La película de Kirchner arrancó con muchas salas y sin clima militante

La película de Kirchner arrancó con muchas salas y sin clima militante
Por Ignacio Miri

Se estrenó en 82 pantallas en simultáneo en todo el país. No hubo fervor de acto político en las funciones.

Ayer. 15.15 horas. Cine Monumental de Lavalle. Primer piso. Sala 5. Estreno de “Néstor Kirchner, La Película”. Veinticuatro personas, incluido un cronista de Clarín , sentados en una sala de 105 butacas casi a oscuras. Un político, Néstor Kirchner, por caso, diría que s e vendió el 22 % de las localidades disponibles para esa función . Alguno de los dirigentes que estuvieron más cerca de Néstor Kirchner recordará, además, que ese mismo fue el porcentaje con el que llegó el santacruceño a la Presidencia en 2003 .

Entre el público hay cinco parejas –los más jóvenes, de unos 20 años, los más viejos, cerca de los 70–, una familia –padre, madre, dos hijos adolescentes– y el resto hombres y mujeres dispersos entre las 7 filas de 15 butacas cada una. Cada uno pagó 35 pesos. Ninguna de ellas tiene identificaciones partidarias a la vista. Podría ser cualquier otra función.

Se enciende la pantalla con una publicidad de YPF. Podría pensarse que es parte de la película. No. Es la propaganda del ingeniero que quiere recuperar un pozo. La idea del creativo publicitario, se ve, es conmover al público. No hay signos de que lo haya logrado, al menos en esa ocasión. Sí lo consigue la siguiente publicidad, que retrata las desventuras de una pareja de compras por una calle presumiblemente ubicada en Estados Unidos, que se solucionan con la tarjeta de crédito que emite un banco privado. Varias personas ríen cuando la ven.

Luego de las publicidades de futuros estrenos, arranca la proyección. Son 110 minutos de discursos públicos y apariciones de Néstor Kirchner, combinados con elogios en la voz de sus familiares y de testimonios de hombres y mujeres que consiguieron un empleo en el Estado por iniciativa de Kirchner. También hay planos de rutas de la Patagonia, flores y panaderos volando enlazados con música incidental puesta allí con la intención de realzar las emociones del espectador: música triste, música alegre, música para pensar un ratito, música para avisar que se va terminando la escena y habría que pasar a otra.

No sería justo decir mucho más sobre la película, un recorrido dedicado a celebrar con el lenguaje de las publicidades del Gobierno que se emiten en las tandas del Fútbol Para Todos la figura del ex presidente y -en segundo término- de su esposa y sucesora, Cristina Kirchner. La Presidenta no da su testimonio para la película y aparece sólo en imágenes de archivo, en situaciones familiares y públicas.

Al menos en esa función, el público se comportó con frialdad. No hubo aplausos como suele haber en películas muy esperadas, nadie salió llorando del cine, no hubo risas durante la proyección.

El único rasgo de afecto lo puso una pareja joven que a la salida se fotografió junto al afiche promocional –una gran foto de Néstor Kirchner de frente, recortado sobre fondo negro– con sus teléfonos celulares.

“¿Veinticuatro espectadores es mucho o poco para un estreno en este cine a esta hora?”, preguntó Clarín al acomodador del Monumental. “Y... es medio poco”, respondió. En la boletería dieron algunos datos más. “Fue mejor que otros estrenos de la semana, pero no se puede comparar con las películas taquilleras de la cartelera como la de James Bond o las de la saga Crepúsculo”, calculó el empleado del cine. “Para la función de las cinco hay algunas más vendidas”, avisó.

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