Pesca: La crisis de la política extractivista y exportadora

Pesca: La crisis de la política extractivista y exportadora

“Ya hace varios años tratamos de instalar la política pesquera como eje de debate, pero es claro que no hemos tenido éxito. Todo lo contrario, desde las conducciones políticas y empresariales han preferido navegar por las periferias de la problemática, para evitar que las olas tumben sus intereses particulares” comienza diciendo en una nota el dirigente Pablo Aceto del PSA.

En el documento de prensa señala textualmente:

En la caída de precios del conjunto de commodities, se ha sumado la del langostino, caída que se preveía y preocupaba a mediados del año pasado, a esto se suma que las empresas en España, principal comprador, se sobre-stockean, con lo que se preveía para el año en curso una muy mala situación para los puertos del Sur que en muchos casos dependen casi exclusivamente de este recurso, por lo que se los ha compensado con beneficios en reembolsos para los puertos patagónicos. Esto, en un conjunto de medidas que perjudican directamente al Puerto de Mar del Plata; tampoco es dato menor que nuestro Puerto tenga 36 horas más de navegación hacia la zona de pesca que el Puerto de Santa Cruz, esta situación hay que enmarcarla en un contexto de crisis energética cuya estructura de costo es de u$s 70 el barril de crudo mientras que en el resto del mundo no llega a los u$s 28 el barril, lo que hace peligrar el protagonismo de nuestro puerto en la zafra del calamar que empieza ahora en febrero; el calamar fue el año pasado una de las pocas actividades que mantuvo el movimiento en el puerto local.

En la pesca, ¿son todas pálidas?; todo depende del lugar que se ocupe en la cadena de producción, si bien la Subsecretaria de Pesca informa una baja del 4,2% de lo desembarcado en Puertos en relación al año 2014, lo exportado en el ejercicio 2015, sin los datos de diciembre, suma un total de u$s 1.394.000.000 que pone a la actividad pesquera entre las principales actividades exportadoras del País. Como ejemplo de algo que tendría que llamar la atención es: ¿en dónde se procesaron las 264.000 toneladas capturadas de merluza hubbsi que fueron declaradas? y también hay que destacar que sin mayor vocación por el cambio, el actual Gobierno prorrogó hasta diciembre de 2016, la vigencia de los planes REPRO (Programa de Recuperación Productiva), en la que el Estado se hace cargo del 50% de los salarios.

Claramente se observan dos conflictos: uno es el empresarial, que busca de todas formas sostener el nivel de rentabilidad y otro, es la problemática de las comunidades que viven o dependen significativamente de la pesca, como es claramente el caso de nuestra ciudad.

A la crisis de la pesca seguimos proponiendo que es necesario un cambio en el enfoque de esta problemática, no hay posibilidades de solución si la prioridad es la rentabilidad empresarial y si se continúan con los acuerdos con las flotas extranjeras.

El nuevo enfoque deberá priorizar el sostenimiento del empleo, ocupación del Mar Argentino y soberanía alimentaria. Dejar de ver el producto del mar como un commodity, como simple mercancía donde unos pocos ganan; darle la jerarquía de bien estratégico como recurso natural perteneciente al conjunto de los argentinos, a lo que seguimos proponiendo:

- Que a la producción de la pesca se la exima del IVA y demás impuestos, como forma de fomentar el consumo interno.

-Eximir de impuestos a todos los servicios afectados a la producción para el consumo interno (electricidad, gas, combustibles, etc.).

-Inscribir a las Cooperativas y Pymes en los registros de Proveedores del Estado Provincial y Municipal e implementar en los comedores de las escuelas, el consumo de pescado.

-Que se declare la crisis ocupacional del sector. Dicha medida implica la actualización del registro de los trabajadores que componen la industria, la prohibición de despidos, suspensiones y cierres, la suspensión de cortes de luz y gas y otros servicios públicos, a los afectados por la crisis y que se les otorgue un subsidio acorde a la canasta familiar hasta que se solucione la continuidad laboral.

-La prohibición de operar en nuestras aguas de los buques congeladores-factoría.

En particular, Mar del Plata cierra una temporada turística pésima y es ahora el momento de preocuparse para que la Flota Fresquera traiga trabajo a tierra para tratar de sostener la economía de la ciudad durante el año en curso, de poco serviría discutir el tema después de marzo.

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