DE PASO, CAÑAZO

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La misma rondará los 10 días, para que el intendente culmine su recuperación tras estar internado en el hospital de Clínicas por una afección de tipo cardíaca. Al mando de la comuna se encuentra su vice, Armando Molina. Quintela agradeció muestras de afecto y dijo que deberá cambiar hábitos, aunque no dejará de ser “un hombre político”.

En la mañana de este viernes, Ricardo Quintela dejó el centro de salud dependiente de la Universidad Nacional de La Rioja, donde estuvo internado gran parte de la presente semana.

Flanqueado por el cuerpo médico que lo asistió tras una afección cardíaca, funcionarios municipales y familiares, el intendente capitalino agradeció a un sinnúmero de personas que mostraron su preocupación por su estado de salud; entre ellos, mencionó al gobernador Beder Herrera –por visitarlo y facilitar el traslado de sus hijos quienes se encontraba distantes a “miles de kilómetros”, dijo-, al rector de la UNLaR, Enrique Tello Roldán, al obispo Marcelo Colombo, al ex obispo Fabriciano Sigampa, y al personal médico del hospital de Clínicas.

Reconoció que lo vivido, y por las recomendaciones de los profesionales que lo atendieron, “habrá que modificar algunos hábitos, algunas conductas alimentarias, la actividad física”. Además, comentó que “las últimas dos, tres semanas tenía ciertas dificultades para poder conciliar el sueño”, lo que “puede haber sido uno de los desencadenantes” de las afección cardíaca padecida.

Anticipó que, tal como se lo sugirieron, se tomará unos días de descanso, sin atención a nadie en particular; pero aclaró que esto no impedirá continuar con su vida política. “Es lo que me gusta”, manifestó; al tiempo que en sus proyecciones tiene “objetivos políticos que para alcanzarlos hay que sacrificarse, tomando ciertas previsiones”.

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