Las paradojas del caso Schoklender y los frentes al borde de las internas

Los diarios del microclima. La necesidad de llegar a la verdad. Los peronistas apoyan a peronistas, pero también miran las encuestas. ¿El kirchnerismo tendrá unidad a dedo en la Sección y la pelea recluida en los distritos? Los nombres que se barajan. Duhaldistas y felipistas por la unidad, pero trabajando por separado. El acuerdo, con acatamiento orgánico.
La realidad no es paradójica, sino los discursos que pretenden reflejar esa realidad. Ayer, después de una semana muy ajetreada por el escándalo Schoklender, dos diarios ultra-K sorprendían con un título de tapa por el que denunciaban una supuesta campaña contra los organismos de derechos humanos, como si el ataque contra Hebe de Bonafini o contra el ex apoderado de la Fundación hubiese venido de la derecha nacional o de los resabios de la dictadura. Pero no, los más duros cuestionamientos a la presidente de la Asociación venían desde las mismas entrañas de tales organismos, y de quienes fueron y son figuras emblemáticas en la lucha contra la dictadura militar. Efectivamente, quienes dijeron algo de Bonafini fueron la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo y una de las referentes principales de la Línea Fundadora de las Madres, una agrupación que se escindió de la que conduce Bonafini allá por 1986, quien no sólo le recordó que "atrás de un pañuelo hay 30 mil desaparecidos, y hay que saber llevarlo", sino que además pedía que se la investigue. Hasta ese punto llegó el caso, hasta evidenciar lamentables fisuras entre los organismos, que seguramente siempre han estado y que es humano que estén, pero hoy se manifiestan de manera ostensible.

No es la primera vez que Tati Almeida pone de manifiesto sus diferencias con Hebe de Bonafini. La última vez, y lo dijo por FM 98POP, tomó claras distancias de aquella intención de Bonafini de ocupar el Palacio de Justicia luego de un encendido discurso contra la Corte Suprema por las trabas legales que existían respecto de la Ley de Medios.

A todas luces no resultó inteligente que una fundación como la de Madres se dedicara a construir tantas viviendas. Esta semana, Abel Fatala mencionó una 130.000 unidades habitacionales, y para administrar esa cantidad se necesitaría la estructura burocrática de nivel estatal a riesgo de no caer en desprolijidades o aprovechamientos. Precisamente se cayó en esto último, porque a río revuelto... Posiblemente también fallaron o faltaron los controles estatales, nacionales, provinciales o municipales. Lo cierto es que la Justicia debe actuar lo más rápidamente posible para que el caso no siga salpicando el prestigio de Bonafini, uno de los emblemas de la lucha popular durante la última dictadura.

De nada sirve, entonces, el afán de estos diarios nacionales de dudosa tirada pero de segura recaudación de querer tirar la pelota a la tribuna encuadrando el caso en una presunta e inverosímil campaña contra los organismos de derechos humanos.

Por lo que se ha conocido esta semana y la otra anterior, las conductas de potentado de Schoklender ya se conocían desde hace mucho tiempo. La única denuncia, la que hizo la diputada Elsa Quiroz hace un año, durmió en el cajón de las cosas ignoradas hasta que se desató el escándalo. Una pena, porque la legisladora, y así lo dijo ante este medio, lo hizo "calladamente, en silencio", para que se investigue el caso sin afectar a la entidad. La actitud de la UIF de ningunear la denuncia no hizo más que agravar la situación.

Paradójicamente, esta dependencia del Estado, por querer proteger a Hebe de Bonafini y obviamente al Gobierno, los terminó exponiendo hasta el escándalo, cosa que se habría evitado si se hubiese actuado conforme a derecho, y despojado de toda paranoia política, la misma que les empañó la mirada y les hizo ver enemigos acechantes en quienes solamente pretendían ayudar a esclarecer el caso sin hacer ruido y con el menor daño posible a las Madres.

El peronismo y los otros

Al lanzamiento de Adriana Capuano le bajó todo el peronismo de la Séptima, y ese podría ser uno de los logros que podría exhibir Miguel Santellán, un hombre que pudo conseguir una interesante candidata para disputarle a José Eseverri la posibilidad de representar en el distrito al Frente para la Victoria y que le facilite a él el camino hacia la Legislatura provincial.

