El director ejecutivo del PAMI, la obra social más grande América Latina, Sergio Cassinotti, explicó que el objetivo de la determinación de sacar del medio a las cámaras para la compra de los medicamentos para los pacientes ambulatorios, que se pondrá en marcha a partir del 1 de noviembre, es negociar directamente con los laboratorios.

Para eso, el último viernes desde la obra social más grande de América Latina -tiene 5.000.000 de afiliados- enviaron 200 cartas documentos para invitar a los laboratorios a firmar un acuerdo con el organismo, principal comprador de remedios del país con un 40% del mercado. Hasta el momento, unas 30 empresas ya se comunicaron con el PAMI para suscribir el nuevo pacto.

También se resolvió poner fin como intermediador a Farmalink, la empresa privada que se encarga de validar, procesar y auditar los seis millones de recetas de farmacias donde se atiende el PAMI. La firma la controlan Caeme -laboratorios internacionales-, Cilfa y Cooperala. Ahora, todo lo centralizará el PAMI a través de FarmaPami, que continuará el trabajo que realizará hasta fin de mes Farmalink.

Además, se resolvió que el pago, en lugar de ir a las cámaras como hasta ahora, irá directamente a las federaciones y confederaciones que representan a las farmacias. Se trata de unos 3400 millones de pesos mensuales. Desde ese sector se mostraron de acuerdo con la decisión, aunque quieren esperar a que se ponga en marcha en nuevo sistema para realizar una evaluación más detallada.

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"No es una guerra con los laboratorios, pero el poder negociar las cámaras juntas no va más. Hasta ahora lo manejaron tres personas, queremos llevar al máximo la competencia, lo que genera mayor transparencia y ahorro", dijo a LA NACIONCassinotti.

Según explicó el responsable del PAMI, el cambio no tendrá efectos sobre la cobertura de los afiliados. "Todos seguirán recibiendo los medicamentos gratuitos".

El salto del dólar fue el principal argumento de los laboratorios para poner fin al acuerdo. Es que el convenio se firmó en marzo cuando la cotización de la divisa estadounidense estaba en 18 pesos y la inflación proyectada era del 17%. En ese momento se acordó tomar los precios de febrero 2018, descontarle un 5% y luego actualizar trimenstralmente el 70% de la inflación.

"Para la industria era insostenible", dijeron fuentes del sector. Además, desde las cámaras que representan a los laboratorios nacionales acusaron a Cassinotti de utilizar esto para "hacer política" y lo acusan de querer "bajar a las cámaras".

Desde ese sector, con ironía, informaron que el nuevo acuerdo al que el PAMI invitó a los laboratorios a firmar, que debería estar en la página del organismo, aún no está cargado. Una leyenda con "próximamente se publicará el Convenio Marco de Medicamentos 2018" es lo que se encuentran aquellos que quieren suscribir el nuevo acuerdo.

Ante el nuevo contexto económico, las entidades dieron por finalizado el acuerdo y anunciaron que comenzarían a renegociar el contrato con el organismo encargado de brindar cobertura médica a jubilados y pensionados. Eso sucedió en un primer momento, pero luego el PAMI tomó la decisión de avanzar con las modificaciones.

"Dados los cambios generados en la economía durante los últimos días y la modificación de las condiciones existentes al momento de la firma del convenio vigente (marzo 2018), ambas partes abren un período de negociaciones en un marco de buen diálogo y entendimiento, con el fin de alcanzar un nuevo acuerdo para la dispensa de medicamentos para todos los afiliados del Instituto a partir del 31 de octubre próximo", informó PAMI a través de sus redes sociales.

El conflicto entre el PAMI y las cámaras no es nuevo. Después de una durísima negociación, que incluyó acusaciones de ambos sectores, finalmente llegó la tregua para modificar el actual modelo de compra de medicamentos. Cinco meses después, todo parece volver al comienzo.

 

 

El Instituto que, tras 15 meses de gestión de Cassinotti alcanzó el equilibrio de sus cuentas, puso en marcha una resolución que vuelve a enfrentar al organismo con los representantes de los laboratorios nacionales. Caeme, de los multinacionales, ya avisó que no tiene inconvenientes con la nueva forma que impuso el PAMI, que busca terminar con los acuerdos cartelizados.