El palco de Alberto

El palco de Alberto

Por: Ricardo Kirschbaum. Fernández citó a Perón y a Alfonsín al hablar en Tucumán, y volvió a hacer una convocatoria.

Alberto Fernández tuvo su palco ayer en Tucumán. Un palco con gobernadores, sindicalistas e intendentes del Conurbano bonaerense. Un palco distinto al de la noche de la celebración del triunfo en el que prevaleció la presencia dominante de Cristina imponiéndose hasta tal punto que al verborrágico Kicillof se le escapó un nada inocente “presidenta”. Cristina le devolvió el cumplido con un largo elogio para su ex ministro y flamante gobernador electo, cuyo discurso se escapó de la moderación táctica para alcanzar aristas mucho más agresivas.

No hubo ninguna ingenuidad: el escenario se preparó para que la foto que reflejara el mando. Alberto estaba allí con los que lo había llevado al triunfo: Cristina y Kicillof. Ese acto se repitió también afuera con el mismo formato.

Gobernadores e intendentes del GBA junto a Alberto Fernández en la asunción de Juan Manzur en Tucumán.

Desde el público, algunos gobernadores -Manzur, Uñac, Perotti- observaban la escena luego de que su ingreso al palco les fuera vedado.

El gobernador reelecto de Tucumán ha sido el principal bastonero de Fernández. En la campaña decía en privado y también en público que “no hay que dejar solo a este muchacho”, refiriéndose a Alberto y al kirchnerismo. Y ayer le cedió su acto para que el Presidente electo mostrara, con símbolos y presencias, la base política en la que pretende afirmarse.

Es un juego de imágenes que en política han tenido siempre un fuerte valor simbólico. Fernández aprovechó ese escenario para hacer un discurso en el que citó a Perón y citó a Alfonsín -y no mencionó a Cristina Kirchner- llamando a salvar las diferencias para enfrentar la crisis. Más allá del valor de sus palabras, estaba el auditorio que refleja al peronismo más tradicional. Alberto repitió aquello de que gobernará con los 24 gobernadores para ratificar la idea de que su espalda política se recostará allí. La mención a los gobernadores abarca también a otros sectores del PJ, sindicalistas e intendentes, en los que también se apoyará. Hubo presencias y ausencias. Entre los gobernadores no estuvieron Schiaretti, Perotti y Bordet (en sus tres provincias ganó Macri). Tampoco estuvo Kicillof en el palco.

Fernández sigue repitiendo que “Cristina y yo somos lo mismo” y que nada ni nadie lo hará “pelear con Cristina”. Esas afirmaciones son de manual. Como también que no hay que seguir literalmente lo que el presidente electo dice o ha dicho, sino que hay que poner atención a lo que hace o hará.

La designación de un equipo de transición es reveladora de su intención de tener firmes las riendas de la política, como por ejemplo la abogada Vilma Ibarra, autora de un crítico libro sobre Cristina Kirchner, y de Gustavo Béliz, condenado al exilio durante el gobierno de Néstor Kirchner por haber mencionado y mostrado la cara de un agente de inteligencia, en ese tiempo aliado y luego archienemigo de Cristina , Jaime Stiuso.

Hay otro dato que hay que considerar. El ex embajador ante la Santa Sede, Eduardo Valdes, cercano a Alberto Fernández, acaba de pedirle a La Cámpora que se disuelva. El razonamiento de este polioperador fue que ya no tiene sentido la existencia de corrientes internas como la que encabeza el hijo de Cristina, Máximo Kirchner. Un pedido nada inocente, aunque no se sabe si Valdes actúo por su cuenta o respondió a algún pedido.

Fernández ha dicho que impulsará la “institucionalización del Frente de Todos”. Hay que preguntarse cómo se reflejará esa coalición en el equipo de gobierno por venir.

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