Para agencias la medida impactará, pero no en los viajes de este verano

Un día caótico. Es la frase preferida de los operadores de turismo emisivo para definir estas primeras horas de una jornada laboral golpeada por el anuncio de la AFIP de elevar al 35% la percepción para gastos con tarjeta de crédito en el exterior y compra de pasajes y paquetes. La misma alícuota se aplicará también a la adquisición de moneda extrajera para viajes internacionales.
"Sabíamos que esto iba a suceder de un momento a otro. Por suerte, después de la mala experiencia que vivimos el 18 de marzo pasado (cuando el recargo pasó de 15 a 20%) hoy estábamos preparados para contener a nuestros clientes", dice un gerente de una empresa minorista de viajes con oficinas sobre la calle Suipacha al 500 en el microcentro porteño. "La gente en estos casos repite hábitos de conducta, al principio los teléfonos revientan, hay dudas, confusión. Quieren saber que pasará no sólo con futuras operaciones sino con respecto a paquetes ya adquiridos. El temor es más notorio en aquellos que compraron viajes en cuotas, con tarjeta de crédito", continúa.

"A diferencia de los portales de ventas online, nosotros tenemos un trato personal con el cliente y tenemos que darle soluciones. Hay clientes que se paralizan, entran en pánico; algunos nos consultan cuestiones que nos exceden como agencia, como por ejemplo cómo deducir el recargo a tarjetas de impuestos. Preguntas que nosotros no podemos responder", explica.

Para Alberto Sánchez Lavalle, Director Editorial de Ladevi Ediciones, "si bien es prematuro hablar, las medidas afectarían especialmente a las agencias de viajes, siendo las más perjudicadas aquellas que trabajan productos para la clase media, no tanto los que operan paquetes de alta gama". "De todos modos, el análisis real y objetivo de los efectos que provocarían los nuevos anuncios habrá que hacerlo dentro de unos meses, pues en lo que respecta al corto y mediano plazo está todo vendido", asegura. Sánchez Lavalle se refiere al boom de ventas que hubo los últimos meses, la mayoría concretadas antes de las elecciones legislativas de octubre. Por entonces, el temor a que el Gobierno anunciara medidas tendientes a frenar la perdida de divisas que generan los viajes al exterior, provocó una explosión de ventas antes nunca visto en el mercado del turismo.

• Todo vendido

Escapadas de miniturismo, paquetes para Navidad, Año Nuevo, Semana Santa y feriados del 2014. El verano, el invierno, la temporada baja y media del Caribe. Todo está vendido hasta noviembre de 2014. Y cabe esa aclaración, porque las empresas aéreas no pueden vender tickets más allá de 365 días, sino el margen de ventas hubiese sido más grande, a juzgar por la cantidad de operaciones y consultas que registraron las agencias de viajes durante los meses de septiembre, octubre y noviembre.

Respecto al corto plazo, los operadores coinciden que lo poco que se va a comercializar con el nuevo dólar tarjeta a $8,35 son los paquetes All Inclusive (Caribe y algo de Brasil), que se pueden pagar con tarjeta, en pesos, hasta en 18 cuotas. En estos casos, hay que tener en cuenta, además, que los viajeros no tienen que comprar moneda extranjera ni gastar dinero en el destino porque tienen todos los gastos cubiertos -aereos, traslados, seguros, comidas, servicios y actividades- desde el momento en que contratan el viaje.

• Ganadores y perdedores

En la vereda de enfrente, se podría decir que el más perjudicado sería Uruguay. Desde el país vecino anunciaron medidas tendientes a promover el arribo de argentinos a sus destinos de sol y playa. Entre ellos, se destacan la devolución del IVA sobre servicios turísticos pagados con tarjetas de débito y crédito (en los hoteles, los extranjeros ya estaban exentos del pago de ese tributo), el retorno del 10,5% del IVA en alquiler de inmuebles a través de inmobiliarias y pagados con tarjeta; la devolución del 24% en combustibles en estaciones ubicadas a 20 kilómetros de la frontera con la Argentina. Todo apuntaba a compensar el recargo del 20% impuesto por AFIP. Hoy el panorama es otro, el recargo aumentó al 35% y las autoridades anticipan en off una caída de viajeros argentinos que podría trepar al 30%, cifra que se sumaría al 20% de merma de la temporada anterior.

Ante este panorama, se plantea el mismo interrogante que el año pasado: ¿Conviene veranear en la costa argentina? ¿Será realmente más económico que irse afuera? La respuesta no parece ser sencilla. Para Flabio Di Francesco, dueño de la inmobiliaria homónima que opera en la costa argentina, "los alquileres están reaccionando mejor que el año pasado y seguramente habrá un impulso importante a partir de las medidas anunciadas por el Gobierno, sumado a que hay un importante compromiso de muchos propietarios por mantener valores similares a los del año pasado". Un dato que no es menor, a pesar que en algunos balnearios los aumentos en alquileres y servicios oscilan entre 15% y 20% respecto al verano pasado.

Lo más demandado en el ámbito local es, hasta el momento, la costa atlántica en la provincia de Buenos Aires, con Mar del Plata, el Partido de la Costa, Cariló y Pinamar a la cabeza. El grueso de las operaciones cerradas son las que pertenecen al segmento ABC1, casas premium frente al mar, barrios cerrados y los paradores privados más exclusivos.

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