Lo dijo el florista de Independencia y Rivadavia que fue desalojado por el municipio. Ante la indignación de vecinos y comerciantes, Pulti dio marcha atrás con la decisión.
La decisión del gobierno de Pulti causó lo inmediata indignación de vecinos y comerciantes de la zona, quienes salieron a respaldar al florista. Juntaron firmas para que el Ejecutivo municipal dé marcha atrás con el desalojo. Finalmente, el intendente desautorizó este jueves a Alveolite y le permitió al trabajador seguir vendiendo flores en esa esquina.
En declaraciones a Radio Residencias, el florista Duarte indicó que “este jueves volví a trabajar en Independencia y Rivadavia. Por ahora, me dieron permiso para que siga en ese lugar. El municipio no me quería dejar trabajar”.
A su vez, recalcó: “Necesito la plata ya que tengo que pagar el alquiler y la luz de mi casa. Le quiero dar las gracias a los vecinos y comerciantes de la zona que se portaron muy bien. Me salieron a respaldar”.
“En esa esquina, estoy desde 1983 con mis canastos de flores. Arranco a trabajar a las 5.30 de la mañana. Desde los 30 años que trabajo en ese lugar, nunca nadie del municipio me molestó hasta ahora que apareció Alveolite. No sé qué le pasa a este funcionario con las flores”, añadió.
En ese sentido, explicó que “esta semana, los inspectores municipales me dijeron que me tenía que ir ya que a Alveolite le molestan los canastos. Me incautaron los dos canastos con flores. Ante la indignación de los vecinos y comerciantes de la zona, el intendente dio este jueves marcha atrás con este desalojo. El secretario de la esposa de Pulti, Lucila Branderiz, me dijo que por el momento puedo seguir trabajando en Independencia y Rivadavia”.
Además, manifestó que “los padres de Alveolite son mis clientes. Me compran flores desde hace años. Incluso, ellos salieron a defenderme ante lo que está haciendo su hijo. Deben estar enojados con el nene. Quiero hablar con Adrián Alveolite pero me comentaron que se fue de viaje. Quiero que me explique los motivos para sacarme de esa esquina”.
“Me duele todo esto. Me da bronca. Lo único que quiero que me dejen trabajar para que no le falte nada a mi familia. Le pido a la esposa del intendente que me devuelvan los dos canastos que se me llevaron los inspectores municipales”, concluyó el florista con lágrimas en sus ojos.
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