Para la Iglesia riojana “el país no pasa por un buen momento”

Para la Iglesia riojana “el país no pasa por un buen momento”

“Ni en lo político ni en lo económico”. Son las frases del cura Héctor Montiel, quien presidió Tedeum en la Catedral capitalina. Agregó que los enemigos internos actuales que acosan y atacan a la sociedad son la pobreza, falta de trabajo, vivienda, inseguridad, violencia y drogadicción.

 

Los actos protocolares por el Bicentenario de la Declaración de lo Independencia, celebrada hace 200 años en Tucumán, dieron inicio en esta capital, a las 8, encabezados por vicegobernador Néstor Bosetti, en la plaza 25 de Mayo, con el izamiento de la Enseña Patria. Luego, las autoridades se trasladaron a la iglesia Catedral, donde depositaron ofrendas florales en el Mausoleo de Pedro Ignacio de Castro Barros y posteriormente participaron del solemne Tedeum, que estuvo a cargo del cura párroco de la Catedral, Héctor Montiel.

Junto al vicegobernador estuvieron presentes el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Luis Brizuela; el ministro de Educación, Juan Luna; los diputados provinciales Martha Salinas y Federico Sbíroli; secretarios de la Función Ejecutiva y municipal, autoridades de la Función Legislativa y de las fuerzas policiales.

Durante la homilía, el sacerdote resaltó la importancia de que a 200 años de la Declaración de la Independencia “nos hemos reunido para dar gracias a Dios por tan grande recompensación. Cuando nos referimos a hechos del pasado, éstos suelen parecernos lejanos y distantes, sin embargo al recorrer los sucesos de 1816, tal vez podamos encontrar un punto en común con nuestra comunidad actual, porque en 1816 nuestro país no pasaba por un buen momento en lo económico y en lo político”.

Montiel resaltó que en esos años “también existían amenazas permanentes de la penetración de tropas españolas que luchaban por mantener su poder, además existían conflictos internos por no llegar a ciertos consensos sobre la forma de gobierno que se quería implementar, pero, a pesar de todos los desacuerdos e inconvenientes, los congresistas reunidos en Tucumán, decidieron declarar solemne, la independencia de España. En la mañana del 9 de julio de 1816, cuando el secretario Juan José Paso preguntó a los diputados si deseaban que las provincias del interior conformarán una nación libre e independiente de los reyes de España, los congresistas respondieron afirmativamente y luego individualmente ratificaron la aprobación”.

“LIBRES DE TODA DOMINACIÓN”

El párroco de la Catedral, recordó que el Acta de Declaración de la Independencia decía: “Nos declaramos libres del rey de España y de toda otra dominación extranjera, este consenso unánime nos hace reflexionar de la valentía que tuvieron los protagonistas de nuestra historia para hacer frente a sus diferencias personales y dificultades que se les presentaban”.

Sin embargo, resaltó que “han transcurrido 200 años desde que acontecieron estos hechos y todavía buscamos, edificando la Patria, hacer de ella una versión con justicia y verdad. Lejos estamos de haber alcanzado los valores necesarios para que todos los habitantes de nuestro país puedan vivir con dignidad y lograr el modelo de Nación que anhelamos”. El párroco expuso que tal vez en la actualidad “no haya ya enemigos externos que nos hostigan como en el aquel entonces, pero sí vivimos con los enemigos internos que nos atacan y acosan: la pobreza, falta de trabajo, inseguridad, violencia de todo tipo, drogadicción, muchos no pueden acceder a una vivienda digna, los mezquinos intereses de algunos pocos y otros tantos flagelos que hoy nos afectan”.

Montiel expresó que “esto no es lo que quisieron nuestros antepasados, al contrario, desearon lo mejor. Para nosotros, hoy, es más fácil responsabilizar a otros por nuestro destino, pero es necesario que pensemos en este día del Bicentenario, que cada uno de nosotros somos responsables y protagonistas del presente y futuro del país. A la historia no la hacen solamente los próceres, sino también personas comunes, como cada uno de nosotros, cristianos que hemos sido llamados por Cristo a ser discípulos de su mensaje en medio de los hombres”.

 ASUMIR LA PATRIA COMO SERVICIO

“El Evangelio nos mostraba a Jesús dándonos ejemplos para que seamos servidores los unos con los otros, servir es entregar la vida en bien de los demás. Asumamos nuestra Patria como un lugar de servicio, y todos, sin distinción, demos nuestra vida por ella, sirviendo responsablemente desde nuestro lugar de trabajo, desde aquellos que tienen mayor obligación, hasta el que pareciera más insignificante, todos somos importantes”, agregó.

Finalmente, el sacerdote pidió no dejar “que los enemigos a los que hemos aludido nos esclavicen, aún estamos a tiempo de realizar nuestras actitudes cotidianas y ser verdaderamente libres. Emulemos la valentía y coraje de aquellos que decidieron ser libres para ser responsables de una historia independiente, así podremos asumir verdaderamente nuestro propio destino y construir un país solidario, más responsable y justo, siendo grandes como nos decía Jesús, porque la Patria es algo más que conceptual y práctico, es algo que creamos día a día entre nosotros”.

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