“Soy partidario de que se hable todo lo que cada uno quiera”

“Soy partidario de que se hable todo lo que cada uno quiera”

Lo expresó a este diario el presidente del Concejo Deliberante al evaluar el funcionamiento interno del cuerpo luego del desorden que se plasmó en la última sesión. Dijo que los concejales deberán ponerse de acuerdo porque hay quienes consideran que se debe limitar el uso de la palabra y quienes prefieren el libre debate. De este y otros temas habló en una entrevista que brindó a este diario.

 

EL DATO:

El presidente del Concejo explicó sobre lo que sucedió en el Concejo hace un tiempo atrás cuando se denunció que se había cerrado la puerta del recinto. “Ese día algunos concejales reclamaron que la gente ingresaba y ellos estaban en reunión o trabajando. Entonces resolvimos colocar una manija en la puerta. Hugo sacó el picaporte y llamamos al cerrajero y como era viernes, no vino y llegó recién el lunes. En ese ínterin, los que vinieron pensaron que no se podía entrar. Fue eso nada más y lo que sí se dispuso es que se toque timbre”.

Mas allá de los contenidos que se abordaron en la última sesión del Concejo  Deliberante, quedó la imagen de un cuerpo desordenado, con pocos acuerdos, incluso en la órbita de la comisión de Labor Legislativo, cuyo origen fue que se reúnan los presidentes de todos los bloque para agilizar el tratamiento de los distintos temas y llegar a las sesiones con consensos previos.

Ese fin evidentemente no se está cumpliendo y parece que los concejales se reúnen y después toman otros caminos e incluso durante el desarrollo de las sesiones aluden no estar al tanto de tal o cual presentación.

En la última sesión, a su vez, surgió el debate acerca de la extensión del uso de la palabra y si es pertinente o no el tratamiento de cuestiones que no estaban incluidas en el orden del día. Fue llamativo que el propio presidente del cuerpo, Pedro Sottile, limitó en el uso de la palabra al presidente del bloque de su misma fuerza, Santiago Zaffora y eso generó un intercambio en el recinto.

Para hablar de esto en particular y del funcionamiento del legislativo local en general, este medio consultó a quien lo preside para conocer cuál es su visión y cómo está llevando esta compleja misión.

 

-A raíz de la última sesión, se viene hablando sobre el orden en el recinto e incluso se aprobó un despacho sobre el uso de la palabra. ¿Qué visión tiene usted acerca de todo esto?

-En realidad lo que sucede con esto es que tenemos que acordar entre los concejales. Si bien hay un reglamento que dice que el uso de la palabra es por 10 minutos, es difícil de llevar a la práctica. Este es un lugar donde se viene a parlamentar, pera el debate está organizado de esa manera porque de otra forma quedaría un concejal con el monopolio de la palabra. Ellos me van haciendo señas y voy anotando quién pidió la palabra, y la voy cediendo, pero la verdad que si se extienden por más de 10 minutos, se complica. Eso es lo que dice el reglamento, pero más allá de eso, parte del Concejo es partidario que se dé libertad total para hablar todo el tiempo que se quiera, y otra parte considera que se extiende innecesariamente los debates y que esa limitación es necesaria. Justamente, recientemente ingresó un proyecto que elaboró Pablo Yannibelli sobre el uso de la palabra (ver recuadro).

 

-Ese proyecto se aprobó en la última sesión…

-Sí, primero pasó a comisión y luego se aprobó y es para reglamentar el uso de la palabra y lo que propone es la posibilidad de declarar el libre debate.

 

-¿Eso deberá resolverse en el transcurso de las sesiones?

-Exacto, pero lo cierto es que se hace necesario ordenar un poco. En ese sentido, tengo que aclarar que obviamente disfruto de escuchar a Santiago porque tiene una muy buena oratoria (en referencia al llamado de atención que le realizó porque se excedió más de 10 minutos y que motivó que algunos concejales se molestaran y lo entendieron como una limitación de la expresión).

 

-En la sesión se dio ese contrapunto entre ustedes dos y llamó la atención porque pertenecen a la misma fuerza y eso genera algunas suspicacias…

-Bueno, si hubiera sido con otro, hubieran pensado que como no era de los míos no lo dejaba hablar. De las dos maneras genera suspicacias. De todos modos, para mí es un gusto escuchar al presidente de la bancada del Frente para la Victoria, habla muy bien y es muy elocuente, pero trato de aplicar el reglamento. Ahora, si estamos de acuerdo en que se hable libremente, no tengo problemas. Soy partidario de que se hable todo lo que cada uno quiera. Y también surgió el debate acerca de las temáticas porque una de las mociones que puedo presentar como presidente es llamar a la cuestión, o sea que se hable de lo que está en el orden del día. La idea de crear el orden del día es justamente para que los demás concejales sepan y que no haya desventajas al momento de tener una postura porque de golpe si yo salgo con que tengo que hablar del gobierno de Raúl Alfonsín y resulta que estuve un mes preparándome, es lógico que los demás van a quedar en desventaja. Por eso el Reglamento Interno prevé un temario. Sin perjuicio de ello, tenemos que hablar con los concejales y si ellos están de acuerdo en que se hable libremente de cualquier tema, no tengo problemas.

