La pesca entre la foto con Macri y el hueso de plástico

La pesca entre la foto con Macri y el hueso de plástico

Macri recibió a los grandes de la pesca local -los mismos que no mueven sus barcos fresqueros-, y le pidieron mejoras arancelarias para sus exportaciones. Los anuncios para la flota fresquera no se cristalizan. Bajan desembarques y sube la inactividad.

 

Por más empeño que pone la administración Cambiemos en reactivar laindustria pesquera marplatense, luego de tener un diagnóstico de la crisis y fijar políticas de acción en un acuerdo tripartito que firmó con empresarios y sindicatos antes que termine el 2016, en el primer mes del año no hay ningún síntoma de reactivación.

Muy al tanto que ese paquete de medidas no impactan en su estructura de negocios, sostenida por la mayor rentabilidad (y falta de controles) que pueden exhibir en sus barcos congeladores, los apellidos ilustres de la pesca local transitaron otro camino.

La pasión por el fútbol, y los negocios, que comparten José Moscuzza con Daniel Angellicci, le abrió la puerta a la pesca –la que representa el Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (CEPA) al menos- para tener un contacto mano a mano con el presidente Mauricio Macri.

Sobre el filo del fin de semana, desde CEPA hicieron circular la imagen. “Pototo” flanqueando a un Presidente con cara de cansado, o de aburrido. Oscar Fortunato, el vocero del grupo, y un poco más distantes, Alberto Valastro, Antonio Solimeno y Diego Mattera. Del otro lado el Ministro de Agroindustria y el gabinete pesquero.

Conscientes que no prosperaría su idea de devaluar el peso hasta los $26 por dólar, apelaron a otra estrategia: comenzar a trabajar con el gobierno para alcanzar acuerdos que permitan el acceso de productos de la pesca a China, México, Estados Unidos y la Unión Europea libres de aranceles o con aranceles reducidos.

Hoy en día esos mercados comprenden el principal destino de las exportaciones de productos pesqueros que el año pasado alcanzaron 1679 millones de dólares. Cada destino cuenta con barreras arancelarias que, bajarlas aunque sea un poco, generarían mayores posibilidades para las empresas locales.

Lo que planteó CEPA al Presidente no es nuevo ni fácil de conseguir. Con China, principal comprador de calamar, no ha alcanzado con permitirles ingresar a una docena de barcos poteros a nuestras aguas para que bajen los aranceles del calamar y el langostino que supera el 20%.

Erosionar las barreras arancelarias en la CEE permitiría que la merluza pueda competir en mejores condiciones, ahora que el Pangasius pierde terreno en las góndolas por las consecuencias ambientales que generan sus plantas de cultivo en Vietman.

A fin de año los industriales pesqueros lograron el beneficio del restablecimiento de los reintegros a las exportaciones, que en promedio, para todas las especies, ronda el 4%. Si se mantienen las cifras del año pasado, serían al finalizar el 2017 algo así como 60 millones de dólares.

Es paradójico que los empresarios que se reunieron con el Presidente no estimulen el trabajo de sus barcos fresqueros para dinamizar el resto de la cadena productiva. En su mayoría los tienen parados a la espera de la bonanza langostinera o funcionando en cuenta gotas y venden el pescado entero para cubrir garantizados. La merluza la reservan para sus barcos arrastreros congeladores.

Para la flota fresquera también las reuniones periódicas generaron anuncios: la asignación de un fideicomiso por 200 millones de pesos para reducir costos de combustible, la tarjeta ProPesca para financiar la compra de insumos, líneas de créditos a tasas subsidiadas y la reducción del costo de la ART. Hasta ahora no parecen haber provocado el efecto deseado.

“Nos dieron un hueso de plástico”, contó un armador que ya se cansó de llamar al Banco Provincia y preguntar por el financiamiento para comprar combustible. La ProPesca funcionaría para pagar en Zona Común, el principal proveedor de gas oil del puerto. La empresa todavía estaba por colocar el posnet.

El mes pasado el incremento del combustible tuvo el efecto inmediato que no registraron los incentivos oficiales. Así y todo los fresqueros medianos y chicos se centraron en la merluza cuya zona principal de pesca está cada vez más lejos del puerto y su abundancia no emite certezas como para completar siempre la bodega.

De acuerdo a cifras de la Dirección Nacional de Pesca, hasta el 3 de febrero en Mar del Plata se llevaban declaradas 11.139 toneladas, de las cuales 5.596 corresponden a la especie merluza hubbsi. Mar del Plata acapara su captura. Los desembarques totales de la especie hasta el momento contabilizan 6758 toneladas.

El primer mes del año cerró de manera preliminar con 10.855 toneladas desembarcadas en la estación marítima local, casi un 6% menos que el mismo periodo del año pasado, tras la liberación del cepo, el fin de la joda y la reducción a cero de los derechos de exportación.

El precio de la hubbsi en muelle arrancó a $14,50 en promedio pero la semana pasada ya había perforado el piso de los $13. Muchos armadores vislumbran que seguirá bajando cuando se reactive la flota de los hermanos Baldino, el principal armador fresquero del puerto, una vez salido del laberinto administrativo que genera toda división societaria.

La merluza domina los desembarques en Mar del Plata pero parece no alcanzar a revitalizar las plantas procesadoras de tierra. Al menos no las que cuentan con obreros registrados. “El año para nosotros todavía no empezó”, resume Cristina Ledesma.

La secretaria General del Soip asegura que muchos obreros volvieron de sus vacaciones y no son convocados a trabajar con regularidad. “Los llaman para 45 minutos, o 1 hora de trabajo y ya se quedan sin pescado. Así es difícil superar la garantía del convenio”, dijo la dirigente sindical.

Se siente la ausencia de la inactividad de los buques fresqueros de los apellidos ilustres. Esta visto que las empresas integradas como ellos priorizan unidades de negocio más rentables. Ni siquiera los despabiló del muelle el incentivo de controles más laxos, con la acefalía en el Distrito Mar del Plata de la Subsecretaría de Pesca, tras la no renovación del contrato de Cristina Barrenechea y la renuncia sorpresiva del Jefe, Juan Nicolau.

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