió su circulación en una buena parte del ejido municipal.

Con el cambio de mandato municipal llegó también una nueva iniciativa. En diciembre del 2015, la intendencia de San Miguel de Tucumán, que conduce Germán Alfaro, lanzó el programa Basurales Cero, que entre otras cosas apunta al secuestro de vehículos de tracción a sangre que sean descubiertos arrojando residuos en la vía pública. Esto despertó el rechazo de los “carreros” porque la medida –aunque correcta en cuanto a la higiene- no contemplaba una salida de fondo para quienes ejercen la actividad, lo que motivó una serie de protestas en diferentes arterias neurálgicas y las entradas a la ciudad.

La solución no pasa por una prohibición. La educación debe ser el punto de partida fundamental para lograr el objetivo. Resulta imprescindible, en primer lugar, educar al vecino, culturalmente (mal) acostumbrado a entregar basura a los carreros para que este la arroje en el primer lugar que encuentra, que muchas veces se tratan de baldíos, plazas barriales, caminos, canales y ni hablar de las entradas a la ciudad.

Por otro lado, la posibilidad de educarse y de tener un empleo digno que le permita al carrero poder cambiar su destino social y el de su familia, resulta un segundo eje central para generar una verdadera inclusión social, y en el cual el gobierno ha fallado en incontables ocasiones.

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