En Pergamino hay una aceleración política al ritmo de lo nacional

En lo que parece un año electoral, cuando realmente no lo es, todos los sectores más representativos tienen problemas, algunos más sencillos de arreglar que otros. Hay rupturas, reacomodamientos, apariciones de nuevas figuras, todas situaciones del momento, dependientes de lo que sucede a nivel nacional, donde hay bastantes embrollos.

No es novedad que en los años electorales haya conflictos políticos, reacomodamientos, polémicas, lanzamientos que apuran las marchas. Pero en este 2014, en que no hay elecciones, se da un fenómeno particular, que es el de los virtuales lanzamientos de candidaturas, en momentos en que la población no está pensando en ir a votar sino preocupada por el día a día. En realidad pareciera que ya no hay descanso en los hormigueros políticos, no hay años, ni siquiera momentos, en los que se pueda relajar ese incesante ida y vuelta, a veces vertiginoso, que busca posicionamientos de cara a lo que vendrá. El reciente Mundial de fútbol pareció poner un leve freno a ese frenesí de todos los que caminan las arenas de la política. Pero ya pasó, ahora todo volvió a ser inquietud, especulación, movimientos visibles y ocultos, lealtades y traiciones, en fin, política argentina en estado puro a la pesca de llegar al poder o preservarse en su ejercicio.

En Pergamino, siguiendo el ritmo de una política nacional anticipada, los problemas se vienen desarrollando como si los comicios fueran el mes que viene.

Quizás el final de época que se percibe en lo nacional, el hecho de que la presidenta no pueda presentarse y no se naturalice un sucesor y que se renueven también gobernador e intendente, ha generado esta suerte de sobreexcitación de todos los sectores políticos locales, sin distinción. Las expectativas de los sectores mayoritarios se han exacerbado y los candidatos nacionales se han lanzado, tal los casos de Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri y veremos a quién termina postulando el Frente Unen. Pero todos ya están en el ruedo.

Como es natural, en nuestra ciudad, estos conflictos nacionales replican y se suman a las problemáticas locales. De modo que todos los sectores tienen sus conflictos, el oficialismo, el massismo PRO, el Frente para la Victoria. Y en ningún caso son pequeños sino rupturas difíciles de solucionar y en algunos casos hasta diríamos imposibles. Haciendo la salvedad que como la política es el “arte de lo posible” quizá mañana borremos con el codo algo de lo que hoy escribimos con la mano.

Estos problemas a los que hacemos referencia se ven no sólo en los partidos o alianzas políticas sino repercuten que también en la actividad del Concejo Deliberante, donde la mayoría de los bloques están semanalmente al borde de la ruptura.

Como es habitual hay dos clases de dirigentes, los que reconocen los problemas que tienen y los que tratan de ocultarlos aunque sean más que evidentes. Sin embargo los conflictos siempre terminan haciéndose visibles, aunque poco le importan al ciudadano común que sólo quiere soluciones a sus problemas cotidianos, porque cuando un secreto lo saben más de dos, los termina sabiendo todo el mundillo político.

Los celos, las envidias, los deseos de ocupar lugares de mayor envergadura, las peleas, las rupturas, los conflictos terminan delatando todos los problemas que tienen los dirigentes.

 

El oficialismo

Nos referiremos primero al oficialismo porque es el que, en definitiva, gobierna en Pergamino. La unidad tan ansiada y creada casi artificialmente entre gente de Héctor “Cachi” Gutiérrez, ahora diputado nacional, y Omar Pacini ahora intendente, no parece haberse consolidado en lo más mínimo. Los sectores internos en la gestión siguen distanciados, mientras que en el partido, la Integración Cívica, están en un compás de espera hasta la vuelta de Gutiérrez que se produce hoy mismo desde Londres. El mayor conflicto es que históricos de la administración de los últimos 14 años se sienten fuera del proyecto Pacini que, al fin y al cabo, ocupa el salón oval para finalizar el mandato de Gutiérrez que comenzó en 2011.

La aparición de Carlos Elizalde en escena, como secretario General de la Municipalidad comenzó siendo una garantía por tres meses, según el gutierrismo, para limar asperezas y llegar a la unidad de ambos sectores que, de lo contrario, irán a duras internas por el Comité el mes que viene, para reemplazar al presidente Pablo Mazzei que culmina mandato. Después vendrán las Paso para elegir candidato a intendente, primero de la UCR y después del Frente Unen, para las que también se pretende consolidar un único sector porque demasiada pelea que puede terminar agotando las posibilidades electorales del radicalismo.

Por el momento, las señales van en sentido contrario a este plan ya que Gabriela Taruselli se lanzó como postulante a intendenta y es probable que Omar Pacini también lo haga. Además habría otras opciones, así la pelea promete ser dificultosa, siempre que no se logre la unidad por la que se está trabajando.

En este marco el bloque de concejales oficialista está siempre al borde de la ruptura, las peleas internas son cotidianas y no se sabe hasta qué punto podrá llegar unido a fin de este año.

Unen en Pergamino: todo parece indicar que no es una alianza en crecimiento, por el momento está lanzada y nada más. Allí participan la UCR, el GEN, el socialismo y Libres del Sur.

