Pese al trabajo y las campañas, el Municipio no puede erradicar los microbasurales

Pese al trabajo y las campañas, el Municipio no puede erradicar los microbasurales

A pesar de la constante limpieza de las cuadrillas y las campañas de difusión, se sigue tirando basura en terrenos baldíos y al costado del camino. Un problema que parece no tener fin y que perjudica a todos los vecinos.

 

 

La cuadrilla de residuos  especiales que depende de Higiene Urbana limpia una y otra vez los micro y macro  basurales que aparecen en cualquier rincón de la ciudad. A pesar de las campañas de concientización y la puesta en marcha de centros en lugares estratégicos para dejar todo tipo de residuos, las pilas de basura siguen apareciendo por doquier. Autos, camionetas y carros arrojan deshechos en basureros informales, terrenos baldíos o a la vera de la ruta, como si no importara nada.

Parece mentira, pero ese porcentaje mínimo de la población no tiene en cuenta los problemas de salud que puede generar un basural a cielo abierto en zonas urbanizadas y tampoco el impacto que ocasiona en zonas sub-rurales o la vera de la ruta.

Hace un año, ElDía recorrió junto a César Massart, coordinador de residuos especiales, microbasurales  y centros de transferencia, al menos siete puntos que de un día para el otro aparecieron repletos de basura. Y a pesar de la limpieza semanal constante de esos terrenos, siguen tirando basura en esos mismos lugares.

“Es un sector menor de la población el que no colabora, el que saca la basura mezclada o los días que no corresponde”, describió Massart sobre la situación, quien afirmó que uno de los factores por los cuales prolifera esta práctica repudiable es la falta de conciencia ambiental en esos vecinos.

“Situaciones como estas se dan todos los días. Es algo cotidiano. Por lo tanto, hemos asumido esta problemática como un desafío que tratamos de superar, pero para eso necesitamos que la gente colabore y tome conciencia de lo que hace y que se tenga en cuenta el esfuerzo que, a diario, realizan los operarios, trabajando al rayo del sol en verano, con temperaturas que superan los 40 grados”.

Por día, la cuadrilla de residuos especiales levanta en promedio unas 200 bolsas con basura de todo tipo. Son entre 700 y 800 kilos diarios que recogen de lugares donde no debería haber basura. Uno de los puntos más críticos en este sentido es en el asentamiento La Tablita, en el sector noreste de la ciudad. Es precisamente en el Arroyo Gaitán donde vecinos del barrio y personas que vienen de otros lados más tiran basura. En verano, los niños se bañan en las aguas altamente contaminadas, en un lugar que por culpa del basural informal está plagado de ratas. “Una vez por semana lo limpiamos completamente, pero a los pocos días está igual o peor”, señaló Massart.

“El recolector de basura sólo levanta lo que corresponde a cada día y lo que no, queda en el cesto o en el lugar que lo depositó el vecino. Lamentablemente, esto en ocasiones va a parar a un microbasural o al terreno baldío más cercano”, explicó.

“También muchos recurren al servicio de recolección informal que realizan los carros cuando se junta un excedente de residuos, pero muchos, en vez de llevarlo a uno de los centros de transferencia tira esa basura en cualquier lado. La mayoría de los carreros no tiene un compromiso ambiental”, reprochó.

“La gestión del intendente Martín Piaggio encaró un trabajo serio para erradicar los microbasurales. Sin embargo, la falta de colaboración de algunos vecinos detonó la situación y un lugar que limpiamos un día al otro día aparece de nuevo lleno de basura. , pasamos al siguiente  y está lleno de basura”, lamentó.

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