Pasar a la acción, el desafío tras el acuerdo climático

Los principales líderes celebraron el documento de París, pero advirtieron que ahora empieza lo más difícil

PARÍS.- Los principales líderes del mundo celebraron ayer el histórico acuerdo adoptado un día antes en París para luchar contra el cambio climático, pero recordaron que la etapa más complicada se abre ahora con la aplicación concreta de los compromisos adquiridos en la Conferencia del Clima de París (COP21).

Seis años después del fracaso de Copenhague, 195 países lograron ponerse de acuerdo en la COP21 para detener el alza de la temperatura del planeta "muy por debajo de los 2 °C" y ayudar económicamente a los países más vulnerables al calentamiento global.

El acuerdo de París representa un éxito para la diplomacia francesa, sobre todo para su canciller Laurent Fabius, que movilizó todos sus esfuerzos para poner de acuerdo a 195 países de un mundo multipolar en el objetivo de luchar unidos para salvar el planeta.

"Aún queda mucho trabajo por hacer", subrayó la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, mientras que el presidente norteamericano, Barack Obama, estimó que el acuerdo "no resuelve el problema, pero establece el marco sostenible que el mundo necesita para resolver la crisis climática". "Este acuerdo es la mejor oportunidad que tenemos para salvar el único planeta que tenemos", dijo Obama.

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, uno de los impulsores del acuerdo, declaró: "Es un punto de inflexión decisivo en nuestros esfuerzos comunes para hacer sustentable y próspera la vida de los pueblos y la salud del planeta", indicó Ban.

Para China, el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, el acuerdo climático global alcanzado en París marca un paso hacia un crecimiento más sustentable. Xie Zhenhua, representante de Pekín en la cumbre de París, celebró lo que denominó como un "acuerdo imperfecto".

"Hay partes [del acuerdo] que son mejorables, pero esto no afecta al hecho de que la historia ha dado un gran paso hacia adelante, por lo que estamos satisfechos", dijo el representante chino.

El papa Francisco elogió el histórico acuerdo y destacó que ahora se requerirá un "compromiso colectivo y una dedicación generosa de parte de cada uno".

"Augurando que sea garantizada una particular atención a las poblaciones más vulnerables, exhortó a toda la comunidad internacional a continuar con rapidez el camino tomado, en la señal de una solidaridad que sea cada vez más productiva", agregó el Papa, durante el Angeles en la Plaza San Pedro.

El acuerdo de París, que reemplazará a partir de 2020 al actual Protocolo de Kioto, vincula la suerte de las grandes potencias emisoras de gases de efecto invernadero, como Estados Unidos y China, a la de las pequeñas islas del Pacífico amenazadas por la subida del nivel de los océanos.

"No hay ganadores ni perdedores en el acuerdo de París. La justicia climática ganó y trabajamos todos para un futuro más verde", tuiteó ayer el primer ministro indio, Narendra Modi, para quien el cambio climático sigue siendo un "desafío".

El grupo de pequeños Estados insulares (AOSIS) fue un actor principal de las negociaciones y logró que el documento final instara a los países a "seguir esforzándose" hasta conseguir frenar el calentamiento global a 1,5 °C. Sin embargo, advirtieron que lo más importante llega ahora. "La historia juzgará el resultado no sobre la base del acuerdo, sino sobre lo que haremos a partir de ahora", advirtió Thoriq Ibrahim, ministro de Medio Ambiente de Maldivas y presidente de AOSIS.

En virtud del nuevo acuerdo, los países industrializados, responsables históricos del problema, deberán ayudar financieramente a los países en desarrollo y los emergentes podrán participar también de forma voluntaria. Los países en desarrollo recibirán un mínimo de 100 mil millones de dólares a partir de 2020, una cifra que sería revisada a más tardar en 2025. Todos los países se comprometen, además, a controlar mutuamente sus planes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, con revisiones quinquenales a partir de 2023.

Las ONG, por su parte, reconocieron el avance del acuerdo, pero no lo consideraron un éxito rotundo, sobre todo, teniendo en cuenta que su primera revisión obligatoria será en 2025. "La rueda de la acción gira lentamente pero en París, giró. El texto coloca a las energías fósiles entre los malos de la Historia", dijo el director de Greenpeace, Kumi Naidoo.

Ahora le toca el turno de Marruecos de tomar el testigo de las negociaciones climáticas, con la conferencia de clima que celebrará en 2016 en Marrakech (COP22) y que deberá empezar a traducir en actuaciones el primer acuerdo universal contra el cambio climático.

Los republicanos, contra el pacto

El líder del Partido Republicano en el Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, advirtió que el acuerdo sobre el clima sellado en la cumbre de París será objetado por los republicanos si llegan a la Casa Blanca el próximo año.

Para McConnell, el presidente Barack Obama "está haciendo promesas que no puede cumplir, firmando cheques que no puede pagar y pasando por encima de la clase media para tomar crédito por un acuerdo que es susceptible de quedar sin validez dentro de trece meses".

"Sus compromisos para respaldar a líderes en el extranjero están basados a nivel interno en propuestas que afectarían a puestos de trabajo y que aumentarían los aranceles de energía para las familias norteamericanas", criticó McConnell.

El líder republicano en el Senado atacó así el acuerdo al que llegaron el fin de semana 195 países con el propósito de limitar el calentamiento global. "Nuestro único compromiso es el de revisar en el Senado cualquier obligación del acuerdo, tal y como establece la Constitución."

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