Mientras tanto el radicalismo debe llevar adelante la Intendencia, fuera de todo el entramado interno. En este sentido, la pelea doméstica parece haberse adueñado de los pasillos comunales y del Concejo Deliberante. Y así, más allá de los aciertos que existen, no hay gestión que pueda lucir.

Habrá que ver en este escenario si “Cachi” Gutiérrez tiene intenciones primero y cintura después para tratar de armonizar, como hacía cuando era intendente, tanto desaguisado.

 

Frente Renovador más PRO

En el Frente Renovador más PRO la situación es muy compleja porque la alianza entre Massa y Macri a nivel nacional sufrió una grave ruptura tras la cual se separó el bloque de diputados provinciales, conformando por Orlando Yans la bancada unipersonal macrista. 

En realidad, la subida en las encuestas de Macri y la baja de Massa produjo este efecto separatista, toda vez que el PRO va definiendo sus posibilidades electorales por fuera del Frente Renovador.

En represalia a la ida de Yans del bloque de diputados provinciales, Massa separó los bloques del Frente Renovador del PRO en diversos distritos. En Pergamino la bancada que integran dos massistas (“Marita” Conti y Walter Satuf) y dos PRO (Lucio Tezón y Andrea Bosco) afirman que por el momento el bloque se mantendrá unido. Sin embargo, veremos qué sucederá cuando bajen las órdenes del massismo y del macrismo para que se conformen dos bloques como viene sucediendo en otros distritos.

Más aun cuando “Marita” Conti es precandidata a intendenta por el massismo y no podrá desoír los pedidos de Massa cuando le pida la división del bloque y lo mismo puede pasar con Tezón si se lo pide el macrismo porque de acuerdo a como vienen los pasos políticos, Massa y Macri no volverán a aliarse con rumbo a 2015.

De aquí a fin de año no llegará la bancada unida, pese a la buena voluntad de los integrantes, porque en estos casos las líneas superiores de la política mandan.

El PRO, además de Tezón, cuenta en Pergamino con una pata peronista macrista que representa Marcelo Pacífico, que trabaja con Emilio Monzó, hombre clave del macrismo en el armado con sectores del justicialismo no kirchnerista.

Pacífico no será el candidato a intendente, como el mismo afirma, así que su sector deberá definir a quién postulará en nuestra ciudad. Es probable que él apunte a una senaduría provincial y por eso está en el armado político en el plano seccional recorriendo todos los sectores de la Segunda.

 

Frente para la Victoria

En el Frente para la Victoria hay sectores diversos, tantos como a nivel nacional se generan con los candidatos que se han lanzado para presidente con opción a gobernador.

Como es lógico, cada grupo nacional tiene su correlato local: el concejal Lisandro Bormioli responde al sector de Alicia Kirchner y se postularía a intendente; el diputado provincial Manuel Elías responde a Julián Domínguez y Riky Ruggeri a Florencio Randazzo, que anunció su candidatura por el sector.

Por el lado del sciolismo se lanzó recientemente al ruedo Guillermo “Willy” Aiello, generando una movida en los grupos políticos que parecían ya establecidos. Aiello tiene un cargo en la jefatura de Gabinete de la provincia que rige Alberto Pérez, a quien responde políticamente. Podría ser candidato a intendente; todo depende –como decimos- de cómo se resuelva la candidatura de Scioli, si dentro o fuera del Frente para la Victoria. Rosa Tulio, alineada en el sciolismo, responde a la ministra de Gobierno Cristina Alvarez Rodríguez, y buscaría volver la diputación.

Con Franco Laporta, el secretario de Servicios provincial, está alistada Marcela Manfredini, directora de Oceba,  y Juan José Giamé. 

El presidente del bloque Frente para la Victoria Gabriel Cairat afirma que irá de candidato a intendente, armando sector propio aunque no develó aún –nadie en realidad puede hacerlo- con qué referencia provincial/nacional; puede se sciolista pero aún no está confirmado.

Las intenciones de todos están a la vista pero sus candidaturas pueden variar de acuerdo con quien termine siendo el referente nacional del kirchnerismo y, sobre todo, según Scioli vaya por dentro o por fuera de esta facción, quienes hoy se candidatean para intendente pueden pasar a una concejalía o viceversa porque en principio se intentará buscar la unidad del Frente para la Victoria, si es que a nivel nacional no hay unas Paso virulentas que obliguen a los sectores a enfrentarse a nivel local. Esto generaría un quiebre entre sectores sciolistas y kirchneristas, de lo contrario se podría llegar a una unión que permita tener más posibilidades de ganar la Intendencia, que es el objetivo principal de los últimos años.

En general, y al menos de la puerta hacia fuera, hay buena relación y predisposición entre los candidateables, salvo Bormioli y Cairat que han roto relaciones políticas, aunque en el bloque se mantienen unidos. Las relaciones en la bancada del Frente para la Victoria son dificultosas, pero nadie apuesta a separarse, porque a nivel nacional no está nada claro como para romper vínculos. Scioli es la clave. De lo que haga dependerá si en Pergamino el Partido Justicialista sigue siendo lo mismo que el kirchnerismo o si, por el contrario, se convierten en fuerzas separadas.

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