La frustrada reforma política que los gobernadores peronistas le voltearon al Gobierno desnudó las diferencias entre la Casa Rosada y los senadores de Cambiemos y pases de factura por una falta de conducción política.

Mauricio Macri estaba confiado en que la boleta única electrónica avanzaría en la Cámara Alta y por eso incluyó la reforma en la convocatoria a sesiones extraordinarias con la esperanza de sancionarla antes de fin de año y realizar la licitación en enero, plazo máximo para llegar a tiempo con la logística antes de los comicios de medio término de 2017.

 

Sin embargo, el presidente chocó contra la impericia de sus propios alfiles, que ahora intentan desligarse de la responsabilidad por la derrota que les propinó el peronismo.

 

La bronca en la Rosada es principalmente con Gabriela Michetti y Federico Pinedo, las principales y acaso únicas figuras del PRO en el Senado. A la vicepresidenta y al presidente provisional de la Cámara Alta los acusan de no tener conducción y capacidad de negociar con la oposición.

 

La falta de gimnasia de estos dirigentes quedó en evidencia en las últimas sesiones: en una de ellas Pinedo contó mal los dos tercios y Michetti no sabía qué se había tratado en labor parlamentaria esta semana.

 

Con Michetti aislada, al oficialismo lo intentan timonear Pinedo y el correntino Pedro Braillard Poccard, que quedó interinamente a cargo del interbloque de Cambiemos por la ausencia por enfermedad del radical Ángel Rozas, aunque no tiene el control de los aliados radicales.

 

Es por eso que la conducción del interbloque terminará tarde o temprano en manos del radical formoseño Luis Naidenoff, pese a que Rozas, que fue puesto a cargo de los senadores por pedido de Gerardo Morales, regresaría a su banca el año que viene.

 

 

En el medio de este proceso, los macristas se quejan porque no pueden identificar a un interlocutor en la UCR.

 

En eso no coinciden los senadores radicales, que recuerdan que le consiguieron al Gobierno las leyes más importantes que mandó durante todo el año, como el acuerdo con los holdouts, la selección de los jueces de la Corte Suprema y el Presupuesto 2017.

 

Los radicales cuestionan al PRO, tanto a nivel parlamentario como a la Rosada, por negarse a negociar paquetes de leyes como pedía el jefe de bloque del FPV, Miguel Pichetto, y en cambio querer imponer ley por ley.

 

Los radicales aseguran que lo que el Gobierno no pudo conseguir del Senado se debió a que no negoció las leyes como parte de un paquete mayor.

 

En este contexto, en la Cámara alta ven como impredecible el trabajo legislativo para lo que queda del año, puesto que el Gobierno ya giró todos los fondos que pedían los gobernadores y ahora no necesitan acordar nada hasta el año que viene.