Peppo es el Scioli chaqueño: los ultras lo rechazan, pero es el que mejor mide

Peppo es el Scioli chaqueño: los ultras lo rechazan, pero es el que mejor mide

El escenario en el oficialismo ha alcanzado un punto crítico que podría trazar un paralelismo con la situación que atraviesa el peronismo a nivel nacional. El ex presidente del Ipduv lidera las encuestas, aunque es cuestionado.

La situación del oficialismo chaqueño y de su figura mejor posicionada, Domingo Peppo llegó a un punto crítico comparable al escenario que atraviesa el peronismo nacional debido a la tendencia de sus máximos líderes de apoyar sus posibles sucesores en base a la lealtad y no a las encuestas.

Jorge Capitanich en la provincia y Cristina Fernández de Kirchner en la Nación demuestran un claro favoritismo por figuras de fidelidad comprobada, pero descuidan un dato que los jefes territoriales del PJ advierten con claridad meridiana: si no se compatibiliza la vocación de poder con los candidatos mejor posicionados quedarán a un tris de la derrota.

En el orden nacional el peronismo que cruje ante el empecinamiento de Cristina, quien insiste en apadrinar candidaturas débiles como la de Florencio Randazzo en vez de aprovechar el potencial de Daniel Scioli, para enfrentar a Mauricio Macri y Sergio Massa con mayores posibilidades.

De la misma forma el gobernador Capitanich apuesta todas sus fichas a su delfín Eduardo Aguilar cuando las encuestas señalan otra cosa: el precandidato con más chances que puede exhibir el peronismo chaqueño hoy se llama Domingo Peppo y su único «pecado» fue anticiparse en un proceso de instalación que no se adecuó a los tiempos del primer mandatario mientras se desempeñó como jefe de Gabinete y de hecho no cuenta con las preferencias en orden a la previsibilidad de lealtades, aunque en su contra juega un dato no menor que fue el apoyo al espurio proceso de privatización de las salas de juego que se convirtió rápidamente en el más sonado escándalo de los últimos años del Chaco, al cual se suma ahora otro hecho acaecido en Lotería Chaqueña en la que paradójicamente el Gobierno mantiene a Rolhaiser con lo cual Coqui no sólo paga un alto costo político en términos de credibilidad y transparencia, sino que además agranda la brecha con Gustavo Martínez al colocar contra las cuerdas a los hermanos Nievas.

Puede que CFK y Coqui insistan hasta lo último con sus candidatos preferidos, pero los intendentes y líderes distritales del Partido Justicialista ya encendieron las luces de alerta con un reclamo dirigido desde Buenos Aires a la Presidenta para que deje de distraer energías en postulaciones que no cuajaron y se concentre en lo mejor que tiene el partido gobernante en la coyuntura electoral: Daniel Scioli.

Domingo Peppo viene a ser el Scioli chaqueño, ya que su potencial es reconocido por todos, pero no logra la bendición del gobernador y jefe del peronismo provincial, con lo cual podrían abrirse nuevas grietas internas en el oficialismo camino a las elecciones primarias innecesaria e inexplicablemente adelantadas en el calendario de los comicios chaqueños sin que la nueva modificación contemple este artículo trascendente en la estrategia del justicialismo provincial acaso como si se estuviera jugando en favor de crear las mejores condiciones para quien hoy es la candidata favorita para suceder a Jorge Capitanich, el caso de la intendenta de Resistencia.

En sus diálogos preliminares con Aguilar y otros acólitos del coquismo, Peppo insiste con una fórmula encabezada por él mismo acompañado por un candidato a vicegobernador elegido por Capitanich, pero hasta ahora no logra convencer a sus interlocutores y difícilmente lo logre porque Aguilar tiene la firme convicción de que puesto en carrera prontamente lograra revertir la diferencia que hoy muestra Peppo y que en gran parte se debe atribuir a la aparente imparcialidad de Coqui que, a la hora de las decisiones hará lo que viene haciendo Macri con Rodríguez Larreta más allá de los berrinches de Gabriela Michetti relegada en el universo machista, pero favorecida por los sondeos.

El villangelense es acusado de haberse comportado como un líbero sin rendir cuentas al jefe partidario, con lo cual perdió la condición sine qua non exigida al candidato a gobernador del PJ: la lealtad irrestricta a los mandos naturales.

Así como Scioli en Buenos Aires es menospreciado por La Cámpora y otros sectores del ultakirchnerismo, el ultracoquismo no quiere saber nada con Peppo, quien juega con las encuestas a favor parado en la loma del horizonte político, confiado en sus posibilidades.

El precandidato peronista con más chances está seguro de que los dirigentes de mayor peso territorial terminarán por apoyarlo sobre la base de aquella antigua consigna de que la lealtad puede convertirse en estupidez si en su nombre se descarta una carta de triunfo.

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