Más personas buscan asistencia en un ropero comunitario de Cáritas

Más personas buscan asistencia en un ropero comunitario de Cáritas

Se realiza dos veces a la semana y permite cambiar ropa que ya no les queda por otras más grandes.

Con la llegada de los fríos en esta temporada invernal, las necesidades comenzaron a manifestarse con un aumento considerable de personas que piden ropa en los roperos comunitarios.

En el de Cáritas, el "Madre Beata Teresa de Calcuta", que funciona en la parroquia San Juan Bautista de esta ciudad, madres con varios hijos llegan los días jueves entusiasmados por el sistema de trueque que les permite cambiar ropa en buen estado, pero que ya no utilizan, por otras prendas de mayor talle.

La gente llega, elige, se prueba y se lo lleva. Este año se da que inclusive hombres llegan en busca de ropa de abrigo: camperas, camisas de trabajo y calzado, aunque el ropero ahora está desprovisto por la gran demanda de los últimos tiempos. Las voluntarias Juana Castro de Ibarra y Ramona Carrizo contaron que, por lo general, suelen tener mucha ropa de la temporada anterior que la gente dona, pero ahora "nos falta mucha ropa de abrigo, sobre todo para hombres mayores y para jovenes, porque la que se consigue es más para las nenas", dijo Juana.

A esto agregó que por cuestiones personales y de tiempo, solo atienden dos días a la semana, los lunes reciben donaciones y los jueves realizan los trueques. "Vienen las mamás que tienen varios chicos y necesitan más ropa porque no se les seca en esta época, y necesitan ropita de abrigo para poderles cambiar. Siempre le estamos pidiendo a nuestra Madre beata Teresa de Calcuta y siempre está llegando, no deja de haber ropa y les agradecemos de todo corazón a quienes nos donan para destinarlo a los que menos tienen". Comentaron que incluso los hombres llegan al lugar en busca de asistencia. "Acá nuestro trabajo consiste en seleccionar lo de invierno, lo de verano, de nena, de varón y por talles. Calzados llegan por temporada, pero lo que más necesitamos es ropa para niños y jóvenes, y para hombres que necesitan para trabajar y buscan calzado y abrigo", contó Juana.

Ayuda

A esto agregó que siempre llegan personas a ayudar y ordenar el ropero, incluso algunos traen las donaciones y se ofrecen para colaborar.

En diciembre cumplirán 4 años de trabajo. "Estuvimos dos años en la comisión y dos años como voluntarias, y para nosotros es una obra muy linda la de ayudar a otros. Hace unos días pudimos enviar ropa para Tatón, Río Grande, Mesada de Zárate, que nos cuesta llegar y como fueron enfermeras les entregamos 5 cajas de ropa. Eso nos satisface el poder ayudar con lo que tenemos", contaron.

Como son solo dos voluntarias las que trabajan en forma permanente, no se puede avanzar con las colectas de alimentos, por lo que en estos momentos Cáritas no cuenta con mercadería no perecedera. Destacaron que si bien las donaciones pueden realizarse anónimamente y resguardando la identidad tanto de los donantes como de los beneficiarios, ellas internamente llevan cuadernos de control para que el trabajo sea transparente.

Modalidad

El trueque consiste en el intercambio de cosas o prestaciones por otros objetos o servicios. A diferencia del mercado de compraventa habitual, el dinero no es utilizado en la transacción. Para llegar a un acuerdo en este sistema de intercambio existe un contrato llamado permuta, que cierra el trato entre las personas implicadas.

Históricamente, es habitual que el trueque recobre importancia en épocas de crisis económica y social, y principalmente en casos de hiperinflación, dado que el dinero pierde en gran medida su valor. En esta oportunidad, el trueque está siendo utilizado con un importante fin: conseguir ropa de abrigo tanto para personas chicas como para grandes.

TRABAJO

 Solo dos voluntarias de Cáritas colaboran con las tareas necesarias de recibir donaciones y preparar las prendas para el trueque. Realizan además donaciones de ropa a localidades más alejadas del departamento.

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