El peronismo y las alternativas para el 2019

Por: Ricardo Kirschbaum. Pichetto y Urtubey intentan una reacción de Cristina, al asegurar que será candidata por Unión Ciudadana.

Macri irá por la reelección. No hay anuncios pero tampoco dudas, salvo una catástrofe económica que tenga consecuencias políticas terminantes. Pero la certeza de que el Presidente quiere repetir es un intento de ponerle previsibilidad al futuro.

No estará solo: Vidal quiere repetir en la provincia y Rodríguez Larreta en la Ciudad. Si hay dudas sobre el fangal económico, la triple reelección pretende disiparlas. Es un aporte político importante para robustecerse -y mantener el nivel de expectativa- ante la dureza del ajuste, la caída del salario real y del consumo. Inevitable si se pretende recortar el déficit.

No juegan solos. Y tienen el vendaval económico en contra, con una masa impresionante de pesos amenazando cada vencimiento.

Enfrente, por ahora, la fragmentación del peronismo cuya resolución puede favorecer o no al oficialismo.

De nuevo, el escenario de los tres tercios comienza a ser el campo mayor del análisis. Un tercio para Macri y sus aliados, otro para Unión Ciudadana de Cristina Kirchner y el tercero del peronismo no K más el Frente Renovador de Sergio Massa. Hay varias incógnitas.

¿Cristina será candidata? Para Pichetto y Urtubey, no hay duda que se presentará por Unión Ciudadana. Esa seguridad no es tal, como se verá. Se basa en información (dicen que Cristina se lo confió al ex presidente ecuatoriano Correa, con quien se mantiene en contacto) y, en parte, en un juego para arrancarle una definición a su silencio táctico. ¿Aceptará la ex presidenta ir a competir en una PASO sabiendo que Cambiemos no tendrá primarias, con el riesgo que eso significa?. Las encuestas dicen que al único que Cristina le transfiere votos -si no se presenta- es a Kicillof.

Cristina llamó a fortalecer su criatura partidaria para mostrar al resto del PJ que no pueden ignorarla, aunque sabe que sola no tiene seguro el triunfo.

Sus adversarios internos -Massa, Urtubey, De la Sota, Pichetto- pretenden definir sus propias diferencias para que ese tercio teórico electoral se convierta en realidad y aspiran a entrar al balotaje. La única forma de definirla es en una primaria en la que los gobernadores -excepto Corpacci e Insfrán- estarían de este lado.

Felipe Solá intenta una utopía, presentándose como una vía que sintetice las diferencias. Está en esos tanteos.

En este complejo juego, el planteo de Massa en la provincia de Buenos Aires -de separar la elección de intendente de la de gobernador y Presidente- no tiene nada de inocente. Los alcaldes del conurbano tienen que defender su poder local y, en una general, apostar a una o dos variantes que les asegure ese objetivo.

Separar la elección significaría un juego menos condicionado. Massa conserva poder en la legislatura local y empuja a un acuerdo con Vidal para lograrlo, afectando el entramado que quiere armar el kirchnerismo.

Si Macri busca ser reelecto, apuesta a que el 2019 se puede definir confrontando con Cristina, pensando que si la economía no ayuda, lo hará la memoria.

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