Peligro en las canillas: cada vez más desconfianza sobre la calidad del agua

Peligro en las canillas: cada vez más desconfianza sobre la calidad del agua

Gonnet se transformó en un preocupante caso emblemático, donde piden obras para tener soluciones

 

El agua. Un elemento vital que para el consumo humano, se sabe desde hace siglos, debe ser potable. Eso y que adquiere tal condición cuando es insípida, incolora e inodora se aprende en los primeros años escolares. Sin embargo, la norma no se cumple con el servicio que brinda Aguas Bonaerenses (Absa) en el área de concesión de la Región, donde lo que sale de las canillas, a menudo, es un líquido con sabor y olor desagradables y, a veces también, sin transparencia. El ejemplo más cabal de la mala calidad del suministro es el de una amplia zona de Gonnet, barrio de Villa Castells incluido-: tan elevada es ahí la concentración de sales que los vecinos no sólo se abstienen de ingerirlo sino que además sufren los daños de las instalaciones, corroídas, aún en hogares recién estrenados, por la acumulación de cloruro de sodio en las cañerías.

En la Región, por zonas y por temporadas, el agua llega a los domicilios de color marrón, con arenilla, o con un gusto y un olor tan intensos a cloro (una sustancia que debe tener hasta una determinada concentración para la eliminación de bacterias) que la inutilizan, tanto para la ingesta directa como para su uso en la cocina.

Pero el caso de Gonnet es, quizás, el más contundente, pues a partir de las denuncias, en 2014, de los usuarios de la zona comprendida por las calles 487 a 496 y 15 a 21, el Organismo de Control de Aguas Bonaerenses -Ocaba- confirmó las sospechas vecinales con resultados de análisis que determinaron una alta dosis de sodio en el agua. A partir de ahí intervino el juzgado municipal de Faltas Nº 2, a cargo de la Defensa de Consumidor, y le ordenó a la distribuidora la provisión de agua a las familias afectadas -vía entrega de bidones- hasta que se ejecuten las obras necesarias para dar solución definitiva al problema. En el mismo fallo se autorizó, además, a los titulares del servicio, a no pagar las facturas hasta que recuperen las buenas condiciones de la prestación. La medida se amplió luego a unas mil familias de Villa Castells que viven entre las calles 489 a 505 y camino Centenario y 2, donde el agua tampoco es potable.

LA REPUBLICA DE LOS NIÑOS

Quedó, asimismo, en el epicentro de la zona afectada la República de los Niños, el tradicional predio municipal visitado por miles de chicos y donde también se corroboró que el agua no era apta para el consumo. Frente a la posibilidad de un riesgo, el mismo juzgado de Faltas emplazó a la dirección del paseo y a Absa a garantizar el abastecimiento de agua potable, caso contrario, advirtió, clausuraría el lugar. Se cumplió con la entrega de bidones y la instalación de un puesto fijo de hidratación y así la República pudo seguir abierta al público.

Vivir con la amenaza permanente de un peligro en pleno hogar es angustiante. Sebastián Novomisky, vecino de 6 entre 505 y 506, pleno corazón de Villa Castells, conoce la sensación; por eso, además de poder contar con agua en condiciones de ser consumida, pide a las autoridades “calidad” en la información pública. Ocurre que el joven, casado y dos hijos de entre 2 y 5 años de edad, fue viendo cómo, desde hace dos años y medio cuando se mudó con su familia a esa casa, el sarro le fue arruinando la grifería, el sistema de calefacción -por radiadores- y, finalmente, la red interna del agua corriente. “Desde ya que el agua no la podemos tomar, ahora, ¿hasta qué punto causa otros efectos usarla? Por eso también exigimos que nos digan qué riesgos hay. Yo no sé, por ejemplo, si un problema de piel que tiene uno de mis nenes se debe al agua con la que lo bañamos”, planteó.

La Defensoría del Pueblo gestiona ante Absa una solución a los problemas de salinidad de los vecinos, y espera, por estos días, que la empresa distribuidora del servicio presente la propuesta definitiva para la construcción del acueducto que resolvería la deficiente calidad de la prestación que llega al sector norte de la Ciudad. Desde que interviene el organismo la prestadora ha intentado salir de la crisis con la apertura de nuevos pozos de distribución, pero el resultado no ha sido satisfactorio. “Estamos preocupados por esa definición porque la obra que sería la solución es la que llevaría el agua que sale de la planta potabilizadora de Punta Lara desde 120 y 32 a Gonnet, City Bell y Villa Elisa”, señaló el secretario general de la repartición provincial, Marcelo Honores.

