PJ: paradigma Peralta y pacto para no tocar ley de primarias

El peronismo no quiere tocar las PASO. La hipótesis, que brotó el año pasado y abrazó UNEN para autorizar que la fórmula presidencial se integre tras las primarias fue, a priori, archivada por la liga de gobernadores del peronismo K.

 La hipótesis, que originalmente exploraron dirigentes del PJ, consistía en permitir que el ganador de las PASO elija como vice del binomio a quien resulte el segundo más votado. El argumento era simple: aportarle atractivo a la primaria para que el perdedor igual juegue dentro del dispositivo oficial.

Julio Cobos y Hermes Binner, radical y socialista que confluyen en UNEN, tomaron la idea como un recurso para resolver la compleja convivencia del frente centrista. El PJ, sin embargo, expresó su negativa a través de José Luis Gioja, gobernador de San Juan, y ayer, por vías separadas, rechazaron la reforma el salteño Juan Manuel Urtubey y el apoderado del PJ, Jorge "el Mago" Landau en un encuentro sobre sistema electoral montado por el CIPPEC.

En Casa Rosada, el planteo es similar. El fundamento genérico es que la integración entre sectores se expresa en la elección de la fórmula que compite en las PASO. La cuestión no es menor: sin respaldo del FpV, resulta imposible modificar la Ley de Primarias en el Congreso.

Flota, en paralelo, el supuesto de que Daniel Scioli le propuso a Sergio Massa "fusionar" fórmulas tras las PASO por intermedio de Alberto Fernández. En sectores del PJ, maliciosos, dicen que el gobernador le pidió al exministro del Interior Carlos Corach que bosqueje un proyecto de reforma de las PASO para incluir aquel retoque. "Ninguna elección se gana por un sistema electoral", dicen en La Plata.

Reformismos

La postura reformista, que en su momento expresó el intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, requería varios pasos. En la previa se especuló que el congreso del PJ que se programa para principios de mayo sería el ámbito para que el partido exprese su voluntad de retocar las PASO. No ocurrirá. Por un lado, porque, incluso Scioli, ningún gobernador del PJ ahora pide reformar la ley; por el otro, porque la prioridad para la cumbre es elegir autoridades del partido y la inclusión de cualquier otro elemento de tensión es perjudicial.

Como un eslogan, se habla de un "congreso de la unidad", una expresión de deseo que tiene como único dato positivo el acuerdo, con fórceps, como prevención futura para no perder la provincia en 2015, entre la familia presidencial, en particular Máximo Kirchner, y el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta.

Pero el paradigma Peralta, que los gobernadores quieren que prime, choca con el efecto que generó la designación, personalísima para Cristina, del santiagueño Gerardo Zamora en la línea de sucesión. El argumento del cristinismo sobre un relanzamiento de la Concertación carece de sustento, por lo cual la lectura uniforme del peronismo es un castigo al partido.

El aperturismo con Peralta y el giro anti-PJ por Zamora genera dudas, pero el plan es, hasta acá, sumar a todos los sectores posibles a la normalización del PJ. Late, de fondo, otra discusión sobre si se impulsará -más adelante- un cambio en el sistema de reparto que se aplique en las primarias para permitir que ingresen las minorías.

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