 

-También está la posibilidad del ingreso sobre tablas…

-Todo lo que ha ingresado sobre tablas últimamente han sido cuestiones urgentes como el transporte público de pasajeros y el fondo de consolidación de deudas que va destinado al pago de los proveedores porque las sesiones son cada 15 días y hay temas que no pueden esperar. Lo mismo pasó con el tema de la nocturnidad. Los boliches bailables hacía un mes que estaban sin funcionar y teníamos que hacer algo con la noche de Azul porque eso genera pérdidas económicas muy grandes y todos esos casos fueron proyectos que se votaron por unanimidad. No obstante, es otra de las cosas que podemos ordenar entre todos.

 

-Este desorden que quedó plasmado en la sesión ¿cree Ud. que tiene que ver con la dispersión que hay en la actualidad?

-En este momento somos 18 concejales y 9 bloques.

 

¿Esto complica a la comisión de Labor Parlamentaria?

-Se complica porque aparte es difícil que se junten los 9 para hablar, siempre hay alguien que por algún motivo no puede. En ese sentido se dificulta y también en el uso de la palabra porque todos los bloques quieren hablar.

 

-¿Esto de la cantidad de bloques, independientemente de si es cuestionable o no la decisión de cada uno, implica un costo para el presupuesto del Concejo?

-En cuanto a las instalaciones nos acomodamos, y en cuanto al pago de los sueldos de los secretarios, ya llegamos al tope. No puedo tomar más secretarios. Ya les avisé, sí arman más unibloques, no hay más secretarios. Hay 7 actualmente.

 

-O sea que hay quienes no cuentan con colaboradores…

-Comparten o se arreglan solos. Hay quienes no recurren al secretario. Por ejemplo Maya Vena, que recientemente armó un unibloque, se maneja muy bien ella sola. Lo vamos llevando, pero son cuestiones que hay que ir acomodando.

 

 -¿Influye también en el funcionamiento del cuerpo los concejales que se ausentan?

-Sí. Eso complica mucho el funcionamiento, sobretodo el trabajo en comisiones. Talvez el trabajo más arduo del Concejo es el que se hace en las comisiones. El hecho es que cuando se ausentan por mucho tiempo se retrasa su tarea y esos expedientes quedan durmiendo. Son todos temas para tratar de ordenar. Vamos a poder entre todos, yo sólo no. Acá hay que tener en cuenta que tengo un pilar importante que es Pablo Yannibelli, que es vicepresidente primero y me ayuda mucho, y Omar Norte que es vicepresidente segundo. También Hugo Herrera como secretario y los prosecretarios que son incondicionales.

 

LA RELACIÓN CON EL EJECUTIVO

Al referirse a los acuerdos que se necesitan en el legislativo, Pedro Sottile también habló en la nota que brindó a este diario sobre la relación actual con el Poder Ejecutivo.

“Hay algunas comisiones donde participan ambos poderes que están trabajando muy bien, como es el comité de transporte, o  el caso de la participación de miembros de Concejo y el Ejecutivo en el tratamiento de la ordenanza 500/80 de ordenamiento territorial y urbano”, evaluó para luego advertir que “hay algunas cosas que tenemos que pulir”.

Reconoció que “todavía hay una cuestión con el tema de los informes. Como el Concejo venía medio maltratado con el tema de la desinformación por parte de la gestión anterior, se ha generado una especie de desconfianza”.

“Son relaciones humanas y son complejas y es parte de la tarea”, reflexionó descartando que haya mala voluntad de parte del Ejecutivo para brindar información que le requieren desde el Deliberante.

EL DEBATE EN TORNO AL USO DE LA PALABRA ESTÁ PLANTEADO

Hay que señalar que vinculado con el funcionamiento del cuerpo, en la sesión del pasado martes, los concejales aprobaron la modificación del artículo 71 del Reglamento Interno a partir de la cual se estableció que los miembros informantes de las comisiones y los autores de proyectos tendrán siempre derecho a hacer uso de la palabra para contestar observaciones.

Además, que los demás concejales solo podrán hacer uso de la palabra por segunda vez en un mismo tema, a fin de rectificar aseveraciones equivocadas que se hayan hecho sobre sus palabras, en cuyo caso dispondrán de 5 minutos.

El concejal que asuma la representación de un sector político del Concejo podrá hacer uso de la palabra conforme al número de concejales que represente y por un tiempo determinado. Si el bloque posee entre 1 y 5 concejales, podrá utilizar hasta 10 minutos. Si la bancada posee entre 6 y 10 miembros, podrá utilizar hasta 15 minutos y así, aunque con el estado actual de las cosas en el recinto, es prácticamente imposible un bloque tan amplio. El Concejo,  a solicitud del interesado, podrá ampliar ese plazo.

No obstante la nueva redacción del artículo 71 se agregó que el Concejo podrá declarar el libre debate, previa moción de orden al efecto, en cuyo caso cada concejal tendrá derecho a hablar cuantas veces lo estime conveniente, pero exclusivamente sobre el asunto sometido a discusión.

La pregunta entonces queda abierta: ¿Será posible que esto se pueda llevar a la práctica?.

En principio se puede decir que esta modificación del Reglamento Interno que se realizó en el seno de la comisión de Interpretación y Legislación a partir de la necesidad de ordenar el uso de la palabra durante la celebración de las sesiones posee el acuerdo de todos los bloques que integran el cuerpo.

En realidad hay que poner en la balanza la libre expresión de los concejales con lo tediosos e interminables que se pueden tornar los debates incluso para los ciudadanos que eligen seguir las sesiones

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