El Peronismo en Cambiemos

El Peronismo en Cambiemos

El oficialismo llegó al poder con la idea de la renovación y la “nueva política”. Sin embargo, Nación y Provincia, parecen transitar dos realidades y estilos diferentes a la hora de encarar armado y estragia político-electoral. La aplicación del "cambio" luego de casi 30 años de poder del PJ bonaerense es un camino difícil. Vidal, en principio, decidió no descuidar "lo peronista" en el día a día. Las elecciones de 2017 en la mira.

Por Mariano Vicchio

El titular de la Cámara de Diputados, Emilió Monzó, sacudió el escenario político luego de varias declaraciones en distintos medios, pero sobre todo a raíz de una interesante nota hace más de una semana al diario Perfil que se replicó ampliamente y durante varias jornadas.

Además de volver a marcarse las diferencias entre el ‘ala política’, que Monzó integra junto a otros dirigentes como el ministro de Obras Públicas de la Nación, Rogelio Frigerio; y el ‘ala marketinera’ que promueven el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, se puso de manifiesto explícito la idea de incorporar peronistas a las filas de Cambiemos.

Monzó, a pesar de ser uno de los artífices de Cambiemos, es un dirigente peronista y, además, de los que apuesta por la “política territorial”. En este sentido, valorizó e invitó a sumarse a Cambiemos a quienes calificó de“dirigentes impresionantes” como Omar Perotti, Florencio Randazzo, Julián Domínguez, Diego Bossio, Gabriel Katopodis y Juan Manuel Urtubey.

En la provincia de Buenos Aires, la gobernadora María Eugenia Vidal, a pesar de su mal vínculo con el titular de la Cámara de Diputados y también de los radicales que le han reclamado más de una vez mayor participación, parece seguiresa estrategia desde hace meses. Sin embargo, hace unas semanas ambos dirigentes estuvieron reunidos; de cara a 2017 algunos ya lo erigen nuevamente como el armador electoral en el distrito. Lo cuál iría en el mismo sentido: fortalecer la pata PRO-Peronista.

En paralelo, Vidal hace menos de un mes se vio obligada a modificar el gabinete por la salida del actual titular de la cartera de Infraestructura, Edgardo Cenzón. En este marco, uno de los enroques que más llamó la atención fue la del peronista y ex intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, quien ocupará el cargo de Ministro de Gobierno que deja Federico Salvai. Cargo clave en la estructura de gobierno. Más empoderamiento para el hombre que trajeron a las filas oficialistas para cazar peronistas. Cabe recordar que De la Torre había asumido en agosto como Ministro de Producción Bonaerense, con el mismo objetivo. Esa cartera, que hasta el momento no tiene reemplazante y tal vez como un síntoma de lo que se avecinaba, le fue sido sustraída a Jorge Elustondo, único radical del gabinete.

Otro peronista de relevancia dentro del gabinete es el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo. A él le habían ofrecido inicialmente ser el nuevo Ministro de Gobierno, pero declinó y optaron por De la Torre. Esa silla, sin dudas, estaba reservada para un peronista. No son pocos quienes lo vislumbran como futuro candidato para el año que viene en la Provincia o, tal vez, ocupando un cargo en la legislatura bonaerense como supo hacer hace no mucho tiempo en la Ciudad de Buenos Aires.

En síntesis, De la Torre para el diálogo y acercamiento a los intendentes en el territorio; Ritondo, consensuando con ellos en el ámbito legislativo. Pero ambos peronistas tejiendo vínculos con el PJ externo.

Los intendentes peronistas son un blanco predilecto del gobierno bonaerense. Por caso, Alejandro Granados (Ezeiza) y Mario Ishii (José C Paz), dos de los pocos ‘barones del conurbano’ que quedaron con poder territorial luego de las elecciones, han optado actualmente por el bajo perfil y por no sumarse a ninguna de las agrupaciones de jefes comunales que germinaron en el último tiempo en busca de la renovación del PJ. Llamese "Fénix", "Esmeralda" o "Establo". Ambos se han mostrado públicamente en varias oportunidades con funcionarios oficialistas y han declarado su predisposición a colaborar con el gobierno. En no más de una ocasión se habló de sus pases a Cambiemos. Tal vez, como "barones" de sus distritos, continúen en la senda de ser oficialistas del poder de turno.

En paralelo, desde la llegada de Vidal al gobierno local, cuatro intendentes que ganaron sus elecciones con el FPV en diciembre de 2015, se sumaron a Cambiemos: Hernán Bertellys (Azul), Ismael Passaglia (San Nicolás), Jaime Méndez (San Miguel) y Carlos Berterret (Coronel Pringles).

Incluso, el oficialismo intenta que el vínculo con los jefes comunales extrapartidarios sea el mejor y, por caso, en el último tiempo intensificaron los encuentros con todos los grupos en los que están segmentados. Pero también en los hechos concretos; desde las más altas se esferas se han encargado que el dinero para obra pública comience a llegarles, al igual que el desembarco de las Fuerzas Federales. Muchas fotos, se encargan de que lo atestiguan.

En otro orden, un ex intendente, que poco tiene que ver con la "nueva política" que declaman, apareció extendiéndole sus “servicios” a Cambiemos. Es Jesús Carglino, quien ocupó el sillón municipal de Malvinas Argentinas durante 20 años. Durante el conflicto institucional de hace más de un mes en el Concejo Deliberante de Pilar, muchos vieron detrás su mano. Él mismo, en diálogo con La Noticia Web, admitió estar colaborando ‘ad honorem’ con Vidal, aunque se desligó de lo sucedido en el territorio que comanda Nicolás Ducoté.

Por último, el otro eslabón clave en la caza de peronistas, es el sindicalista predilecto de Mauricio Macri, Gerónimo ‘Momo’ Venegas (UATRE). A través de su Partido Fé y en sus convocatorias a diversos actos, saluda con un “fuerte abrazo peronista” y se define como “el peronismo en Cambiemos”. En la celebración por el último Día de la Lealtad, por ejemplo, reunió a figuras como Osvaldo Mércuri, Baldomero “Cacho” Álvarez y los diputados Darío Giustozzi y Alberto Roberti.

A pesar de asumir con el discurso del cambio y la “nueva política”, saben que casi 30 años de peronismo no pueden desarraigarse de la noche a la mañana en la provincia con más habitantes del país. El peso del movimiento allí aún resulta gravitante. Vidal y el gobierno, hace tiempo tomaron nota de eso y están actuando en consecuencia. En la actualidad, y con las elecciones de medio término por delante, saben que con el discurso y el radicalismo como aliado formal, al menos en territorio bonaerense, no alcanza. Vidal, con una imagen positiva envidiable, con pocos que se le animan a ponérsele en contra, y con un discurso mucho más sensible, fluido y popular que el presidente Macri, busca sacar provecho político de ello y diferenciarse de su líder para la gestión del poder presente y pensando en el futuro. La elección de medio término será clave para la superviviencia del oficialismo a fin de transitar los últimos dos años del primer mandato de la manera menos tormentosa posible y no en un escenario de debilidad. En este sentido, los votos que aporte la Provincia y, por arrastre Vidal, serán claves; pero el peronismo, aún, también. 

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