Desde hace cinco años comenzaron para la vitivinicultura argentina las malas noticias, especialmente en la exportación. Hoy, estamos en un piso histórico y si tuviéramos que señalar al mayor de los culpables: la inflación.
Desde hace cinco años comenzaron para la vitivinicultura argentina las malas noticias, especialmente en la exportación.
Con un mercado interno que entró en una meseta y una exportación que comenzó a declinar, los balances de las empresas mostraron que el crecimiento se había detenido. Hoy, estamos en un piso histórico y si tuviéramos que señalar al mayor de los culpables: la inflación.
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