Pese a la lluvia del domingo, se mantiene una compleja situación por la fuerte sequía

Pese a la lluvia del domingo, se mantiene una compleja situación por la fuerte sequía

Precipitaciones escasas, tardías e irregulares, desembocarán en un bajo rendimiento en los cultivos, que repercutirá en la economía local.

Más allá de que en los últimos días precipitó un volumen apreciable de agua en casi todo el partido de Necochea, las lluvias a lo largo del verano fueron muy irregulares en insuficientes, ya que en promedio en algunos sectores cayeron 8 milímetros, en otros 13 y en algunos pocos más de 80. Además de la irregularidad, la lluvia llegó tarde, porque ya a nivel general, se puede afirmar -según sostuvieron productores agropecuarios de la localidad-, hay un 30% menos de rendimiento que en un año normal. Los ingenieros agrónomos, que en el campo van observando la evolución de los cultivos día a día, hoy llegan a la conclusión que la situación es grave y las pérdidas son importantes para el sector y los demás rubros de la cadena. Al haber menos disponibilidad de granos, los transportistas trabajan menos, se vende menos combustible, se gasta menos en alimentación y ropa, y así la cadena va decreciendo. Y si bien los primeros damnificados son los productores, se suman muchos sectores se ven seriamente perjudicados y que preanuncian un panorama no tan alentador para los meses que se avecinan.

El impacto

Esta situación, va a repercutir tanto en el campo, como en la economía de la ciudad. La disparidad de las lluvias, con sectores con 40 milímetros y otros con 5, genera dificultades para muchos. Las precipitaciones del fin de semana trajeron algo de alivio, pero las pérdidas en algunos cultivos, como el girasol, afirmaron los productores, son casi irreversibles y hacen que los protagonistas del sector comiencen a replantearse sus prioridades de consumo más que en años anteriores. Desde el INTA local se precisó que el cultivo más afectado es el maíz, uno de los más sensibles al déficit hídrico. Es así que las escasas precipitaciones de enero último en la región le han pegado de lleno.Se estima que entre el partido local y el de Lobería en cada campaña se siembran  entre 15.000 y 20.000 hectáreas de maiz.

Los que tengan créditos a saldar, van a tener más dificultades para encarar la siguiente cosecha, y tal vez deban volver a pedir asistencia económica.

Los productores locales, alarmados, no recuerdan que haya habido una sequía tan grande en los últimos 50 años. Aunque se preveía un año seco, las pérdidas son más importantes de lo que se pensaba. Y así la ciudad se podría resentir, por la disminución en el gasto del sector. Se calcula que se van a negociar en forma distinta los alquileres para el próximo año, y después de la cosecha se verá cómo sigue la situación realmente, ya que el campo es una "fábrica a cielo abierto”, y las condiciones climáticas son esenciales.

Las pérdidas

Las pérdidas se pueden medir de diferentes maneras. Una sería a través de los cultivos que se sembraron, que al sufrir tanto estrés hídrico se deterioran. Anteriormente a las recientes precipitaciones, hubo más de cien días sin lluvia buena y generalizada. Así, los cultivos de verano, con tantos días de altas temperaturas y vientos como sucedieron en enero, empiezan a perder productividad, pero además, como la sequía viene de noviembre, quedaron muchas superficies sin sembrarse en lo que es cultivo de primera y de segunda. 

El trigo y la cebada se cosecharon y no todos los lotes que iban destinados a la cosecha de segunda se pudieron sembrar, entonces ya desde ese punto se arrancó con una pérdida de productividad por la no siembre de todos los cultivos que estaban programados. Y a medida que fue pasando diciembre y enero, la pérdida se agravó, porque lotes que se sembraron con muy poca humedad para poder ganar tiempo y creer que alguna precipitación pronto iba a suceder, lo que no sucedió, hizo que esos cultivos empezaran a perder plantas o quedaron muy chicas o nacieron mal: vegetativamente no desarrollaron. Ya entrando en febrero, el mes comienza con muchas pérdidas.

Los factores atribuidos a la escasez tienen que ver con la superficie que quedó sin sembrar por falta de humedad, y porque se sembró y las condiciones no acompañaron, entonces los cultivos no desarrollaron vegetativamente como deberían, y algunos florecieron, como en el caso del girasol, y en etapas de alta demanda de precipitaciones como es la floración, no la tuvieron y el cultivo estuvo sometido al estrés hídrico.

Contrarrestar la sequía

Más allá de lo que se aguarda que provea la diosa naturaleza y que a todas luces no ha sido suficiente, para poder contrarrestar una sequía, la solución está en el riego, para lo que hay que contar con equipos de riego eléctrico y a través de combustible, ambos muy costosos y pocos productores en el partido los tienen. Los climatólogos manifestaban que esta primera parte del año no iba a tener abundantes lluvias, y al respecto, lo que un productor puede hacer es jugar con las fechas de siembra y que los períodos críticos, como el de floración, no caigan todos al mismo tiempo. Y así escaparle a los momentos críticos como es el mes de enero, que siempre es el más complicado en el partido. Lo que muchos productores locales hicieron fue retrasar la cosecha y que la floración cayera en febrero.

Este juego se pueda dar cuando se cuentan con las condiciones óptimas en el momento de la siembra, que en este caso no lo fueron. Así, como muchos no sembraron en forma temprana, esperando más humedad al sembrar en forma tardía, y ahí se encontraron con una seca mucho más grave, quedó tanta superficie sin sembrar. Hay campos alquilados, que tienen que pagar los arrendamientos en el mes de abril, y no van a poder cosechar porque no han sembrado. Y la realidad es que le productor agropecuario vive de la siembra, entonces le apuesta a eso a pesar de cualquier pronóstico. Se indicó que no son pocos los que están viendo de comprar más animales, así la ganadería empezaría a tomar más protagonismo. También se piensa en los préstamos y asumir una deuda. En suma, es una situación compleja económica y financieramente para los productores de la región.

Expectativas del sector

Muchos sostuvieron que este va a ser un año de transición, en el que se dejará superficie de campos alquilados de años, achicando escala y amoldándose a la situación y disminuyendo la capacidad de siembra, con la esperanza de que el siguiente año los encuentre mejor preparados. También se espera que el gobierno tome cartas en el asunto, y de alguna manera, ciertas zonas que sufrieron incendios, sequías importantes o inundaciones, como La Pampa, Necochea o el litoral, reciban apoyo impositivo o de algún tipo. 

Todavía los balances son muy recientes, y no se tiene la magnitud real de lo que está sucediendo, pero en abril o mayo, cuando la cosecha comience, y se vean muchos lotes con muy poco rendimiento, se tomará noción de que el segundo semestre va a ser complicado, y esto se va a sentir en todo el partido, a causa de una de las sequías más importantes de los últimos 50 años.///  

Registros del fin de semana

El fin de semana llegó algo de alivio para la región gracias a las abundantes lluvias, que cayeron con distinta intensidad en cada localidad. En Necochea fueron 42 milímetros; mientras que en De la garma más de 100, en La Dulce 30, en Juan N. Fernández 25, en Tres Arroyos 35, en San Cayetano 30, en Energía 32, en Santamarina 38, y en Lobería 11.///

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