(Panorama Provincial) Errores no forzados, manejos poco elegantes y conspiradores de papel

(Panorama Provincial) Errores no forzados, manejos poco elegantes y conspiradores de papel

El gobierno de María Eugenia Vidal se “compró” problemas esta semana, al incurrir en “errores no forzados” que encendieron alarmas y dejaron “heridos” en el Gabinete, lo que para colmo coincidió con ciertos manejos poco elegantes en la Legislatura.

(Por Andrés Lavaselli alavaselli@dib.com.ar).- Aunque el empeoramiento de la situación económico-social y la contención política del correlativo malestar creciente en el Conurbano siguen siendo su preocupación central, el gobierno de María Eugenia Vidal se “compró” problemas esta semana, al incurrir en “errores no forzados” que encendieron alarmas y dejaron “heridos” en el Gabinete, lo que para colmo coincidió con ciertos manejos poco elegantes en la Legislatura.

Basta un dato para demostrar la gratuidad de la “mini crisis” que se desató, el miércoles, en torno a la oficialización de un decreto que vinculaba la difusión de las declaraciones patrimoniales de funcionarios con penas de prisión: en ese mismo momento, la Legislatura procesaba un proyecto de ley, impulsado por el oficialismo, que disponía lo mismo –con algunas ampliaciones- y que es lo que regirá cuando se apruebe, en unas semanas.

Pero la obviedad de que una ley subsume el contenido de un decreto no fue advertida, o no se quiso tomar en cuenta. Lo cierto es que el texto publicado desató críticas tan unánimes como innecesarias para un gobierno que dio el impulso original para mejorar el vetusto régimen de declaraciones juradas que regía hasta ahora en la provincia, donde esos documentos eran de presentación obligatoria pero no pública.

Hay que sumar otro costo político: durante todo el episodio, la única que pareció estar a la altura fue Vidal, que ordenó la marcha atrás con el decreto y también autorizó la ruda desautorización a su secretario Legal y Técnico, Julio Conte Grand, que insistía –tal vez con razón técnica pero sin perspicacia política- en que no había cometido ningún error. Hombre muy escuchado por la Gobernadora, el funcionario quedó “tocado”.

Pésimo momento para que la pericia del gabinete se vuelva un tema: ocurre después de que Vidal reemplazara a Carlos Mahiques por Gustavo Ferrari en el ministerio de Justicia, disconforme con la nula actividad del ahora ex ministro en una cuestión clave: la gestión de los intereses del gobierno en los tribunales. Y también a las puertas de eventuales nuevos cambios en el “equipo”.

Hace una semana, Vidal le habría ofrecido un lugar en el Ejecutivo a Joaquín De La Torre, el intendente de San Miguel que se fue del massismo. El, que hace rato dice que quiere asumir en Seguridad, ahora hizo trascender que hubo un principio de acuerdo, pero para otra cartera: la de Producción, que comenda Jorge Elustondo. En el Gabinete no lo confirman, pero un ministro de la “mesa chica” dice que “le encantaría” sumar a De La Torre.

La sola posibilidad de que esa mutación se baraje, merece un párrafo aparte: si se diese, la salida de Elustondo dejaría a los “socios” radicales sin lugares en el Gabinete. En la UCR no tienen certezas, pero sospechan que Elustondo entró en un cono de sombra el día que no pudo resolver un problema con un parque industrial de Morón, el distrito que gobierna el ex marido de Vidal, Ramiro Tagliaferro.

Si el cambio ocurriese, obligará a atender a la opinión de Ernesto Sanz, el sostén del sector radical que gestiona el acuerdo bonaerense con Cambiemos. Sanz tiene trato directo con Macri, conviene no enojarlo. Por eso, algunos barajan un esquema para compensar a la UCR con otra cartera. Ya hay nombres. Pero lo interesante no es eso, sino la eventualidad de un efecto “dominó” antes de terminar el primer año en el poder.

La legislatura también fue un escenario enlodado. Vidal cenó con Massa y sus legisladores el martes porque se vio obligada a atajar un malestar que amenazaba al ya famoso “pacto de gobernabilidad”.

Horas después, se aprobó un despacho sobre la reforma política, una iniciativa que busca capitalizar el massismo. Salió con una cláusula transitoria que prorroga hasta 2019 la entrada en vigencia de la incompatibilidad entre el cargo de intendente y otros conchabos.

La redacción, que generaliza los supuestos, sirve a todos los sectores, porque todos tienen en Ejercicio dirigentes que quedarían comprendidos en las incompatibilidades y se verían obligados a optar. Pero esa resolución no alcanza para ocultar que el interés original de Vidal era salvar solo a Jorge Macri –intendente y directo del Grupo Provincia- , al que quiere convertir en aliado contra un sector Cambiemos de origen peronista.

No fue el único interés legislativo de la Gobernadora esta semana. También se ocupó de la “consumación” del pacto para que Florencio Randazzo y Julián Domínguez coloquen dos hombres suyos en el directorio del Banco Provincia. Noticia relativamente vieja: el acuerdo se había hablado en febrero. Pero llega en momentos en que la gobernadora necesita comprensión de los alcaldes dialoguistas del PJ, que están por detrás, para que la ayuden con la tensión en el Conurbano y en la Legislatura.

El “coming soon” de ese diálogo incluye cargos para Fernando Gray y José Eseverri, dicen. Pero quizá Vidal no necesite tanto blindaje: Walter Festa, el alcalde de Moreno presentado por su aliada Carrió como uno de los conspiradores del Conurbano, salió el jueves del piso 19 del Banco provincia cantando las loas de la Gobernadora. Le había prometido plata para pagar el medio aguinaldo. No sería el único caso.

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