"Vamos, Argentina. ¡Hay que festejar igual!", le gritó el conductor de la camioneta a otra persona que cruzaba Mariano Moreno tratando de esconder su rostro, con una tristeza a flor de piel. No había forma de ocultar la desazón. Otra mujer, acompañante de un auto, bajó la ventanilla y largó bien fuerte: "¡Griten, carajo!". 

A pesar de la derrota, varios lujanenses salieron a la calle igual. Es que la Copa estuvo tan cerca y terminó tan lejos. Argentina perdió en el suplementario frente a Alemania y se acabó su sueño. Sin embargo, los vecinos decidieron rendir tributo a un equipo que cayó de pie, que dejó todo dentro de la cancha.

Por eso, el punto de encuentro fue la plaza Belgrano. Algunos gritaban y cantaban. Otros mostraban algunas lágrimas en su rostro. Esta vez no estuvieron ni las miles de personas que salieron el miércoles ni la algarabía. Aunque en la derrota también hubo espacio para la celebración de un equipo que le devolvió parte de la alegría a la gente.