“Para sacarme un peso a mí, casi hay que matarme”

“Para sacarme un peso a mí, casi hay que matarme”

EL CIVISMO dialogó con el nuevo secretario de Economía de la Comuna, Miguel Ángel Cabrera. Defendió una política de austeridad extrema, apoyado en su experiencia en San Andrés de Giles. Polémico, el funcionario sugirió no discutir aumentos de sueldos hasta el mes de julio.

¿Cómo fue el proceso de su designación? 

- Si hablo de experiencia en mi trabajo, yo estuve una cantidad de meses, por los años 1980, en la Municipalidad local. Trabajé de contador municipal. Por cambio de gobierno, seguí con mi tarea profesional de contador público y después recibí, en 1987, la invitación del entonces intendente de San Andrés de Giles (Aldo Nascimbene). Trabajaba en esa Municipalidad y en mi actividad privada porque lo político lo tomaba como algo transitorio. No tenía en cuenta la estabilidad legal. Aunque pensaba probar por dos o tres meses, finalmente me quedé cuatro períodos porque él ganó cuatro veces la Municipalidad de Giles. Allá la estructura era más chica. En 2000 renuncié y me alejé de la actividad pública. En 2011, por mi pertenencia con la Unión Vecinal, me sumé como subsecretario de Economía. Después hubo un interinato en la Contaduría Municipal por enfermedad de la contadora. Ahí estuve dos años como contador. El 10 de diciembre de 2015 recibí la propuesta de ser secretario de Economía en reemplazo de Héctor Artero. Hace un mes y un día que estoy de secretario de Economía, peleándome con todos los papeles, no con la gente.

- ¿Qué le pidió Luciani al asumir la Secretaría?

- Yo tengo la experiencia de Giles, donde no sólo nos divertimos sino que hicimos cosas hermosas. Trabajamos espectacular. Yo en Giles propuse pagarles a los proveedores una vez por semana, un día en la semana. Pero le pedían al intendente más días de pago. Cuando me lo plantea, le dije que para eso necesitaba más gente en todas las áreas porque el resto de los días hacían muchas otras tareas. Entonces no quiso. Aunque Nascimbene era médico, tenía el concepto de ser eficiente con el gasto, con menos gente. Cuidábamos el peso como si fuera nuestro. Para sacarme un peso a mí, casi hay que matarme. Y así el intendente ganó cuatro veces en Giles y se hicieron un montón de cosas. Se jugó por lograr un orden y por eso tuvo que enfrentar muchos contratiempos.

- ¿Cuál es el panorama local del área?

- En Luján, hace cuatro años, se ganó la Municipalidad ante Miguel Prince y estuvimos con un Concejo Deliberante en minoría, lo que obligaba al consenso para tener las herramientas de cualquier gobierno. Y además los gremios pelearon y presionaron bastante para tener un nivel de remuneración que hoy nos pone en situación apretadísima para poder cumplir. Se aumentaron sueldos más que los índices de inflación y eso complica.

- ¿Se dieron más aumentos que qué inflación?

- ¿Cuál es el número de inflación? No lo sé porque ni siquiera tenemos un INDEC que funcione y pueda darnos un número oficial que sirva de vara. Siempre hay un estimado y, sobre esas estimaciones, los aumentos de sueldo locales las superaron. Hoy se nos hace complicadísimo cumplir con esa premisa. Por otro lado, como vecino veo que en la ciudad pasan cosas: pozos, faltantes, etc. Y la comunidad reclama obras. Pero la cantidad de recursos que tenemos afectados al gasto de sueldos nos deja muy poco margen para cumplir. Se hacen cosas pero no con el ritmo deseado.

- ¿Qué porcentaje del gasto municipal es de salarios?

- Está entre el 70 y el 75 por ciento del gasto total. Es un margen muy alto. Pero es una estructura local que Luján tuvo durante mucho tiempo. Una parte importante es el Hospital. Y más a partir de que hospitales de zonas cercanas a Luján bajaron o cerraron prestaciones. Al venir a atenderse acá, implica más cantidad de personal afectado, más insumos y casi ningún ingreso extra. De acuerdo a los médicos, no se puede dejar de atender a una persona que lo solicita. Eso está bárbaro, aunque la contrapartida es un costo económico que cuesta suplir. El Ministerio de Salud de Provincia no ayudó en compensación con esos gastos.