La pregunta es la siguiente: ¿vinieron a acompañar al peronismo local, o a respaldarlo a Santellán y a Capuano en una eventual interna contra Eseverri? "Para un peronista no hay nada mejor que otro peronista", dijo hace unos días Mario Das Neves, para consagrar un grado de "pureza" en contra de las mixtura o hibrideces que se viene dando en los frentes políticos. Sin duda, lo del chubutense parece un sectarismo contrario a la propuesta integradora que declama su compañero de fórmula para diferenciarse del kirchnerismo. Pero las acciones humanas tienen significado sólo en el contexto histórico en el que se manifiestan.

El viernes, Miguel Santellán también retomó aquella frase de "recuperar la Comuna", y luego aclaró "para el peronismo", con la intención de diferenciarse claramente de José Eseverri, a quien lo fuerza a estar en un radicalismo que el Intendente dejó definitivamente atrás. Pero Santellán no lo va a dejar salir, porque si lo hace perderían sentido los eslóganes que le permite convocar a sus compañeros de la Séptima.

Y si bien hay hondas fisuras en el peronismo, las hay mucho más y las sigue habiendo entre peronistas y radicales. Y si no, obsérvese la dura pelea de Alfonsín de imponer su acuerdo con De Narváez.

Y si Néstor Kirchner pudo atraer a radicales como Helios Eseverri, Mario Meoni o Gustavo Posse, fue porque primero renegó del peronismo y los convenció de una alternativa histórica nueva y superadora o un tercer movimiento, como alguna vez se lo llamó. Aquella frase de Aníbal Fernández sobre la marchita y el trasero los terminó de convencer.

El conflicto con el campo obligó a Néstor Kirchner a refugiarse en el PJ para garantizar la gobernabilidad y la vieja antinomia volvió a aparecer casi como una defensa y al compás del resurgimiento radical.

Las peleas, para los distritos

A la candidata del PJ se la vio un poco nerviosa y demasiado lacónica, quizás. Adriana Capuano viene siendo una funcionaria eficiente en el PAMI, ha sabido enfrentar situaciones dificilísimas como la del cierre de los geriátricos Modelo I y II, y el posterior traslado de los abuelos, y la normalización de la obra social pese al incremento del número de afiliados por las jubilaciones anticipadas. Pero todavía no alcanzó a delinear una propuesta integral para la ciudad. O tal vez los nervios propios de la dimensión del acontecimiento le impidieron sintetizarla y comunicarla con fuerza y sin resignar completud.

Los jóvenes de La Cámpora "estuvimos invitados y fuimos a ver, pero todavía no mantuvimos un verdadero diálogo político con Adriana", dijo una fuente de la agrupación que a nivel nacional el Cuervo Larroque. "Pero que no nos quieran conformar con el cuarto lugar en la lista de concejales".

En realidad fue un acto peronista con todo la liturgia de una identidad aggiornada y resignificada en una mezcla de kirchnerismo con mucho de PJ que se notaría en algunos de los nombres que integrarían la lista de concejales por ahora tentativa y casi una versión conformada por Guillermo Santellán, Armando Domínguez, Daniela Tiseira y un cuarto lugar reservado para la juventud, que bien podría ser uno del Partido o uno de La Cámpora. Para este joven de LC "le falta kirchnerismo y les falta hacer una apertura en serio".

Por otro lado, y acorde con el estilo que se venía aplicando, podría haber una lista de unidad en la Séptima y que "las internas las hagan sólo en los distritos", confesó una fuente provincial a este columnista.

Ahora, ¿quién tendría ese gran lápiz para definirla? Es muy fácil, Cristina y Scioli, respondió la misma fuente. Y se vuelven a mencionar algunos nombres digitados desde arriba como el de Walter Abarca y el de Edgardo Capelli, otro de los cardiólogos azuleños que están haciendo un postgrado en política. No se descarta que Sergio Massa pida por alguien y las miradas se posan en Liliana Schwindt.

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