• De acuerdo con los datos que se manejan en la Secretaría ¿es posible dimensionar los niveles de consumo que existen en la Provincia?

Hay que partir de la realidad que en la sociedad contemporánea, en el mundo entero, el uso de sustancias está generalizado. Nosotros contamos con la información que obtenemos de nuestros dispositivos de atención, con la que registran los agentes sanitarios y también con los datos de los estudios del Observatorio Argentino de Drogas, que es un organismo nacional que hace relevamientos en todo el país. De acuerdo con estos últimos, la media de consumo en Salta está un poco por debajo de la media del país. Es decir que en la provincia no se consume más que en otros distritos. Ahora, el problema de quedarnos solamente hablando de índices es que se pueda perder de vista que, más allá de los números, hay personas que sufren y que tienen que encontrar espacios donde ser escuchados y asistidos.

• ¿Cuál es la frontera que separa un “consumo social” de una adicción?

Es importante decir que, del universo de personas que usan algún tipo de sustancia, es una minoría la que incurre en consumos problemáticos. Traspasar esa frontera depende de distintos factores, personales y del entorno, y se relaciona con el deterioro que se produce en la vida cotidiana de alguien, es decir cuando la persona en el marco de su consumo no puede sostener sus actividades y proyectos personales. Para esos casos están disponibles los dispositivos terapéuticos, pero también se generan espacios comunitarios de contención e integración.   

• Se ha difundido recientemente que se va a ampliar la red asistencial de provincial de las adicciones. ¿En qué consiste esa ampliación?

La Provincia cuenta con una red institucional para el abordaje de los consumos problemáticos. La misma está conformada por instituciones de la Secretaría de Adicciones, otras que surgen de convenios con municipios y otras de convenios con organizaciones de la sociedad civil (asociaciones, fundaciones, iglesias). Esa red ha incorporado el año pasado a tres instituciones nuevas. Para este año hay un plan estratégico de desarrollo que consiste en el fortalecimiento de lo que ya existe y, por otra parte, sumar más proyectos y dispositivos en distintos puntos del territorio provincial. 

• ¿Qué quiere decir fortalecimiento de lo que ya existe?

Fortalecer lo que está implica destinar recursos, hacer inversiones. Por ejemplo: en Tartagal se 

están terminando obras de refacción en el inmueble donde funciona el Programa Puente Norte. 

Lo mismo en Güemes. Esas obras dan la posibilidad de atender a más personas y dar 

tratamientos más intensivos si es necesario. En Orán ya casi se ha terminado la construcción de un nuevo edificio para tratamiento de las adicciones, donde pronto se trasladará el Centro Tinku. Ahora, más allá de los fondos que se destinan, también la Secretaría tiene en esos lugares una presencia a través de equipos de especialistas que acompañan, supervisan, monitorean los proyectos y asesoran a los equipos locales.

• ¿Qué puede decirnos sobre el plan estratégico que mencionó recién?

El concepto es que la red crezca con un sentido regional, es decir abriendo espacios de atención en  puntos geográficos que permitan cubrir localidades cercanas entre sí. Además, que los servicios que se pongan en marcha respondan a las necesidades propias de cada lugar. 

Trabajamos para abrir este año dispositivos en el norte de la Provincia en Embarcación, Salvador Mazza y Gral. Mosocni; al sur en Metán, Rosario de la Frontera y Joaquín V. González y en al menos dos localidades del Valle de Lerma. Por otra parte ya tuvimos en diciembre una reunión con el nuevo Secretario de adicciones de Nación para sumar equipos de SEDRONAR a las tareas de nuestra Secretaría. Porque ese es otro punto cuando se piensa con sentido estratégico: sumar a los distintos actores para articular acciones en vez de superponerlas.

• ¿Cuáles son las dificultades que se encuentran en el intento de articulación?

Las dificultades son diversas. Como los consumos problemáticos son un fenómeno complejo, no todos tenemos la misma visión o el mismo concepto y eso implica que, para trabajar juntos, primero sea necesario llegar a aunar criterios. Otras veces es difícil encontrar profesionales u operadores disponibles para armar los equipos y, por otra parte, los procesos de capacitación para esos equipos llevan su tiempo. También hay lugares en los que cuesta encontrar un espacio físico adecuado para montar un servicio asistencial. O sea, para que se ponga en marcha un proyecto se deben resolver una serie de aspectos. Sin embargo, también encontramos en cada lugar gente que quiere comprometerse y participar y, cuando hay una voluntad de trabajo compartida entre la Provincia, las municipalidades y la gente, los obstáculos se pueden ir resolviendo.