A pedir de Trump: las elecciones especiales le dan aire y exponen a los demócratas

A pedir de Trump: las elecciones especiales le dan aire y exponen a los demócratas

os republicanos ganaron cuatro de las cinco bancas en juego; divisiones en la oposición

WASHINGTON.- La Casa Blanca y los republicanos recibieron un envión político al cosechar otro triunfo en unas elecciones especiales en Georgia por una banca en el Congreso que habían sido enmarcadas como un referéndum a la gestión del presidente Donald Trump y donde los demócratas invirtieron millones de dólares en busca de un triunfo.

Los republicanos lograron resistir un avance de los demócratas y cerrar airosos una seguidilla de elecciones especiales para cubrir vacantes en el Congreso. Al triunfo de Georgia, el más importante de todos, se sumaron victorias en Carolina del Sur, Kansas y Montana, todas en distritos republicanos.

"Bueno, ¡las elecciones especiales terminaron y los que quieren RESTAURAR LA GRANDEZA DE ESTADOS UNIDOS están 5 a 0! Todas las Noticias Falsas, todo el dinero gastado = 0", escribió Trump, anteayer, al filo de la medianoche.

Ayer, a primera hora, envalentonado, envió otro mensaje a la oposición: "A los demócratas les iría mucho mejor como partido si se juntaran con los republicanos en salud, recortes de impuestos, seguridad. ¡La obstrucción no funciona!", apuntó.

Las elecciones especiales dejaron un sabor agridulce para los demócratas: cosecharon, en territorio republicano, más votos que en comicios anteriores, pero no los suficientes como para robarle alguna banca al oficialismo y asestarle un golpe político a la Casa Blanca que forzara a retocar su agenda y, de paso, les brindara impulso para las cruciales elecciones legislativas del año próximo.

La secuencia de triunfos confirmó la fortaleza de los republicanos en las elecciones locales y estatales, recostada, en gran medida, en el controvertido método para definir los límites de los distritos legislativos en Estados Unidos, llamado Gerrymandering, que le ha permitido sacar ventajas en varios estados. Pero los triunfos encierran también una advertencia: los demócratas cuentan con una ventana.

"Los resultados de las elecciones especiales son consistentes con una fuerte demostración demócrata en 2018, pero no son una garantía de que ganarán suficientes bancas como para reclamar la mayoría. Sin embargo, sus probabilidades han mejorado", evaluó a para LA NACION Thomas Mann, analista político de Brookings Institution, un centro de estudios de Washington.

La campaña en Georgia, donde Karen Handel se impuso a Jon Ossoff, capturó la atención del país. Los medios, que siguieron el conteo de votos en vivo como si se tratara de unas elecciones nacionales, habían presentado esa contienda como un referéndum sobre Trump, quien pareció avalar la idea de un plebiscito a su gestión al pedir el voto para Handel con varios mensajes en Twitter.

Los demócratas decidieron apostar fuerte ante la posibilidad de quedarse con una banca que los republicanos han ocupado desde 1979. El partido invirtió millones de dólares para respaldar a Ossoff, un joven de 30 años que había alentado la expectativa de un batacazo tras imponerse en las primarias.

Los millones para publicidad que llegaron de varios rincones del país -hubo millonarias donaciones de California y Nueva York para Ossoff- transformaron la contienda en la campaña más cara de la historia por una banca en la Cámara de Representantes: republicanos y demócratas gastaron más de 50 millones de dólares. Un dato: una estación local de televisión agregó horas de noticiero para abrir más espacio a la publicidad política. Pero el resultado fue similar al de otras elecciones: los candidatos demócratas consiguieron más votos que Hillary Clinton en las últimas presidenciales y parecen, ahora, más encendidos a la hora de ir a votar.

El nuevo fracaso reveló que el debate interno acerca de cuáles deben ser la estrategia y el mensaje para recuperar el control del Congreso el año próximo -una tarea hercúlea, pero no imposible- está lejos de ser zanjado: los demócratas parecen divididos entre quienes quieren un mensaje más populista, progresista y aguerrido y quienes abogan por apelar al centro del electorado.

"Necesitamos un mensaje genuinamente nuevo, un plan de empleo serio que llegue a todos los estadounidenses, y una carpa más grande, no más pequeña. Concentrarse en el futuro", dijo el congresista Seth Moulton, una de las caras nuevas del partido.

Hubo, además, abiertos cuestionamientos a la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ícono del establishment del partido en Washington. Sus defensores recuerdan que es una política hábil, con una enorme capacidad para recaudar fondos. Sus críticos creen que es momento para una cara nueva. "Tendrías que ser idiota para pensar que podríamos ganar la Cámara con Pelosi al frente", fustigó el representante Filemon Vela, congresista de Texas. "Nancy Pelosi no es la única razón por la que Ossoff perdió. Pero ciertamente es una de las razones", agregó.

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