El Papa denunció la expulsión de miles de cristianos de Irak

El Papa denunció la expulsión de miles de cristianos de Irak

En San Pedro, dijo que son perseguidos por los ultraislámicos que instalaron un califato.

 

El Papa Francisco denunció ayer dramáticamente ante la multitud –que seguía con recogimiento el Angelus del mediodía en la plaza de San Pedro– la persecución que ha vaciado de cristianos a la ciudad de Mosul, en la convulsionada Irak, en manos de los ultraislámicos del Califato en guerra con el gobierno de Bagdad, ciudad sobre la que avanzan sus tropas, que ayer estaban a 70 kilómetros.

El Pontífice también pidió a la plaza que rezara en silencio por la violencia fraticida que sacude a Ucrania y la lucha abierta en laFranja de Gaza. El silencio fue impresionante durante un minuto.

La de Mosul es una de las más viejas comunidades católicas del mundo. “Nuestros hermanos son perseguidos, expulsados, deben abandonar sus casas sin tener la posibilidad de llevar nada consigo. Aseguro a estas familias y a estas personas mi cercanía y mi constante oración”, dijo el Papa argentino en un tono emocionado, al relatar las acciones de los integristas ultraislámicos del denominado “Estado Islámico de Irak y el Levante” (ISIS) que azota al país de los ríos Tigris y Eufrates.

“Supe con preocupación las noticias que llegan de las comunidades cristianas en Mosul y en otras partes del Medio Oriente, que han vivido allí desde el inicio del cristianismo ofreciendo una significativa contribución al bien de la sociedad”, destacó Francisco.

Jorge Bergoglio dijo hace un tiempo que en el mundo “hay ahora más persecución de cristianos que en las primeras épocas de nuestra fe”.

Los movimientos ultraislámicos, como la Yihad y Al Qaeda, pretenden constituir a través del “yihad” (la guerra santa) Estados que sigan la ley islámica con exclusión de los “herejes” y “apóstatas” de las otras religiones y los musulmanes moderados o shiítas, que constituyen la aguerrida minoría que representa el 10% de los 1.100 millones de islámicos en el mundo.

Los ultraislámicos han declarado la guerra al mundo cristiano y la situación constituye la máxima preocupación central en el Vaticano ante una agresión abiertamente violenta.

El Papa argentino les dijo ayer a los cristianos de Mosul: “Queridísimos hermanos y hermanas tan perseguidos, sé cuanto sufren, sé que se les ha quitado todo y estoy con ustedes en la fe”.

Mientras tanto, Mosul –que es una de las mayores ciudades de Irak– se ha quedado sin cristianos. “Aquí había unos 50.000 cristianos (la mayoría católicos caldeos)”, dijo Bashak Kiki, un funcionario provincial de Ninive, cuya capital es Mosul. “Después de la invasión de los norteamericanos (en 2003), unos 30.000 cristianos abandonaron la ciudad.

El resto está huyendo tras las amenazas de grupos terroristas”, agregó.

Los integristas del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS), como llaman al Califato que han proclamado, lanzaron un ultimatum aterrorizador a 500 familias cristianas esta semana, con la siguiente alternativa: convertirse al Islam, pagar una tasa especial “de protección” o irse inmediatamente. “No habrá otra cosa más que la espada” para los cristianos que sigan en Mosul. La ciudad, segunda de Irak, tiene dos millones de habitantes. Los yihadistas iniciaron su persecución de los católicos en las amplias zonas del norte y el oeste iraquí que dominan.

Durante el Angelus, Francisco afirmó que “el mal del mundo no viene de Dios sino de su enemigo el Maligno, que muy astutamente siembra el mal en medio del bien, de modo que es imposible separarlos netamente. Pero Dios al final podrá hacerlo”.

El Papa concluyó su mensaje del Angelus pidiendo “que el Dios de la paz suscite en todos un auténtico deseo de diálogo y reconciliación. La violencia no se vence con la violencia, se vence con la paz”.

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