- El nuevo secretario de Salud es contador. Hablan el mismo idioma. ¿Qué le pidió a su colega?

- Que tiene que bajar todos los gastos posibles. Acá la consigna es bajar el gasto en todo lo que podamos y ser muy estrictos. La gente del Hospital ya lo viene haciendo pero de todos modos no tenemos el equilibrio que nos permita cumplir con todo. Porque, si cumplís con el 80 por ciento, queda un 20, pero hay que apuntar a cumplir el 100 por ciento de las obligaciones. En 2011 arrancamos con una gestión muy endeudada. Digo que estábamos en una Municipalidad dentro de un pozo de 100 metros. Hoy estamos en el mismo pozo pero a 50 metros. Nos falta para salir. Pero hay aspectos que nos juegan en contra. El tema inflacionario, por ejemplo. Vas a comprar algo y cada día lo aumentan y los ingresos vienen con un retraso enorme porque el procedimiento para cambiar el valor de las tasas lleva un tiempo impresionante, por más rápido que quieran hacerlo los concejales. Gastás rápido con cambio de valor y el cobro por esos servicios es muy lento. Agregado a que a veces hay predisposición política y a veces no. En 2012 trabajamos en un proyecto de cambio de valores y eso permitía no tener que estar todos los años modificando los valores. Fue un trabajo de casi un año del área de Recaudación para analizar y mejorar. Los concejales lo tuvieron un tiempo y con cualquier argumento terminaron diciendo que no. Tuvimos que hacer otro proyecto y el aumento que pedíamos, acompañado de un comparativo de lo que se cobraba en otros partidos, no se logró. Queríamos ordenar esos valores pero es tradición no tener esto en cuenta. Además, cobrar no es tan simple. Todos queremos aumentar la recaudación pero no es sencillo.

- ¿En qué porcentaje está la recaudación?

- En estos momentos estaremos en alrededor del 40 por ciento o 45 por ciento. Algo se levantó, pero no todo lo deseable.

- Estamos en los días en que comienza a discutirse el presupuesto. ¿Cómo lo define? ¿Qué aumento de tasas contempla?

- Tenemos todo preparado para mandar al Concejo el proyecto de modificación de las tasas, a partir de una conversación que tendremos con los concejales en la que expliquemos las razones de cada aumento. Y debemos ponernos de acuerdo con los números porque puedo mandar un proyecto con un número equis, me dicen que ese número no, sino otro, y tengo que cambiar todo. Hay derechos que cobramos que no se tocan desde 2013 y, ante un proceso inflacionario, quedaron atrás. Mirás la recaudación y ves cómo baja, aunque mejoraron en relación con la coparticipación.

- ¿Cuáles son los números gruesos del nuevo presupuesto?

- Saqué determinadas cuentas. De un presupuesto de unos 600 millones de pesos, sin tocar las tasas, tengo para 2016 coparticipación por 384 millones de pesos. Eso ya fue comunicado por Provincia. Entre tasas, derechos y transferencias tengo 200 millones de pesos, que los recaudamos en 2015. Eso tampoco lo toco para no estimar aumentos que no sé. Si no toco las tasas, llegaré a un presupuesto de 600 millones al año, es decir, 50 millones de pesos por mes. Hago una proyección de gastos. De 54 millones de gastos, 33 millones son sueldo. Y si pongo un pago de deuda de 8 millones por mes, llego a un gasto o egreso financiero de 62 millones de pesos mensuales. Si dejamos estos números, tengo un déficit de 12 millones por mes, sin tocar sueldos ni tasas. Por eso, hay dando vueltas pedidos de aumentos de sueldos de algunas personas que habría que abrir puertas de hospitales psiquiátricos. 

- ¿Cuál es el escenario para las paritarias?

- Creo que nosotros tenemos que hablar de un porcentaje (de aumento de sueldos) a partir de julio de este año. Tenemos que esperar seis meses a ver qué nos pasa a nivel país, provincia y municipio con la recaudación. Hablar en estos momentos de aumento de sueldos sería una cosa irresponsable, porque no vamos a poder asumir ni cumplir con los compromisos. Esa es mi posición y no sé si será la posición del resto del gabinete. La gente de la Secretaría de Economía parecemos los malditos, los diablos o los que tienen que decir que no a todo. Pero estamos todos los días viendo que no te alcanzan los pesos para cumplir con las obligaciones que efectivamente generamos.

