"Se abre un nuevo capítulo en la relación entre México y Estados Unidos; tenemos que convertir este reto en oportunidad y debemos hacerlo con determinación, con enorme confianza en nosotros mismos y, muy especialmente, con una gran unidad nacional", dijo Peña Nieto.

Al hablar en una reunión de negocios en Puebla, a unos 130 kilómetros al sudeste de la Ciudad de México, el mandatario subrayó que el país deberá encarar la nueva etapa sobre la base de tres atributos.

Uno es "optimismo en que la palabra y la razón son sin duda el mejor medio para la convivencia"; otro, "pragmatismo" para buscar lo mejor para México, y el tercero, la "defensa de principios básicos que no son negociables", como la protección de los mexicanos.

Durante la campaña electoral, Trump prometió políticas que pueden afectar la relación con México, tales como la construcción de un muro en la frontera común y la revisión del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (Nafta, en inglés).

Los mercados financieros reaccionaron a la consagración de Trump con una fuerte devaluación del peso mexicano que está afectando negativamente a los comerciantes de zonas fronterizas estadounidenses que dependen en buena medida de compradores mexicanos.

"En la última semana nuestras ventas bajaron 40%", dijo un comerciante de Nogales, Arizona, a la agencia EFE.

En tanto, la directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Hispana de Tucson, Arizona, Lea Márquez Peterson, aseguró que hay "incertidumbre" en los comerciantes de la zona acerca de si el peso mexicano continuará depreciado una vez que Trump asuma en enero próximo.

Por otra parte, la automotriz estadounidense Ford anunció hoy que mantendrá el plan de ampliar su producción en México pese a la promesa electoral de Trump de aumentar los aranceles a los vehículos importados a Estados unidos.

"Todos compartimos el mismo objetivo: queremos una economía de Estados Unidos fuerte y vibrante", dijo el jefe ejecutivo (CEO, en inglés) de Ford, Mark Fields, a la televisora CNBC.

A juicio de Fields, el eventual aumento de los aranceles a la importación de automotores "afectaría no solo a la industria automotriz sino al conjunto de la economía" y "es un riesgo que la administración republicana no querrá correr".

En relación con el Nafta, el CEO de Ford subrayó que tanto la cadena de producción como la de suministros de la compañía "están plenamente integradas en los tres países, y esa integración también sostiene muchos puestos de trabajo en Estados Unidos".