Peronismo teme al fantasma de la Primaria Aníbal-Domínguez

Peronismo teme al fantasma de la Primaria Aníbal-Domínguez

Grupo Esmeralda, sin Katopodis, se reunió el martes en Capital Federal. Confluyeron sciolistas y randazzistas. Temen que la PASO que exige Randazzo fracture más al peronismo, como en 2015.

 

La última Primaria Abierta Simultánea y Obligatoria del peronismo en la provincia de Buenos Aires arrojó una experiencia traumática. El PJ no sólo perdió el poder en el principal distrito electoral del país, donde gobernó de manera ininterrumpida desde 1987 hasta diciembre de 2015, sino también en la Nación y en distritos clave del conurbano bonaerense como La Plata, Quilmes, Lanús y Tres de Febrero.

El choque Aníbal Fernández-Julián Domínguez dejó secuelas políticas que vuelven a manifestarse en el primer desafío electoral que deberá enfrentar el peronismo bonaerense después de la derrota de Cristina de Kirchner a través de las fórmulas Daniel Scioli-Carlos Zaninni y Aníbal Fernández-Martín Sabbatella. "¿Para qué repetir una Primaria que detonó la unidad del peronismo con esquirlas que vuelan con filo aún casi dos años después?". La duda existencial del PJ, de cara a octubre, obsesiona a los intendentes del Grupo Esmeralda, fraccionados en dos sub grupos que se bifurcan en Scioli y Randazzo como dos antagonistas tan feroces como lo fueron Aníbal y Julián en 2015.

"La experiencia de la PASO entre Aníbal y Julián fue desastrosa por donde se la mire. No logró potenciar al candidato ganador, Aníbal sacó menos votos que Scioli y tampoco logró sumar los sufragios que había sacado Julián. Agravó la interna y fracturó al peronismo aún hasta hoy. Salió todo mal", es el diagnóstico que trazan desde un municipio de la tercera sección electoral. 

El martes por la tarde, en las oficinas porteñas de la calle Esmeralda, el grupo de intendentes que impulsa una renovación del PJ bonaerense se reunió por casi dos horas. El encuentro comenzó pasadas las 18. Fue un encuentro austero, como el nuevo peronismo que se autogestiona la campaña, como puede, sin recursos y fuera del poder. El catering, que en tiempos de la campaña de Scioli incluía sushi y otras delicadezas gastronómicas, esta vez se transformó en sandwiches improvisados de pan francés con jamón cocido y queso. El único ausente fue Gabriel Katopodis, principal impulsor de la candidatura de Randazzo y detractor público de Scioli y Sergio Massa. Ese sector estuvo representado el martes por la tarde por Juan Zabaleta (Hurlingham) y Eduardo "Bali" Bucca (Bolívar). El ala del Esmeralda que ensaya una confluencia con el poskirchnerismo y Scioli estuvo encarnado en la reunión por Insaurralde (Lomas de Zamora), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Fernando Gray (Esteban Echeverría). 

El ministro de Transporte de Cristina de Kirchner pasó esta semana por el Senado. Se mostró con Miguel Pichetto, quien hasta hace poco estaba pegado a Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires. El único bonaerense de la Cámara Alta fue Juan Manuel Abal Medina, que ahora milita en el Movimiento Evita. Randazzo se mueve y fotografía en las cabeceras de las mesas como candidato pero manda a decir a través de terceros que aún no es candidato. Condiciona explícitamente su postulación a que el PJ bonaerense formalice la celebración de una PASO para enfrentar a Scioli, Verónica Magario (La Matanza o quien sea que se presente como referente de la expresidente Kirchner). "Si no dirimimos las candidaturas y liderazgos a través de las Primarias, le estamos regalando cuatro años más de gobierno a Cambiemos", repite el exfuncionario cristinista, quien se relame ante la posibilidad de enfrentar a Scioli. Es el síndrome de abstinencia de la PASO, la misma que le negó Cristina de Kirchner en 2015 cuando consagró a Scioli candidato presidencial del FpV-PJ.

Entre quienes insinúan que la PASO fracturará y debilitará más al peronismo, tal cual ocurrió en 2015 con el choque Aníbal-Julián, y Randazzo -quien exige Primarias a la junta electoral del PJ- aparece una tercera vía. Allí comulga la mayoría de los intendentes de la tercera sección electoral como Julio Pereyra (Florencio Varela), Juan Patricio Mussi (Berazategui), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada) y Aníbal Regueiro (Presidente Perón), entre otros. Pereyra expone el diagnóstico con una sinceridad y pragmatismo que rozan el paroxismo: "Para qué nos vamos a meter en la guerra de Randazzo y Cristina si nosotros no jugamos nada en la elección nacional. Nuestra urgencia es mantener la gobernabilidad en los municipios; dentro de dos años, veremos". Esta línea doctrinaria del PJ bonaerense apunta a replicar el esquema de la PASO Aníbal-Julián. Es decir, los intendentes colgarían a sus candidatos distritales tanto de la boleta de Randazzo como la de Scioli, en ambas listas.

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