Pegados a Scioli, Aníbal Fernández y Domínguez libran una guerra fría

Pegados a Scioli, Aníbal Fernández y Domínguez libran una guerra fría

Los precandidatos del FpV se acusan mutuamente de operaciones de prensa con encuestas y compiten intendente por intendente. Casi chocan con caravanas

"Yo hago puchero, ella hace puchero, yo hago ravioles, ella hace ravioles". La frase del personaje de la inolvidable "China" Zorrilla en "Esperando a la carroza" bien puede graficar la Guerra Fría de campaña entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez en la interna K por la gobernación bonaerense. Acusaciones cruzadas por robo de ideas y operaciones de prensa, pulseada de encuestas, visitas a un intendente que acaba de ser anfitrión del otro, competencia por el tiempo compartido de un salomónico Daniel Scioli, y hasta casi un choque de caravanas en La Matanza. 

"Están nerviosos porque Julián está subiendo en conocimiento y no tiene el problema de imagen negativa", se entusiasman en la Cámara de Diputados. "Aníbal gana en todos los distritos y los intendentes se van a mantener neutrales por instinto de supervivencia porque no van a apostar a caballo perdedor por más que odien a Martín (Sabbatella)", replican en la Jefatura de Gabinete. Sin la pirotecnia verbal pública de sus inicios cuando se oficializó la PASO provincial a instancias de Cristina Fernández de Kirchner, con denuncia de futuro robo de boletas, la batalla ahora se libra por lo bajo. E igual de cruenta. 

Desde que puso el manto de sospechas sobre los caciques por eventuales "picardías" electorales, Aníbal F. sacó su carnet de peronista para competirle a la fórmula Domínguez-Fernando Espinoza que se jacta de ser 100% justicialista, y así recibir a los intendentes que también visitan la otra trinchera. Como en el juego de mesa TEG, los distritos se marcan de un color u otro. El ex ministro de Agricultura cosecha elogios; en especial de aquellos que la tropa del quilmeño ni se molestará en llamar. "Uno se asusta pensando qué va a ser de la provincia si se libera el consumo y la venta de drogas", lo atacó su archienemigo de pago chico Francisco "Barba" Gutiérrez, en sintonía con el spot del renovador Felipe Solá. Otros, con heridas sin cicatrizar causadas por las colectoras de Nuevo Encuentro, escapan al nombre de Martín Sabbatella, compañero de fórmula del jefe de ministros. Hugo Curto (Tres de Febrero) es el caso emblemático.

Incluso, la ausencia del rostro del titular de la Afsca en la papeleta de la Lista generó suspicacias. "El 99% de las boletas no llevan la cara del Vice", se defienden con razón en Morón, dondela preparó el equipo de diseño. Igual, el binomio se muestra junto en la mayoría de las actividades bajo la estrategia de "mostrar el caracter frentista del kirchnerismo". 

Con otro objetivo (mostrarse 100% PJ), también lo hacen sus contrincantes. Yendo más allá, con la menos habitual foto conjunta sciolizada (vestidos de naranja) de Domínguez con Espinoza que se verá en la Lista 10. Si bien en los papales, en la interna su rival es Aníbal F., el principal contrincante hoy de Domínguez es el desconocimiento. Pegarse a Espinoza, intendente de La Matanza, lo ayuda en el bastión clave en la balanza general. 

Si bien todavía no comenzó formalmente, ambas campañas ya comenzaron a chocarse. Jorge Ferraresi recibió primero en Avellaneda a Aníbal F., que le pidió "neutralidad", y 24 horas después fue anfitrión de Domínguez, que en su lugar le reclamó una definición. El sábado, el titular de Diputados planificó una caravana matancera; como la que ya hizo en Florencio Varela y Quilmes. El jefe de Gabinete había planificado otra el mismo día y lugar pero la suspendió al saber que Scioli tenía en agenda ir a la de Domínguez. 

Haciendo sciolismo explícito, el gobernador hace equilibrio entre ambos, intercalando actos con uno y con el otro. Ayer, justo, invitó a los dos al puerto de La Plata. En la gobernación se difundió la directiva a sus funcionarios: "Si uno tiene que reunirse con Aníbal, que monte después una excusa institucional para ver a Domínguez. O viceversa".

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