“Para Macri, el remedio es matar a los enfermos"

“Para Macri, el remedio es matar a los enfermos

El diputado por el FpV y ex ministro de Economía dispara contra el Presidente por la crisis del empleo. CFK "no puede estar más activa", avisa. Y duda de que el peronismo alcance la unidad este año.

El diputado nacional por el Frente Para la Victoria y ex ministro de Economía de la Nación Axel Kicillof critica con dureza las políticas del presidente Mauricio Macri en el marco de varios episodios que en las últimas semanas exponen una fuerte crisis laboral: cierres de fábricas, suspensiones, despidos y un sugestivo acuerdo entre el gobierno de la provincia de Buenos Aires, un empresario y trabajadores de una textil para rebajar salarios a la mitad a cambio de frenar despidos.

"La empresa que tenga que cerrar, que cierre, parafraseando a la frase de Menem de ´ramal que para, ramal que cierra´. Ahora es ´empresa que tenga problemas, empresa que tiene que cerrar´", dice en diálogo con Letra P.

Para el también ex interventor de YPF, el problema actual es macroeconómico y se desliga de responsabilidad, como respuesta a los ataques del oficialismo y su crítica a la "pesada herencia" del kirchnerismo. "Una de las trampas más cínicas del macrismo es que, cuando hay algo que no le gusta cómo estaba de estos últimos 12 años, en vez de mejorarlo, lo liquida", analiza en ese sentido y manifiesta, con preocupación, que "el remedio para ellos es matar a los enfermos", en referencia a los cierres de fábricas.

En cuanto a las elecciones venideras, opina que no es tan importante la división actual del peronismo, que después de la derrota de 2015 no ha podido todavía reorganizarse, ya que no se están eligiendo cargos ejecutivos. "Todas las encuestas están hablando de que tres cuartos de la población no quiere votarlo a Macri, no quiere votar a los candidatos de Macri, no quiere votar a Vidal y no quiere seguir acompañando esto. Y esto en democracia es muy contundente", dispara.

¿Cristina Kirchner va a ser candidata, como algunos dentro del peronismo ya lo piden? "Muchos pensaban que iba a estar recluida y hoy Cristina no puede estar más activa a nivel político de lo que está", cierra.

 

BIO. Porteño. 45 años. Economista y docente. A los 42 fue designado ministro de Economía por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner -la oposición destacó en ese momento su “extracción marxista”-, que llegaría a identificarlo como su colaborador preferido. Él y Roberto Lavagna fueron los únicos ministros de Economía con relativo peso propio en el proceso kirchnerista. Fue el funcionario más importante surgido de la agrupación La Cámpora, que cobró, por decisión de CFK, un protagonismo central tras la muerte de Néstor Kirchner. Mantuvo una posición intransigente en el litigio con los fondos buitres y promovió una reforma de las normas internacionales que rigen esas controversias. Ahora es diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires y recorre el país dando conferencias abiertas en plazas públicas. Llano y simpático, le va bien en el trato mano a mano con la gente y en el Congreso le reconocen su disposición al trabajo en equipo y a la búsqueda de consensos.

 

-Durante las últimas semanas, varias empresas cerraron o suspendieron y despidieron trabajadores. En una de ellas –GGM-, intervino el Ministerio de Trabajo bonaerense y cerraron un acuerdo por el que se les reduce el salario a los empleados para que no pierdan sus puestos. ¿Qué análisis hace de todo esto?

-Las dificultades de la industria textil obedecen al programa económico de Macri. No es que haya insensibilidad por un hecho evidente que es que la caída de los salarios afectó la demanda, el mercado interno, que toda la industria que vendía al mercado interno está en dificultades naturalmente, sino que el gobierno de Macri ya ha expresado de todas las formas posibles que no tiene interés en que en Argentina subsista la industria sustitutiva que prosperó estos años. El principal problema que hay acá es macroeconómico, porque el manejo de las variables, salarios e inflación de Macri está generando una enorme recesión que es estructural también, por el desinterés del Gobierno ya manifiesto también de sostener determinadas industrias y desarrollarlas. Una de las trampas más cínicas del macrismo es que, cuando hay algo que no le gusta cómo estaba de estos últimos 12 años, en vez de mejorarlo, lo liquida. Con lo cual queda claro que son excusas para llevar adelante otros propósitos. Y después, ya lo había manifestado (el ex ministro de Hacienda Alfonso) Prat Gay, que la alternativa que quiere plantear el macrismo es “empleo o salario” y lo que ha pasado este año es “ni empleo ni salario”, porque se perdieron 127 mil puestos de trabajo formales y, dependiendo del método, ese número para llegar al total hay que multiplicarlo por 2,5 y a veces por tres, así que estamos hablando de aproximadamente 350 mil puestos de trabajo en un año de macrismo.

 

En el peronismo "todos pretendemos unidad" pero "puede que no llegue ahora"

-¿Cuál es el panorama a futuro?

