El peronismo bonaerense se prepara para ¿reproducirse?

El peronismo bonaerense se prepara para ¿reproducirse?

Pasaron 8 años de la creación de la Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), y por fin el peronismo parece encaminado a utilizar ese mecanismo para resolver su liderazgo interno, algo que no ocurrió en 2011, cuando Cristina Fernández de Kirchner arrasó en las generales y hubiera prácticamente humillado a cualquier rival, pero tampoco en 2013 y 2015, que significaron la caída y dispersión del proyecto político que inició Néstor Kirchner en 2003.

La diferencia es que, al menos de momento, es la primera vez desde aquel lejano 2009, en que el peronismo tiene una disputa interna verdaderamente equilibrada que permita trazar reglas de juego que actualicen una puesta en práctica de aquella máxima del peronismo que dice "el que gana conduce, el que pierde acompaña".

La ex presidenta, no necesariamente como candidata, de un lado y su ex ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, del otro.  Cada uno con un estilo, cada uno con apoyos políticos, territoriales, económicos y sociales, y ambos también con un solo objetivo, al menos desde lo declarativo, frenar el ajuste económico que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri.

Claro que las elecciones de medio término convierten a la batalla bonaerense otra vez en la madre de todas las batallas, y sin la chance que tuvo el actual presidente de revertir una derrota en la provincia con buenos números en Córdoba y Santa Fe.

Por eso las estrategias del peronismo, son fundamentales, sobre todo en un escenario en el que, según los últimos sondeos, más del 40 por ciento de los electores se inclinaría por una opción peronista, cifra que llegaría al 60 por ciento, si se suma al pan-peronismo el Frente Renovador de Sergio Massa, aunque está cada vez más alejado, sobre todo por su alianza con el GEN de Margarita Stolbizer.

Desde el oficialismo manejan esos números y saben que si las elecciones fueran hoy, correrían el riesgo de quedar terceros, sin embargo en el equipo de campaña confían en la tracción de votos de la gobernadora María Eugenia Vidal, y sobre todo en que los métodos de construcción del peronismo han quedado obsoletos frente a los modelos de comunicación emocional aplicados a instancias del consultor ecuatoriano Jaime Duran Barba.

De todas maneras, quizá por las dudas, quizá por estrategia propia, Vidal pretende seguir sumando peronistas a su gabinete, aún aquellos que como Ismael Passaglia no solo se encuentran cuestionados, sino que tienen causas abiertas, en este caso por desvío de fondos.  El único requisito es que sean peronistas, no importa su pasado K o las quejas de la UCR.

CFK Vs. Florencio

En los últimos días comenzó a ganar terreno la versión que excluye a CFK como candidata y la ubica como garante de apoyo de los sectores del kirchnerismo puro a las listas afines durante una interna y a los candidatos definitivos en las elecciones generales.  Incluso en La Cámpora algunos dirigentes creen que la ex mandataria no debería aparecer en la boleta para las legislativas y hasta se debaten argumentos para sostener esta tesis.

Algunos como el ex ministro de Economía Axel Kicillof, consideran que Cristina debería "preservarse" hasta el 2019, otros esperan algún "renunciamiento" en pos de la unidad, aunque la mayoría todavía confía en que sea candidata y esperan que sortee las Primarias sin ningún tipo de problemas.

La realidad es que los números del conurbano, sobre todo en los sectores más pobres del sur, parece acompañar esa visión, lo que además hizo tambalear los acuerdos dentro del Grupo Esmeralda, y llevaron al intendente de Lomas de Zamora y principal referente de ese espacio, Martín Insaurralde, a mostrarse cerca de Daniel Scioli y de Verónica Magario, para muchos número puesto para encabezar una lista "cristinista".

Nadie duda que aun habiendo decidido no participar de la contienda electoral, la ex jefa de estado mantendrá el misterio hasta el último minuto, para favorecer la polarización que también busca el gobierno por un lado, y para resguardar a sus posibles candidatos,  por el otro.

En el randazzismo, en cambio, la confianza está del lado de lo que podría emerger como una mayoría silenciosa y por eso los legisladores que acompañan la candidatura del ex ministro reconocen que las apariciones seguirán siendo esporádicas y sin demasiadas definiciones, pero cada vez dejando mas en claro que el “enemigo” es Macri y que hay voluntad de hablar  “con todos”, como se escucho decir al propio Randazzo en un video de su última reunión con dirigentes bonaerense que se filtró esta semana.

El mandato para los armadores seccionales es organizar “pequeñas reuniones” con figuras representativas de la renovación del peronismo, en tanto que el hombre de Chivilcoy seguirá jugando a las escondidas o irrumpiendo en algunos espacios sin anuncio previo, como lo hizo en la movilización de la CGT en CABA o en la estación de trenes de City Bell hace apenas unas horas.

Lo que nadie duda es que las interna que se avecina, a pesar del pretendido perfil bajo de sus protagonistas, será “feroz” y probablemente dejará muchos heridos, por eso, de un lado y del otro de la línea que divide las aguas en el peronismo ensayan aquella frase del general que dice: “somos como los gatos, parece que nos peleamos, pero nos estamos reproduciendo”.

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