Paso a paso, cómo fue el gran robo al cajero automático

Paso a paso, cómo fue el gran robo al cajero automático

Todo estuvo planificado al detalle. Los delincuentes aprovecharon la final de la Copa del Mundo de fútbol para perpetrar un episodio delictivo de película.

Poco menos de 800 mil pesos fue el cuantioso botín con el que se alzó un grupo de delincuentes que planificó un golpe de película contra un cajero automático. Para concretar el robo, los ladrones se valieron de un día y horario clave: la final de la Copa Mundial de fútbol.

Pese a que hace más de 48 horas que la Policía de Córdoba mantiene un hermético silencio en torno al caso, La Voz del Interior reconstruyó, a través de diferentes informantes judiciales y de la propia fuerza, los pormenores de un robo que dejó al descubierto cómo los delincuentes supieron sacar provecho de la distracción generalizada.

Para poder concretar el golpe, los ladrones volaron casi literalmente el cajero automático ubicado en la sucursal del banco Patagonia, emplazada casi frente a uno de los ingresos de la planta de la automotriz Fiat, en Ferreyra, al sudeste de la ciudad de Córdoba.

En realidad, la explosión fue el corolario de un robo que comenzó mucho antes. De acuerdo con las fuentes consultadas, 10 días antes de vaciar el cajero, los ladrones ejecutaron otro robo, el de un utilitario Volkswagen Saveiro, que emplearon después para ir hasta el banco.

Aunque aún no hay sospechas concretas, los investigadores de Robos y Hurtos tienen la certeza de que la banda contó con información precisa: ubicación de las cámaras de seguridad, horario de recarga de los cajeros y cómo era el movimiento en el interior de la sucursal.

El viernes último, los cajeros automáticos de este banco fueron llenados con billetes.

Se trata de una operación usual y casi rutinaria, que no sufre alteraciones en los días. Al estar ubicado frente a la planta automotriz, se sabe que su demanda es grande, por lo que siempre le colocaban un monto de 800 mil pesos para todo el fin de semana.

“Este grupo estuvo haciendo inteligencia un mes o dos. Llegó y bloqueó las cámaras de seguridad, así que vamos a tener que esperar a saber con qué registros trabajamos”, dijo ayer el fiscal de feria de Distrito 2, Víctor Chiapero, la única voz oficial que se refirió a este robo hasta anoche.

A poco de haber sido recargado, y cuando la sucursal ya tenía las puertas cerradas, lo que suponía que sólo iban a acudir los clientes de los cajeros, los ladrones pusieron a su blanco fuera de servicio. No está claro si lo trabaron con algún dispositivo especial o si sólo colocaron un cartel escrito a mano. Lo concreto es que lograron que no se realizaran más extracciones.

Otro punto por analizar es desde cuándo las cámaras de seguridad se bloquearon y por qué nadie lo advirtió a tiempo.

Pirotecnia

Tras esta primera parte, los delincuentes continuaron realizando tareas de inteligencia durante todo el sábado en los alrededores del banco. Querían estar seguros de que nadie se había percatado del gran golpe que estaban por dar.

Cuando el domingo llegó, ya todo era más factible. La fiebre por la final del Mundial había contaminado los sentidos. Ese día, pocos pensaban más allá del partido entre las selecciones de Argentina y Alemania.

De acuerdo con lo que sospechan los investigadores, desde el mediodía hasta minutos antes de las 17, los delincuentes detonaron gran cantidad de pirotecnia en los alrededores del banco. El objetivo era acostumbrar a los transeúntes y guardias de Fiat al sonido constante de los estallidos. Así, cuando volaran el cajero, nadie se iba a sorprender por la explosión.

Para abrirlo, utilizaron una técnica compleja, según aseguró el fiscal Chiapero, y tal como adelantó este diario en la edición de ayer: “Utilizaron una instalación para generar una explosión a distancia. Eso sugiere que han hecho pasar algún gas inflamable y luego con un despegue eléctrico (un control remoto) produjeron la explosión”.

El robo se concretó a las 16.30 del domingo, cuando promediaba el primer tiempo de la final del Mundial. El momento ideal para que en la calle no hubiera nadie.

Escape

Los delincuentes utilizaron por lo menos un vehículo, la Saveiro, con el que tomaron por la colectora de la avenida Circunvalación, a los 300 metros se internaron en barrio José Ignacio Díaz, cruzaron las vías y ya en jurisdicción de Cooperativa Los Andes, cambiaron de rodado y dejaron el utilitario abandonado.

La Saveiro se transformó así en el único dato objetivo con el que hoy cuentan los investigadores de Robos y Hurtos. El vehículo había sido robado 10 días atrás de la firma Impex, ubicada en el kilómetro 27,5 de la Circunvalación, en el otro extremo de la ciudad, cerca del cruce con la avenida Fuerza Aérea.

Según se lee en su página on line, se trata de una empresa “especializada en la producción y provisión de máquinas, equipos y servicios a municipalidades, reparticiones públicas y empresas privadas”.

Una estrategia calculada hasta el mínimo detalle

Principios de julio. La banda robó una camioneta Saveiro a la empresa Impex, en el kilómetro 27,5 de la avenida de Circunvalación de Córdoba capital.

Viernes 11. El cajero fue recargado con 800 mil pesos. Horas después, los delincuentes lo dejaron “fuera de servicio” para evitar extracciones.

Sábado 12. Con el cajero sin actividad, la banda se habría quedado en los alrededores de la sucursal para estudiar los movimientos y asegurarse de que ningún guardia o policía se hubiera percatado de la irregularidad en la máquina expendedora de billetes.

Domingo 13. Horas antes del comienzo de la final del Mundial Brasil 2014, los delincuentes comenzaron a arrojar bombas de estruendo para “acostumbrar” al sector a las explosiones. Durante el primer tiempo del partido, con un complejo sistema de inyección de gases y un control remoto, hicieron detonar el cajero automático y extrajeron todo el dinero. Escaparon en, por lo menos la Saveiro, que habían robado, que luego abandonaron.

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