Miguel Pichetto ayudó al Gobierno para que esta tarde el Senado apruebe los pliegos de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti para la Corte Suprema, pero envió una señal: insistirá en la ampliación del máximo Tribunal y, si lo consigue, no aceptará que los próximos candidatos sean juristas sin militancia política.

Como explicó LPO, fue la condición que puso Mauricio Macri cuando Gabriela Michetti y Federico Pinedo le acercaron la propuesta de Pichetto y Adolfo Rodríguez Saá para ampliar la Corte y garantizar la aprobación de Rosatti y Rosenkrantz.

Al rionegrino y al puntano no les gustó el condicionante y congelaron los pliegos, finalmente aprobados hoy tras una fuerte presión de Macri a los gobernadores, sumada al efecto del escándalo de José López.

Los promotores de una Corte más grande tenía sus intereses: a Pichetto le interesaba ser juez y a Rodríguez Saá ubicar a su colega y coterránea Liliana Negre de Alonso. Macri les puso ese límite, pero ahora están dispuestos a sortearlo.

La discusión para ampliar la Corte empezó ayer con un plenario de comisiones que trató los 16 proyectos presentados y, según adelantó el kirchnerista Marcelo Fuentes, seguirá con debates en todo el país.

Aunque ratificó que no tiene sentido agrandar la Corte si Macri no quiere, Pichetto empezó a hacerse lobby. “Algunos tontos dicen que los jueces no tienen que tener historia política. Me preocupa muchísimo”, confesó.

Aseguró que el 70% de los jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos tienen orígenes en alguna de las fuerzas políticas de ese país y que Rosatti, flamante juez de la Corte, fue militante del PJ.

Recordó que sólo la Corte de Uruguay tiene 5 miembros, y algunas como la chilena llegan a 21 miembros, la peruana tiene 20 y la mexicana 11. La de Estados Unidos 9, como tenía la argentina hasta el cambio de Néstor Kirchner, avalado por Pichetto.

Rodríguez Saá fue menos delicado. “Hay que modificar el número de miembros”, dijo sin vueltas y volvió con la idea de no discriminar a la militancia política.

La necesidad de un cupo femenino fue remarcada por senadoras del FpV que, presionadas por sus gobernadores, cedieron y votaron a favor de los pliegos.

Varios recordaron los conceptos de pluralidad que Kirchner incorporó como condición de los magistrados y exigieron representación territorial.

La mendocina Anabel Fernández Sagasti, de La Cámpora, recordó que uno de los últimos fallos de la Corte fue condenar a Santiago del Estero por una deuda de aportes al Anses, que le valieron 2700 millones de pesos y a Mendoza le pueden significar 4000.

No sólo que el máximo tribunal no tiene expertos previsionales sino que tampoco hay un juez originario de una provincia que haya transferido su caja previsional al Anses.

En el Senado comentaban que Elena Highton de Nolasco, la única jueza que le queda a la Corte, no estaría bien de salud y por lo tanto Macri tal vez debería pensar en un remplazo en poco tiempo. Tal vez sea la opción de ampliar la Corte, como le piden Pichetto y Rodríguez Saá.