Yo diré algo con respecto a la economía de la Municipalidad de Luján, pero podríamos extenderlo a todas las economías municipales o de Provincia o de Nación. La economía de Luján es de una envergadura de tal importancia que no la puede definir un secretario de Economía. Es una cuestión política. Y hace 20 años que Luján decidió que la economía no tiene importancia. Así estamos. Así lo estamos pagando.

- ¿Cómo explicaría eso?

- Creo que hoy la clase política debería tener conciencia de la importancia que tiene tener un ente saneado económicamente. Que los recursos que se recaudan sirvan para cumplir con los compromisos que se generan. Pero Luján fue deficitaria toda la vida. Si en lugar de ser un ente público Luján hubiese sido un ente privado, hace 10 o 15 años le hubiesen decretado la quiebra. Seamos claros. Eso hay que revertirlo hacia futuro. El pasado, pasó. Hay que tomar esa experiencia y cambiar a futuro. Yo lo comprobé en San Andrés de Giles. Pasó a de ser un municipio que estaba peor que Luján a ser muy respetado. Todo el mundo quería trabajar con ese municipio porque cumplíamos en tiempo y forma. Pero peleábamos los mangos como locos. Recuerdo que compramos un tomógrafo en cuotas y yo les peleaba intereses de 40 pesos. En Luján, falta la convicción de que cada mango hay que cuidarlo porque no nos alcanza.

- Lo que usted dice puede ser real. Tan real como las falencias cotidianas, a las que se debe responder. Además, no siempre es un indicador de malestar ciudadano que la Municipalidad deba millones de pesos.

- Los balances de la Municipalidad se publican, pero es algo tan técnico que hasta hay contadores que no los entienden. Es un tema importante que debería involucrar a la clase dirigente, para saber cuán importante es tener las cuentas en orden. Que sea un conjunto de gente que esté en tema y no un grupito mínimo que tiene que decir que sí o no a determinados gastos.

- Usted sugiere postergar la discusión de salarios hasta julio. Sin embargo, hay gremios que ya blanquearon sus pretensiones, que llegan al 70 por ciento de aumento.

- Esos que hablan del 70 por ciento y yo que hablo de 0 por ciento, iremos juntos a Open Door. 

- En este marco, es difícil evitar un conflicto.

- Y se armará un conflicto, iremos al conflicto. Si nosotros accedemos a un número que no podemos asumir, después vendrán con notas de inicio de acciones porque no pudimos pagar. Y tienen razón, porque existió el compromiso de pagar determinado valor. Si yo hoy les digo que no llego con los valores que tenemos, sería muy irresponsable decir que sí vamos a aumentar. Si somos responsables, tenemos que reflexionar y analizar las cosas. Dentro de las 135 ciudades de Buenos Aires, Luján está entre las cinco mejores en nivel remunerativo. Lo constatamos con las reuniones con los funcionarios de todos los municipios. Hoy tenemos que hacer un parate y esperar un cachito. En los últimos cuatro años pudimos pagar en tiempo y forma y se hizo todo el esfuerzo posible. Pero el nivel de gastos en personal es menor al nivel de prestaciones ante las demandas lógicas de los vecinos.

- Sería saludable para el vecino saber que se planifican obras, muchas de las cuales hacen décadas que se prometen.

- Yo, cuando veo que se hace obra, me pongo bien. Si pudiéramos hacer obras y planificarlas, seríamos los primeros. Pero, por ejemplo, ya tendríamos que hacer obras para mantener lo que tenemos en la red de cloacas o en la red actual de agua, con caños que se tendrían que cambiar. Y agregar más gente al servicio. Podría citar 50 ítems. Con los recursos propios es muy difícil avanzar a determinada velocidad. Con nuestros recursos no podemos encarar muchas cosas. Por eso insisto en tener los números en orden. Porque cuando vamos a pedir un crédito, como sucederá en la Argentina si se vuelve a abrir al mundo, podremos acceder a créditos del BID o de otras entidades. Pero para eso, tenés que tener las cuentas en orden. Y tener los proyectos preparados para cuando se abra la ventanilla de financiación. Sería la única manera. ¿Qué le voy a decir a la gente? ¿Volver a los relatos? ¿Al paraíso terrenal? Somos grandes. A mí me gusta que me digan la verdad y actúo de esa manera.

Comentá la nota