Existe, además, la inquietud por la no potabilidad del agua en sectores distintos a Gonnet. “No hemos tenido denuncias de otras zonas, pero el hecho de que haya un reconocimiento expreso de la empresa y de que en el anteproyecto de la obra para solucionar el problema se contemple la construcción de un acueducto que lleve el servicio hasta Villa Elisa habla de que evidentemente el frente salino de las napas está más extendido”, concluyó Dante Rusconi, el juez de Faltas de la Comuna que dictaminó las cautelares de protección.

“Cada vez son más las quejas por las condiciones del agua que recibe la gente en sus domicilios”

Ya por el sólo hecho de su elevado nivel de salinidad, el agua de Gonnet es imposible de ingerir. Ahora, además de percibirse como desagradable puede ocasionar inconvenientes en la salud. ¿Porque? ¿Qué es el cloruro de sodio? Se trata de una sustancia de la química, el mayor componente de la sal comestible, que desde tiempos inmemorables se utiliza como condimento y conservante de alimentos.

No obstante algunas de sus propiedades benéficas, según insisten los especialistas, si no se mide el consumo de sal puede haber trastornos en la salud. Los más comunes son la hipertensión, con todas sus consecuencias, y los cálculos renales. También es dañina en los cuadros de úlcera de estómago.

TOLOSA, LOS HORNOS, Y VAN...

Desde otros sectores de la Ciudad, bien alejados incluso de las localidades platenses del norte, se vive también con inquietud cotidiana el hecho de recibir un servicio de agua no seguro. Varios de esos planteos se convirtieron en expedientes en la comisión de Medio Ambiente del Concejo Deliberante, un ámbito en el que en los últimos días crecen sin parar los reclamos relacionados con la calidad del suministro.

En la última sesión del cuerpo legislativo local se aprobaron algunos pedidos de informes en los que se exige respuestas por parte de Absa: sale agua con un alto nivel de turbiedad en los domicilios de 56 y 140 -Los Hornos-, concretamente ahí con arenisca; en la manzana de las calles 34,35,10 y 11 -barrio Norte-, donde la firma aseguró que los sedimentos que se observan en el agua son producto de las remociones por cambios de cañerías, sigue saliendo líquido sucio; y en 120 y 528 -Tolosa-, según se señaló, tiene muy mal sabor y los vecinos sospechan sobre la presencia de nitratos u otras sustancias nocivas para la salud.

“Cada vez son más las quejas por las condiciones del agua que recibe la gente en sus domicilios -subrayó el presidente de Medio Ambiente del Concejo, Gastón Crespo-. Esos son los últimos pedidos de informes que se votaron, pero la semana que viene vamos a presentar otro pedido por la zona de 122 y 90, donde el agua sale con un muy fuerte olor a cloro y es imposible tomarla, y por algunos lugares de Villa Elisa, con agua de un color muy oscuro y ahí solicitamos específicamente que alguna institución reconocida realice análisis del agua potable”.

También se aprobó en el recinto, por iniciativa de la misma Comisión, que el Ejecutivo municipal gestione la realización de un estudio del agua más general en Gonnet porque, “creemos -dijo Crespo- que la saturación de cloruro de sodio en el agua está en muchas más manzanas de las denunciadas”.

Por otra parte, en el caso de la República de los Niños se solicitó en la misma sesión que el abastecimiento de agua envasada se amplíe también a la semana. “Solamente entregan durante los fines de semana y resulta que los días hábiles visita el lugar mucha gente que va a hacer deportes y alumnos de escuelas primarias de distintos puntos de la Provincia”, remarcó el edil.

Una de las consecuencias de la falta de calidad en el servicio de Absa es lo más costosa que les resulta la vida a las familias. Y es que con la excepción de Gonnet y Villa Castells que por la actuación de la Justicia los vecinos tienen acceso a agua envasada gratis, en el resto de las zonas con problemas de sabor, olor o aspecto, la gente debe pagar entre $40 y $45 por un bidón de 6 litros, todo un gasto extra si se considera que por más que se racione en el uso de su contenido esa cantidad en un hogar no dura más que unas horas.

Comentá la nota