Pasteras: tras un cruce, la Argentina y Uruguay acordaron más controles

Pasteras: tras un cruce, la Argentina y Uruguay acordaron más controles

Un informe de contaminación en ambas márgenes del río Uruguay derivó en un entredicho entre Bergman y su par uruguaya; consensuaron una listas de medidas

 

No fueron los duros choques diplomáticos de otros tiempos. Pero tampoco se anduvo con liviandades. Los ministros de Medio Ambiente de Uruguay y la Argentina ayer se cruzaron en mutuos reproches por la contaminación del río Uruguay y el impacto de la pastera UPM (ex Botnia). El resultado del acalorado debate, sin embargo, llegó a buen destino: la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) resolvió avanzar de inmediato con una lista de mayores controles ambientales en las costas de ambos países para poner fin a años de conflictos y desinteligencias.

Los ministros de Medio Ambiente de la Argentina y Uruguay, Sergio Bergman y Eneida de León, respectivamente, protagonizaron un intercambio ríspido de opiniones alrededor del informe ambiental que la CARU dio a conocer hace un mes y que reveló niveles de contaminación en ambas márgenes de las costas del río Uruguay. Según pudo saber LA NACION, Bergman planteó abiertamente que el fallo de la Corte Internacional de La Haya, que exigió soluciones ante la disputa diplomática por la pastera Botnia, "debe ser cumplido plenamente" por ambos países y remarcó que para "salir de la tensión es necesario resolver la agresión visual que da miedo y que genera controversia, como es la planta de UPM". También el ministro de Ambiente de Mauricio Macri instó al gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez a "tener sensibilidad" con la población de Gualeguaychú y propuso establecer una suerte de pantalla visual para que no se vea desde la fábrica desde la Argentina.

La respuesta de Uruguay no se hizo esperar. La ministra De León admitió que la pastera UPM puede generar "sensibilidad visual", pero también señaló que "hay hechos irreversibles" de contaminación en la rivera argentina del río Uruguay que "también afectan" a la población. Se refería así al informe que dio cuenta de niveles de contaminación del río Gualeguaychú. A su vez, la ministra de Uruguay planteó la necesidad imperiosa de establecer los controles en el río Uruguay para lograr una protección acorde con las poblaciones ribereñas.

Ante estos planteos y para evitar un debate mayor, el presidente de la CARU, el argentino Mauro Vazón, instó a ambas partes a coordinar esfuerzos para potenciar los mecanismos de control en el río internacional. De esta manera, ambos ministros de Medio Ambiente decidieron que la CARU establezca ocho nuevos puntos estratégicos de control ambiental a lo largo de los 500 kilómetros que comprenden el río Uruguay. Éstos se sumarán a los 30 puntos donde hasta ahora se tomaban las muestras de agua.

Según comentó Vazón a LA NACION, en la reunión que se hizo ayer en las oficinas de la CARU en Paysandú hubo "un diálogo franco" entre ambos países, pero remarcó que hubo una decisión conjunta de alcanzar un acuerdo. En este sentido se tomarán muestras del agua del río internacional que viene de los afluentes de Brasil. También la CARU coordinó establecer monitoreos del aire desde el 26 de diciembre próximo y la necesidad de que cada estado provincial ribereño del río actualice sus legislaciones para controlar con mayor fuerza los niveles de contaminación.

No se descartó que en el futuro, la CARU tome las facultades de poder de policía para llevar adelante las tareas de control y mantenimiento ambiental del río Uruguay. También se evalúa la posibilidad de que haya un laboratorio binacional que realice las muestras del agua que hoy efectúan por separado la Argentina y Uruguay con el aporte de un laboratorio de Canadá. El muestreo científico de estos laboratorios fue el que determinó que existe contaminación ambiental en ambos lados del río internacional.ß

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