Un paro con gusto a poco hasta para los propios

Un paro con gusto a poco hasta para los propios

Capitanich, Larroque y Depetri minimizaron el nivel de adhesión. “Fue un poquito menor”, admitió Micheli.

El paro nacional que el sindicalismo opositor llevó a cabo este jueves dejó sabor a poco el día después. El oficialismo aseguró que la medida “no tuvo ningún impacto”, “no fue gran cosa” y desestimó los efectos de la huelga convocada por las CGT de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo y la CTA disidente, de Pablo Micheli. El propio Micheli sostuvo ayer que “en términos cuantitativos”, la adhesión al paro “fue un poquito menor” a la de la misma medida realizada por las tres centrales el 10 de abril pasado. “Desde el día anterior se intentó sembrar gran inquietud sobre la población y después fue un día más bien normal”, aseguró el diputado kirchnerista Andrés Larroque. El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, calificó la medida como “patética”, aunque consideró que el reclamo es “genuino”.

En su conferencia matutina, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, sostuvo que el paro “no tuvo ningún impacto” y que, por eso, Moyano “debería preocuparse”. “No fue ni un paro general ni un paro nacional, y el sistema productivo funcionó normalmente en la Argentina”, remarcó el funcionario nacional respecto de la huelga. Según Capitanich, la mayoría de los trabajadores no adhirió a la protesta porque “saben que éste es el gobierno que más defiende” sus intereses. “El 75 por ciento de los gremios no participó de la medida de fuerza, y ése es un dato objetivo de la realidad”, insistió el jefe de Gabinete.

Larroque afirmó que el paro no fue “una gran cosa” y cuestionó a los dirigentes sindicales opositores. El referente de La Cámpora sostuvo que “en realidad los paros los hace el Partido Obrero” y no los líderes de la CGT Azopardo y la CGT Azul y Blanca. “Tienen que recurrir al Partido Obrero, a esas expresiones políticas de cierta izquierda que siempre despreciaron”, aseguró Larroque y, en referencia a los cortes y bloqueos que organizaron esas agrupaciones, remató: “Que tengan que recurrir a los piquetes expresa que ahí no hay nada de peronismo”.

En la misma línea, el diputado del Frente para la Victoria, Edgardo Depetri, también cuestionó a los gremialistas que impulsaron la medida por ser “los mismos dirigentes que van a promover saqueos a fin de año”. Para el legislador nacional, el reclamo para subir el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias “no justifica” la convocatoria a un paro como el del jueves pasado, porque “sólo el 10 por ciento de la clase trabajadora” se ve alcanzada por ese impuesto. El diputado Oscar Romero, referente del gremio Smata, cuestionó la metodología utilizada: “Un paro no se realiza asustando y prohibiéndoles a los trabajadores concurrir a sus lugares de trabajo. Un paro se hace desde la convicción y el conocimiento”, expresó. Además de las críticas del oficialismo, por parte de la CTA opositora hubo un reconocimiento de que el paro al final fue menos de lo esperado. El propio titular de la central obrera admitió que la medida de fuerza tuvo una adhesión menor a la que tuvo la huelga del 10 de abril pasado.

Al comparar ambas fechas, Micheli aseguró que la protesta del jueves “tuvo menos cantidad pero más calidad, porque los colectivos estuvieron y los piquetes fueron muy chicos”.

“Moyano esperó un tiempo más que prudencial a la UTA y yo le había anticipado que no iba a resultar bueno eso”, aseguró el gremialista estatal a modo de “crítica constructiva” hacia el líder camionero. La falta de adhesión de la UTA fue, para Micheli, una de las causas por las cuales el paro del jueves fue “en términos cuantitativos” un “poquito inferior al del 10 de abril”. Consultado sobre la dificultad de acordar medidas de fuerza en común con los dirigentes sindicales que él mismo criticó en el pasado, Micheli sostuvo que “es difícil” porque también “genera discusiones importantes”.

Hasta el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, se mostró en contra del paro y, desde Mendoza, afirmó que el paro fue “patético”. Pese a que el líder del PRO admitió que “hay que comprender que el reclamo es genuino”, también añadió que este tipo de protestas “trae más desocupación, más recesión, más problemas”. “El paro no ayuda”, subrayó.

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