“No permitamos que nos dividan”

“No permitamos que nos dividan”

El secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, fue el único orador de la jornada, en la que llamó a ir “todos juntos hacia un mismo lugar”. Estuvieron Tomada, Parodi, Rossi, Urribarri y Larroque, entre otros. Hubo un homenaje a Evita.

“No debemos permitir que nos distraigan ni que nos dividan. Tenemos que abrir el corazón a la sociedad y pensar todos juntos, en un mismo camino, hacia un mismo lugar”, dijo en un inspirado discurso el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, rodeado de unas cinco mil personas que participaban del plenario provincial de la militancia kirchnerista, realizado ayer en Córdoba. El Chino Zannini fue el único orador en el acto del que formó parte una extensa lista de dirigentes como los ministros Carlos Tomada, Agustín Rossi y Teresa Parodi, gobernadores como Sergio Urribarri, diputados como Andrés Larroque, Wado de Pedro y funcionarios nacionales como Diego Bossio y Martín Sabbatella. “La militancia está movilizada, defendiendo este proyecto y debatiendo propuestas para el futuro”, aseguró Larroque minutos antes del encuentro, en el que se rescató el valor de la militancia y se le rindió homenaje a Evita, a 62 años de su muerte.

El discurso de Zannini marcó en final de la actividad organizada por Unidos y Organizados en Córdoba, donde el kirchnerismo debatió cómo profundizar y continuar con el modelo iniciado en 2003 por Néstor Kirchner. Al comenzar la jornada, bajo el sol y un viento helado que quemaba las mejillas en el campus de la Universidad Nacional, Delia Galará avanzó con la bandera celeste de su agrupación en alto y con los ojos llenos de su hija Lucía, que dirigía la columna: con sus veintipico, la joven de largo cabello negro y fuerte carácter arengó a cientos de personas, y Delia, La Gringa, la sobreviviente de las cárceles de la dictadura que la mantuvieron torturada y cautiva durante más de siete años, sintió que todo lo pasado, lo perdido y todo lo por venir, valieron y valdrán la pena. Que por militante la secuestraron; y que por militante está ahora ahí, “ondeando los trapos” por un proyecto nacional con el que muchos de su generación ya ni se animaban a soñar y que “renació ese 25 de mayo de 2003, cuando El Flaco dio ese discurso y dijo que no dejaría sus principios en la puerta de la Rosada”.

Esas dos mujeres, junto a otras cinco mil personas, le cantaron sus amores a Eva Perón que, a 62 años de su muerte, el 26 de julio de 1952, continúa “ardiendo en los corazones, en la memoria de su pueblo”, dijo la ministra de Cultura, Teresa Parodi. Dos mujeres de las tantas que le deben a Evita no sólo el voto femenino, sino la dignidad de una lucha que no ha terminado, “de una semilla que plantó y que nos dio este lugar que ella ganó para nosotras”, afirmó Parodi con su tono firme y calmo.

La dirigencia kirchnerista que se reunió ayer no se agotó en las figuras de Tomada, Rossi, De Pedro, Larroque y Urribarri. “La militancia está activa, unida, solidaria y organizada para acompañar a nuestra Presidenta, que se plantó ante los capitales financieros y que ha demostrado al mundo que es posible no dejarse extorsionar por estos fondos buitre”, destacó el gobernador de Entre Ríos.

En la universidad cordobesa se cruzaron también legisladores y dirigentes como Carlos Heller, Edgardo Depetri, Fabián Francioni, Carolina Scotto, José Ottavis, Juan Carlos Molina y Luis D’Elía. Al hacer uso de la palabra, Zannini sorprendió a la militancia con un discurso de más de 35 minutos que se destacó por su fuerza y carisma. No leyó ni una línea: “Compañeros, camaradas, correligionarios, muy buenas tardes”, arrancó y no dio respiro. “Acá, en este plenario hay gente que piensa en el futuro porque sabe muy bien cuál es su pasado. Porque lo recuerda. Y creo que el único que puede crear participación es el Gobierno, porque las corporaciones nunca abren el juego. El día que no haya más plenarios como éstos, no habrá políticas, y sin políticas no hay patria ni futuro. Y esto no sucede por casualidad. Esto pasa porque hubo gestos, hechos que hicieron que la gente volviera a la política.” Zannini señaló “a los entreguistas y al formidable aparato mediático que trabaja todos los días para decirnos que todo se hace mal, que todo está mal, que va para atrás, para ellos, lo bueno parece una obra de la magia y lo malo es obra del Gobierno. Ahora nos dicen que les paguemos a los buitres para que vengan créditos. No-sotros ya hicimos lo que hicimos sin ningún crédito externo. Lo hicimos con el trabajo y el esfuerzo de los argentinos”. En esa línea, Zannini aseguró que “tenemos una presidenta que por más que el juez le diga, no va a firmar nada que pueda perjudicar a los argentinos (...) En defensa de la escala zoológica, quiero decir que éstos no son buitres, son la sarna del sistema financiero internacional”. También criticó a la oposición. Dijo que “de esto los he escuchado opinar muy poco: es que si uno ve los bonos, están todos firmados por ellos. No hay uno solo firmado por este gobierno”.

En alusión al 2015, el orador resaltó la “calidad” de los candidatos kirchneristas, que “no son producto del marketing”. “Todos tienen años de militancia detrás”, agregó y recordó su propia historia, “cuando hace 39 años estaba preso en la D2 (la Gestapo cordobesa) escuchado cómo torturaban al Chicato (Miguel Angel) Mozé (quien está desaparecido)”. “Fui a parar a la (cárcel) UP1, donde fusilaron a 31 compañeros. No somos improvisados. Por este gobierno, por su política de derechos humanos, hoy están condenados 1017 represores y hay 100 absueltos: una cifra que demuestra que esto es justicia, no revancha. Y ahí está (Luciano Benjamín) Menéndez preso y condenado por el asesinato de un obispo (Enrique Angelelli). ¿Cómo no vamos a creer entonces en la política?”, se preguntó Zannini, señalado ayer como “el octavo candidato”.

El Plenario se desarrolló en una veintena de comisiones que tuvieron un eje: “La militancia debate y construye futuro”. Así, en uno de los pabellones de la Universidad, las aulas con más de doscientas personas en cada una, se trabajó en temas como la deuda, políticas de seguridad, la batalla cultural y la democratización de los medios, salud, educación, economía social, trabajo, tierra y hábitat, adicciones, y género, entre otros.

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