-Esto no tiene ninguna señal de modificarse. A contramano de otros lugares del mundo, donde la defensa del mercado interno –inclusive en Estados Unidos- que afecta a la industria nacional y la defensa del trabajo local son los móviles de las decisiones económicas, acá siguen con la idea de la apertura, del libre mercado absoluto, del retiro del Estado. Y bueno, esto se ve a cada paso. Después, lo que se nota es que, cuando nosotros tuvimos alguna dificultad de empleo en estos 12 años, se convocaba a los trabajadores y empresarios para buscar una solución genuina. Y ya lo dijo el ministro de Trabajo: la vocación del Gobierno es que se entienda a los que despiden y no a la problemática y la enorme angustia del despedido.

-Recién hablaba de los problemas en la industria textil. En la industria metalúrgica también hubo un caso muy importante en territorio bonaerense, como es el de la empresa Bangho, y así otros más…

-En la industria metalúrgica se habla de miles de despidos y cada tanto cae una empresa, porque, si el INDEC midió (la pérdida de) 127 mil puestos formales, quiere decir que se han perdido esos empleos, pero se hace más visible cuando directamente una empresa se vuelve inviable. Después de haber suspendido algunos, después de haber reducido turnos, directamente cierran sus puertas. Éste es el camino indefectible de esta política económica.

-Volviendo al acuerdo logrado en GGM entre el Gobierno bonaerense, empresarios y trabajadores, de reducción de sueldos a la mitad ¿Esto puede sentar un precedente que se repita en los siguientes casos?

-A ningún trabajador textil le sobra medio salario. A mí me parece que, por el lado de los trabajadores, es una muestra de solidaridad y el esfuerzo que están dispuestos a hacer los trabajadores argentinos para poner el hombro. Y, desde el punto de vista del Gobierno, la insensibilidad. No dan soluciones, no asisten a la empresa y ya lo han dicho de todas las maneras posibles: la empresa que tenga que cerrar, que cierre, parafraseando la frase de (el ex presidente Carlos) Menem de “ramal que para, ramal que cierra”. Ahora es “empresa que tenga problemas, empresa que tiene que cerrar”. Y se le echa la culpa a la empresa, a la falta de competitividad, al gobierno anterior: con todas estas excusas, el Gobierno elude su responsabilidad. Y si no le gusta el grado de competitividad, el volumen de inversión, la tecnología que usa la empresa, que la ayuden para que cambie, que le den una ayuda condicionada. El remedio para ellos es matar a los enfermos.

 

"A las eléctricas les han perdonado la deuda  y les dieron tarifazos más altos de los que pedían"

-¿Cuál sería una salida que protegiera a los trabajadores en este caso y en los casos similares?

-En los casos puntuales se vuelve muy complejo. Hay que ver la macroeconomía y la orientación del Gobierno. No porque yo no esté de acuerdo exclusivamente y porque piense que otra cosa es mejor. Esto lo manifesté de quinientas maneras. Sino porque esto es exactamente una total contradicción con lo que prometió Macri en la campaña. La gente no lo votó para que cierren las empresas, no lo votó para resignar el salario, no lo votó para perder las 12 cuotas sin interés, no lo votó para perder el Fútbol Para Todos. Lo que tiene que hacer el Gobierno no es hacer lo que nosotros decimos -porque los han votado a ellos, aunque sea por una diferencia mínima-; por lo menos, que haga lo que prometió en la campaña. Estamos en un sistema democrático, la gente vota lo que dice la publicidad y, si la publicidad en campaña dice “te voy a sacar el impuesto a las ganancias” y después el Gobierno te lo deja y lo aumenta, hay un problema del Gobierno, no del votante.

-¿Alguna reflexión sobre el nuevo tarifazo en la luz?

-Me parece una barbaridad. En algunas notas leo que las empresas dicen que hasta ellas están sorprendidas con la generosidad del Gobierno. Las empresas pensaban que iba a ser menor, que necesitaban un aumento menor. ¿Por qué les dan más aumento? Cuando uno ve la estructura de propiedad encuentra a amigos del Presidente en las empresas eléctricas. Un aumento del 100% es la duplicación de la tarifa que ya tuvo un aumento anterior del 800%. Entonces, hay que multiplicar por dos el 800% anterior, no sumarle 100% más. Es decir que, ahora, a los aumentos que generaron tanto revuelo el año pasado, los están duplicando, aproximadamente. El problema que hay acá es que la gente no puede pagar, no puede consumir, no puede comprar y el Gobierno parece satisfecho porque es un programa neoliberal. Lo único que ha salido bien es tomar deuda externa.

 

"Cristina no puede estar más activa a nivel político de lo que está. Después se verá si es candidata o no"

-¿Los tarifazos eran inevitables y hasta Scioli los hubiese aplicado?

