Las Perlas: guerra entre vecinos por el acceso al río

Las Perlas: guerra entre vecinos por el acceso al río

Un barrio cerrado construye un paredón para no dejar pasar a nadie. Ya hay heridos.

Los vecinos de Las Perlas están enfrenados entre sí por el acceso a la ribera. La escena no es nueva pero, en este caso, tiene como protagonistas a los habitantes del barrio Santa Mónica, que se distinguen entre sí como los que viven en la parte cerrada y los que lo hacen en la pública. Unos buscan dividirse de los otros mediante un paredón, pero la situación llegó a su máxima tensión cuando una mujer resultó herida a causa de los trabajos de remoción de suelo.

El terreno en disputa es un camino de sirga utilizado no sólo por los vecinos de Santa Mónica, sino por toda la comunidad para llegar a la vera del río Limay. La zona presenta alta transitabilidad sobre todo por caminantes y ciclistas. En ese lugar la comisión directiva del sector privado del barrio decidió levantar un paredón de 100 metros de largo para terminar de cerrar lo que consideran su jurisdicción y cancelar el paso de transeúntes.

Para esto comenzó a trabajar una máquina retroexcavadora que abrió una zanja de 1,30 metros de profundidad para sentar las bases de las divisiones.

Allí cayó una vecina, de 34 años, cuando circulaba en bicicleta acompañada de su hija. El accidente le produjo un esguince en el pie derecho y otras lesiones menores producto del golpe.

Por fortuna, a la nena no le pasó nada, pero el hecho despertó la preocupación de los vecinos, que decidieron increpar al presidente del sector privado, Ricardo Celis. En el tumulto el hombre salió con su camioneta y atropelló a una perra de una de las vecinas presentes. No obstante, luego regresó para hacerse cargo del tratamiento de la mascota, que quedó internada en la veterinaria local.

“No son dueños de la ribera”, sentenció Cristina Figueroa, vecina del sector público. Después de los incidentes, la mujer y un grupo de personas se acercaron al destacamento policial con el objetivo de llevar el caso hasta la fiscalía. Sin embargo, el conflicto esbozó un principio de solución cuando el comisario de turno los acompañó hasta la delegación municipal.

 

“No son los dueños de la ribera. Nosotros queremos que se respete el libre tránsito. Las leyes deben ser parejas para todos”.Cristina Figueroa. Vecina del sector público

“La costa no se puede privatizar”

“El problema radica en que no pidieron autorización al Municipio antes de comenzar la obra”, manifestó el delegado municipal, Carlos Aimazo. Según el funcionario, los vecinos del área privada aducen problemas de seguridad porque el lugar muchas veces se usa como aguantadero y para consumir drogas. Se logró el compromiso de detener la obra y rellenar al menos una parte del zanjón que permita circular, hasta tanto se eleva el pedido al DPA para que defina cuál es la línea de ribera y si esta coincide con los planos presentados por el barrio cerrado. “Nosotros queremos que se respete el libre tránsito”, reclamó Figueroa y agregó que los perlenses necesitan que “las leyes sea parejas para todos”. Señaló que no es poco frecuente que la vera del río sea privatizada ente gallos y medianoche, por lo que están dispuestos a resistir.

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