Los pibes de Central se trajeron un buen punto de visitante ante Olimpo

Los pibes de Central se trajeron un buen punto de visitante ante Olimpo

Mientras el equipo titular piensa en la final de la Copa Argentina que se disputará el próximo miércoles en San Juan, un combinado juvenil canalla no defraudó en Bahía Blanca.

 

Nada mal. Si hasta algunos daban por descontada una derrota. Bien para esta camada que eligió Russo para que cuidaran los intereses canallas mientras la atención está puesta hoy en un tema más importante como es el de las Copas. Muy bien el resultado por 1 a 1 que Central logró ante Olimpo, porque lo conquistó merecidamente. No dio para algo más, pero la respuesta fue correcta. Los chicos también juegan y en Bahía Blanca supieron cómo hacerlo, casi a la altura de los más grandes.

   El tema era no sufrir un sacudón de golpe. La cuestión pasaba por mantener tranquilidad y control del juego. Que Olimpo no quisiera ni pudiera aprovecharse. Tampoco el rival presentaba una dificultad superior. Por algo está en el penúltimo puesto. No era cuestión de que se agrandara en esta ocasión.

   Y lo desplegado por el conjunto auriazul funcionó. Y eso que hubo varias idas y vueltas peligrosas en los primeros veinte minutos. Justo en el tiempo que los chicos de Central necesitaban no pasar por inestabilidad emocional. En el que debían mirar cómo se jugaba. También era cuestión asimilar si llegaba algún duro golpe de gol. Y los pibes también supieron hacerlo. Los minutos posteriores a esa conquista de los 37’ fueron los más duros, pero pocos por suerte para los auriazules. Es que el entretiempo sirvió de stop y retoques para la segunda mitad.

Hubo una variante clave para que Central encontrara las respuestas que estaban faltando. Russo metió a Montoya por derecha para correr a Medina a la izquierda, a ese sector que estaba desperdiciando Aguirre, complicando además a Gómez cuando Cuero hacía de las suyas en velocidad, aunque sin claridad conceptual.

El mensaje fue seguir en progreso con el correr de los minutos, sin apuro, con cuidados, con la mente puesta en que una pelota podía derivar en un buen punto.

No demoró demasiado y eso jugó a favor de los chicos. Se había nivelado el control de pelota y terreno. Olimpo no asustaba, pero podía hacerlo en cualquier descuido. Aunque este Central no lo tuvo. Intentaba seguir jugando con chances. Y así fue que en una de las incursiones llegó el 1 a 1. De pelota parada bien resuelta, con el cabezazo de Lucas Acevedo a los 76’. Un gol que se festejó mucho pero que no descontroló a nadie.

Quedaba mucho tiempo y los chicos debían saber recorrerlo. No tirarlo a un costado del camino. Era preferible el empate que una derrota digna por tratarse de un equipo armado de urgencia.

Por eso quedó lindo que el juego de estos pibes terminara en 1 a 1. Y la igualdad no disgutó. Tampoco se festejó como una victoria, sino como un resultado que arrojó saldo positivo. La juvenil formación está en formación. Varios de estos pibes tendrán cada vez más chances. Sobre todo si Central se sigue copando. Porque el Melli García tiene espaldas y seguridad como Caranta. Entre Piñero, Acevedo, Berra, Gómez Andrade y Donatti no hay demasiadas diferencias. Porque Correa se la banca y puede ser opción de Abreu. Y así con la mayoría. No es para descorchar porque Champagne tapó algunas. Así, a este juego de grande, los pibes también lo aprenden jugando.

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