-Hubo una discusión bastante falsa en sus términos de shock o gradualismo: hacerlo rápido o hacerlo lento. Pero el Gobierno ha hecho todo junto, algo mucho mayor no ya en el ritmo sino en el volumen. Se podía hablar de shock o gradualismo de un aumento total de 60 o 70%, pero cuando quieren multiplicar por 300 la tarifa, ¿qué van a hacer? Me parece que es un engaño. Y, además, a las eléctricas les han perdonado la deuda en el presupuesto también. Les perdonaron la deuda, les dieron tarifazos más altos de los que pedían. Están gobernando para las empresas, después cuando cierran las fábricas nos preguntamos por qué ¿quién puede pagar estos aumentos? El consumidor no puede, o llega justo y entonces no compra.

-¿Cómo percibe el clima social? Teniendo en cuenta el año electoral, ¿esto le va a jugar en contra a Cambiemos?

-Vivimos en democracia y esto se expresa en las urnas. Hoy al Gobierno aparentemente en la provincia de Buenos Aires lo está esperando una elección donde, a lo sumo, saque 30 o 35%. Creo que va a haber un masivo voto no oficialista. Después, claro, como es una elección en la que no se está eligiendo presidente, sino legisladores, puede haber una dispersión, divisiones; pero eso no debe ocultar que ya todas las encuestas están hablando de que tres cuartos de la población no quiere votarlo a Macri, no quiere votar a los candidatos de Macri, no quiere votar a Vidal y no quiere seguir acompañando esto. Y esto en democracia es muy contundente.

-¿Cuál es su análisis de la situación del peronismo post derrota en 2015 hasta estos días? Hablan de unidad pero parece ser cada vez más lejana.

-Repito: estamos hablando de elecciones legislativas y puede haber mayor dispersión. A mí me parece que cuando uno es oficialismo –y a nosotros nos pasaba- no empieza a contar la cantidad de divisiones en que se presentó la oposición, sino que ve el voto propio. Yo creo que todos pretendemos unidad; unidad con contenido, con un programa común. Puede que no llegue ahora, porque también una elección legislativa no exige tener un candidato único, como por ejemplo un gobernador, y juntar los votos. Ahí ya sería más preocupante. Obviamente lo pretendemos, pero hoy el indicador es cuántos votos sacan Vidal, Macri y sus candidatos.

 

"Ahora es 'empresa que tenga problemas, empresa que tiene que cerrar. Y se le echa la culpa a la empresa, a la falta de competitividad, al gobierno anterior. Con excusas, el Gobierno elude su responsabilidad"

-Y en este panorama actual de la oposición, ¿qué papel está jugando Cristina?

-Se la ve a través de las redes sociales. Yo creo que indudablemente, cuando uno mira a toda la dirigencia política, a todas las diferentes expresiones, mira todo una masa más o menos uniforme y sale de ahí agigantada Cristina Fernández de Kirchner, por la importancia que tiene. Evidentemente, es el factor político más importante del país, incluso arriba de la desdibujada posición que va teniendo el oficialismo. Eso ya es todo un indicador. Después se verá si va a ser o no candidata a determinado cargo. Después se verá. Hoy es claro su liderazgo e importancia. A mí me pasa recorriendo todo el país: me dicen “¿cuándo vuelve Cristina?”. Incluso en municipios opositores e incluso gente que lo votó a Macri. Están pensando en cómo se puede no solo volver por la importancia política, sino por unas baterías políticas que ahora las están tratando de bastardear, denostar, embarrar, ensuciar. Podía haber millones de cosas para corregir, pero hoy lo que se está aplicando es un modelo económico diametralmente opuesto, claramente neoliberal. Lo que se está haciendo hoy es aplicar un programa neoliberal muy parecido al que aplica Brasil con (el presidente interino, Michel) Temer, a lo que recomienda el Fondo Monetario Internacional; no hay tanta vuelta. A los argentinos podrá no gustarles un dirigente u otro, pero estas políticas no les están gustando a nadie, excepto a los sectores que se favorecen.

-Hay vertientes del peronismo que ya han salido a pedir que sea candidata. Conociéndola como la conoce, ¿piensa que puede presentarse?

-Insisto: creo que Cristina no puede estar más activa a nivel político de lo que está. Algunos pensaban que con la embestida y persecución judicial, y con notas en diarios oficialistas que ya están llegando a un grado ridículo que dan vergüenza, iba a estar recluida. A pesar de todo eso, está claro el liderazgo e importancia que tiene. Cuando terminó su presidencia ella dijo que iba a seguir militando y lo está haciendo. Es un factor ordenador de la oposición. Después, con respecto a las candidaturas, hay que ver la oportunidad, la conveniencia, un montón de factores. Es todo muy dinámico. Pero hoy ya está resuelta la gran incógnita, que era que Cristina se quedaba aislada, recluida o retirada, como pretendían algunos, al contrario de lo que ella dijo que iba a ser, que era seguir militando. Y su militancia hoy es directa con la gente. El macrismo trata de echarle la culpa a otro para no asumir sus propios errores, responsabilizando básicamente a Cristina. Pero la verdad es que han fracasado también en eso.

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